Inminente aumento al transporte

* Criminal desabasto de medicinas

* Las fichitas del abogado de Duarte

* Pablo Espinoza, por el deber ser

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César Jáuregui, el “exbueno”, pide la “prueba del amor” a la mafia del transporte, como requisito previo para discutir aumento a la tarifa. Lo que siempre se ha dicho, actualicen el parque vehicular y concedemos aumentos, con la salvedad de que el secretario reconoció en público la insuficiencia del precio actual.

Por experiencias pasadas, los usuarios saben que al escuchar esos comentarios de autoridades encumbradas, es por que la negociación de un aumento está en puerta. Otro golpe más a la economía familiar, sin que la mafia haga lo mínimo por mejorar el servicio. A lo más firmarán un compromiso que nunca cumplirán.

Si les resultase insuficiente la tarifa actual, los camiones ya habrían parado meses atrás. Ni Lozoya ni su pandilla son damas de la caridad dispuestas a patrocinar con recursos propios el servicio.

La realidad es que cada vez abren nuevas rutas, algunas de ellas haciendo pasar sus carcachas por las mismas calles del Vivebus ¿Por qué? El rendimiento diario que los ha enriquecido. No hay otra explicación.

Pero la esperanza de que el gobierno los ponga en orden siempre está presente, es la que nunca muere a pesar de que los usuarios sólo reciben promesas y más promesas de mejoras.

Otra prueba de que les importa poco el servicio diario es que Joel Gallegos, director de gobernación, anunció dos nuevas rutas alimentadoras con el propósito expreso de facilitar el traslado de turistas. Así lo dijo.

Una irá de la Central Camionera a la Terminal Sur y otra de la Pistolas Menses –donde está la centralita- a la Terminal Norte ¿Cuándo pensarán en los usuarios diarios? Que tragedia para los más necesitados, otra pérfida herencia de Duarte que Javier Corral se ha mostrado impotente para corregir.

Un crítico pero explicable desabasto de medicamentos se hace presente en los hospitales que maneja la Secretaría de Salud del Estado, sin que las autoridades muestren la menor preocupación por resolverlo.

En hospitales que opera Ichisal los médicos estiman un abasto entre 20 y 30 por ciento, sin contar la falta de material para curación -gasas, jeringas etc.- lo cual paraliza la operación y obstruye la atención de pacientes. Obvio, esto no se va a puntualizar por radio.

El personal medico, quienes dan la cara a los indefensos derechohabientes, hace esfuerzos por explicar la realidad a las familias y a los mismos pacientes. Pero qué pueden decir cuando falta Dicloxacilina, el medicamento esencial en el tratamiento del piquete de garrapata, que ha cobrado decenas de víctimas infantiles en la entidad. Es un verdadero crimen.

Un agravante mas es que este faltante, dice una fuente confiable, se debe al desorden administrativo generado por el nombramiento de un nuevo administrador en la Secretaria de Salud, Víctor Laso, entreverado con una política de compras fragmentadas, menor a cien mil pesos, con proveedores sin experiencia como Egro Servicios de México SA de CV, el nuevo proveedor del sexenio. Todo fuera de la subrogación de servicios, que como todo mundo sabe, esta en el Hospital Cima, hoy Ángeles, donde el secretario de salud presumiblemente es o era socio.

Y para cerrar el cuadro faltan vacunas para recién nacidos, motivo por el cual los padres recurren a otros sistemas, Pensiones Civiles o el Seguro Social, por que en los hospitales de Ichisal carecen del producto.

Es inhumano, pero en fin, el negocio privilegiado por encima de la salud, justo lo que ocurrió durante el sexenio del saqueo. Hay costumbres que nunca cambian ¿Cierto doctor Ávila?.

Muy ocupados están los abogados de César Duarte, encabezados por Ricardo Antonio Sánchez Reyes Retana, introduciendo cuanto recurso legal se les ocurre con tal de alargar la estancia del cuestionado “ex” en territorio norteamericano.

Han cumplido satisfactoriamente con su cometido, pues de los tres ases de oro, el Duarte de Chihuahua es el único que ha logrado mantenerse en libertad, así sea escondido viajando de un lado para otro a fin de estar lo menos localizable.

Tiene experiencia, Sánchez Reyes ha defendido a verdaderas “fichitas” del historial criminal en nuestro país. Según consta en su foja profesional, fue abogado del general Tomas Ángeles Dauahare, acusado de estar coludido con el cartel de los Beltrán Leyva; de Gerardo Álvarez, “El Indio”, uno de los narcotraficantes más buscados de su momento, y del chino Zhenli Ye Gon, sorprendido con 205 millones de dólares en efectivo, el autor de la famosa frase “copelas o cuello”.

Junto a ellos ahora aparece el nombre de César Duarte, como otro defendido de alto perfil del afamado despacho. Contra ese tipo de abogados van Maclovio Murillo, el “maestro” Peniche, como llaman sus aduladores al Fiscal, y la señora Olmos.

Suerte, tienen dos meses y lo que resta del presente para traerlo de los Estados Unidos antes del primer informe. El tiempo corre a favor de Duarte, cada día en libertad es para él un día ganado.

Reposada la grilla interna del PRI, al quedar Omar Bazán como único candidato a la presidencia, vale la pena destacar la terquedad de Pablo Espinoza, el colega de todos.

Fue el único que insistió hasta el final en el registro, con tan mala suerte de no conseguir una mujer que completarse la fórmula, y al ver frustrado su propósito de abrir la votación, decidió impugnarla alegando invalidez de la elección, por que a su ver la Comisión de Procesos Internos no está debidamente integrada y en consecuencia todos sus actos serían inválidos.

Llevó el recurso hasta la sala regional del Tribunal Electoral con sede en Guadalajara y de tener razón podría complicar la designación de Omar Bazán, pues ahora los Tribunales no están a merced del PRI, como sucedía en años anteriores, que prácticamente eran una extensión del partido.

Interesante lo que comenta Pablo, al defender su postura explica que lo hace “por el deber ser”. Considera que el PRI debe favorecer la democracia interna, como requisito para reencausarse socialmente.

Desde ese punto de vista ni quien le discuta al “colega”, lo malo para el es que la política “es como es y no como como debe ser”. Éxito en su empresa, nada más evite estirar más la liga, podría romperla como Lilia Merodio.