La muletilla del “no partidicen”

* Débil política parlamentaria

* Bazán y la nomenclatura juarita

* Contra la violencia; buena vibra

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No debemos partidizar… dónde, dónde se habrá escuchado anteriormente esa recurrente frase. Hoy la pronuncian Javier Corral y los voceros de la administración panista, en torno a la reestructura de la deuda pública y el Sistema Estatal Anticorrupción. No quieren que los diputados “los partidicen”.

César Duarte apelaba a la misma muletilla con relación a la inseguridad y también a las continuas contrataciones de nueva deuda; no las partidicen, imploraba el entonces gobernador pretendiendo salirse con la suya sin al menos la recriminación pública, de la misma manera en que hoy lo hace Corral.

¿Alguna vez en la historia de Chihuahua y de éste país los señores diputados han resuelto un tema importante en atención a los intereses de la sociedad y no los suyos, o de su partido? Que presenten uno sólo y van aplausos. Es lo que hacen los diputados, politizar o mejor dicho partidizar los asuntos.

Hoy que los papeles están invertidos, el PAN gobernando y el PRI opositor, a los operadores del Ejecutivo –Jáuregui y Álvarez Monje principalmente- les parece el mayor de los despropósitos que los diputados resistan la entrega de su voto, siendo que ellos hicieron mil y más veces lo mismo.

La vida parlamentaria es un “quo pro quo”. Qué ofrece el gobierno de Corral a los diputados del PT y Morena, los cuatro que necesitan para llegar al número mágico de 22, a efecto de que entreguen sus votos a las iniciativas deseadas ¿Duarte les daba dinero, qué les da Corral?.

No van a decir César Jáuregui, Álvarez Monje y el propio Javier Corral que desconocen esas oscuras prácticas parlamentarias ¿O si?. Todos han sido legisladores y las vivieron desde adentro, la diferencia es que antes eran los parroquianos y hoy ofician de cantineros.

Y no se trata necesariamente de dinero, eso lo hacía Duarte convencido de la máxima “lo que en política se compra con dinero, sale barato”, tampoco del clásico acuerdo de “vota ésta con nosotros y te ayudamos con aquella iniciativa de tu interés”, pues los cuatro diputados claves carecen de propuestas fundamentales para sus proyectos.

No, muchas veces tiene que ver más con el trato político, el acercamiento del interesado, el mira con detenimiento y verás que esa propuesta es buena para los chihuahuenses y para mi gobierno. La necesito, ayúdame a sacarla y tienes un punto bueno conmigo, faltan más de cuatro años de gobierno, hay muchas cosas por hacer.

Javier Corral ofreció, durante su discurso de toma de protesta, que estaba dispuesto a ir al Congreso cuantas veces fuese requerido “y no sólo para ser escuchado…” sino para tener un intercambio de ideas amplio y abierto.

Bueno, ahora tiene la mejor de las oportunidad para demostrar que sus palabras son sinceras, que está dispuesto a sentarse con los diputados para discutir los temas de la mayor importancia en su administración. Hasta ayer no lo había hecho.

Quizás el señor gobernador, conociendo sus artes parlamentarios, pretende ir al Congreso y pararse frente a la Tribuna e impostar la voz con ánimos de lucimiento personal, pero sentarse a la negociación y el compromiso político, jamás. Antes muerto que sencillo.

El Congreso es para discutir, discutan; es para negociar, negocien; es para acordar, acuerden; es para votar, voten; es para legislar, legislen. Hagan política y el responsable de proponerla es quién tiene la mayoría y desde luego el interesado en las iniciativas, en ambos caso el Ejecutivo, pero con expresiones como la de “al que obra mal se le pudre el tamal” difícilmente tendrán éxito.

Lo que debe hacer Omar Bazán para evitar que los priistas se desborden contra su proyecto; sentarse entre dos Murguía. Deje usted a Luis, su trayectoria lo avala, pero su hermano Teto, al que los priistas le dieron con la puerta en las narices hace sólo un año.

Es la desprestigiada nomenclatura juarense, los nombres de siempre Nora Yu, Chago Nieto, Nacho Duarte, Tapia, los que usted conoce bien más el de Leonel de la Rosa, invitado con propósitos de refrescar la mesa. Sólo faltaron Serrano y Dowell, quizás extraviaron los amparos y en consecuencia no pudieron salir de casa.

Son los mismos que Armando Cabada, Víctor Valencia, Polo Canizalez, el Güero Martínez y otros priistas de menor presencia mandaron a la Renata, sin esperanzas de regresar pronto a la nómina y los viáticos.

Pero en fin, política es política, hay que sumarlos a todos así tenga que cuidar de su cartera al levantarse de la mesa, o de plano entregarla, pues muchos actúan exclusivamente por dinero.

Otros nombres quedan obviados, ocupan mucho espacio y significan poco para los propósitos electorales del partido, el cinco de junio del año pasado quedó suficientemente demostrado ¿Estarías de acuerdo, Teto?.

En Chihuahua sigue la polémica desatada por Pablo Espinoza, a raíz de la improvisada cargada de los sectores a favor de Omar Bazán.  Se sabe que el buen “colega” está dispuesto a jugarse el todo por el todo, llevando el asunto a los tribunales electorales. Hasta con esas, detalles de formalidad legal complicarían el dedazo.

Paralelamente Jorge Doroteo Zapata, en esa parte de la ecuación hay que introducir a Teto Murguía, insiste en que la secretaria general del partido debe ser su hija Georgina, exigiendo la posición como si en verdad aportarse más de tres votos al partido. Zapata y Teto de la mano, lo de siempre, de pasada desacreditan a Serrano.

Buenas vibras contra la inseguridad en la sierra, las que hoy envía desde Palacio el gobernador Corral hasta Madera. Interesante su visión integral para contener a los grupos criminales; es decir llevarles “vida” a las comunidades devastadas.

Darse cuenta de que la “gente de Chihuahua” piensa en ellos es un aliciente para las comunidades. El problema será mantener presencia permanente, pues ir de fin de semana para dejarlos otra vez a la deriva sería de poco provecho.

Lo importante es que al fin el jefe del Ejecutivo decide involucrarse de manera personal en los temas de la inseguridad. Hasta antes de esa iniciativa su ausencia era patente y por lo mismo aumentaba la incertidumbre social. Éxito y que sea de provecho para la gente.