Los Hombres buenos

 En un desvarío propio de mentes confundidas, Jaime Galván pagó un desplegado en el Heraldo exigiendo derecho de réplica en el Diario. Es poco probable que la Dirección del Diario se dé por enterada. Vaya insensatez.

No obstante yo recojo su carta por alusiones personales, también carentes de sentido, pues asocia mi nombre con la columna institucional del Diario, GPS, que no va firmada. Y ya que decidió llevar su caso a la Opinión Pública, va la respuesta.

Abre su escrito apelando al “uso de mi derecho al buen nombre y respeto a mi persona, pero más importante a mis hijos y familia en general”. Loable que se preocupe por su buen nombre y pida respeto a su persona e hijos, es lo mínimo a que está obligado todo padre de familia.

Está desorientado, no es pagando cartas dirigidas a la Opinión Pública como conseguirá el noble propósito. El buen nombre y respeto de toda persona se gana con acciones que avalen una ejemplar conducta de vida. En esa parte falla, su nombre ha sido cuestionado por la sociedad chihuahuenses, en especial el gremio empresarial, y lo sabe.

Va el contexto, son hechos que obran en autos, no interpretaciones personales de nadie. En junio del 2010 lo detuvieron agentes federales de los Estados Unidos, mientras apostaba miles de dólares jugando en un casino de Las Vegas.

Lo acusaron de cometer un fraude millonario contra “Eximbank”, banca norteamericana dedicada al desarrollo. Fincaron once delitos, entre otros cargos por conspiración de fraude, fraude electrónico, fraude bancario, lavado de dinero y conspiración para lavar dinero.

Los fiscales de Estados Unidos definieron el delito de la siguiente manera: “Ha sido el propósito y objetivo de la conspiración, enriquecerse ilícitamente mediante la presentación de información falsa y fraudulenta a la “Eximbank”, a través de los bancos acreedores, para obtener los prestamos garantizados o asegurados por el “Eximbank” y apropiarse indebidamente de los fondos del préstamo para sí mismo”.

Básicamente el fraude consistió en aprovechar las facilidades del banco norteamericano dedicado al desarrollo, desviándolo para apropiárselos ilegalmente, como demostró la Fiscalía al declararlo culpable.

Dicen que con ese dinero compró una nogalera. Esta última parte es versión de la región, pero todo lo demás está plenamente documentado, obra en expedientes, por ese motivo estuvo detenido en cárceles de los Estados Unidos, luego limitado a un arresto domiciliario en El Paso, portando un grillete, hasta que por fin logro regresar a Chihuahua, tras años de litigios.

También se dice que abreviaron su sentencia por que ingresó al programa de testigos protegidos. Concretamente habría denunciado a otros empresarios de Juárez y Chihuahua de cometer el mismo fraude, según versión extendida en el gremio empresarial.

Ponga usted a un lado ese asunto, sucedió hace años, el señor pagó por su delito, subrayado delito no simple pecadillo. Sucede que la conducta delictiva se repite, de regreso en Chihuahua se involucró de inmediato con negocios sospechosos en el gobierno de César Duarte, específicamente con venta de despensas en el DIF Estatal, teniendo como uno de sus socios a Gerardo Villegas, hoy detenido en San Guillermo. ¿Negarás, Jaime, la sociedad con Villegas?

Jesús Esparza, hoy también detenido, observó irregularidades en las despensas. Dijo que había productos caducos en varios lotes.

Este es uno de los puntos que preocupan al empresario, por eso pondera que GPS haya dicho que está en el “Programa delincuencial”. Busqué la columna de ese día y lo que dice es “organigrama delincuencial”, ORGANIGRAMA, NO PROGRAMA. Es un concepto usado por el gobernador Javier Corral para identificar a los presuntos cómplices de César Duarte.

Y de vuelta a los juzgados. Jaime Galván es una de las setenta u ochenta personas, entre funcionarios y empresarios, que solicitaron por la vía del amparo saber si había orden de aprehensión en su contra, por parte de la Fiscalía Estatal.

¿Porqué introdujo ese recurso legal? El sentido común indica que algún temor siente debido a sus actuaciones y negocios en la pasada administración. El tendero de la esquina no solicitó amparos similares, sólo aquellos “hombres buenos” cuya conciencia está intranquila.

El gobernador, la secretaria Olmos y el Fiscal Peniche declararon en más de una ocasión que usarían esa famosa lista de los solicitantes de amparo, para ampliar el universo de los investigados. Ellos mismos se delataban. Son el “organigrama delincuencial”, otra vez “o r g a n i g r a m a”, como ha sido entendido mediáticamente.

No soy Ministerio Público y por lo tanto no tengo ni presumo de tener acceso a las carpetas de investigación –sería magnifico, puras de ocho columnas- pero ejerzo el periodismo con respeto a la libertad de expresión consagrada en la Constitución, recojo y reseño hechos de interés general. La gente siempre gusta de ver que los poderosos sean llevados ante la justicia, harta está la sociedad de tanto saqueador del erario y por lo mismo clama justicia.

¿Está o no Jaime Galván en esa tesitura? Que lo defina la Fiscalía, Villegas se siente traicionado por ser el que paga con cárcel mientras su socio está libre.

Otro episodio legal también muy comentado en su momento fue contra un argentino de apellido Gato, quién lo acusó de intentar defraudarlo aprovechando la sociedad

que tenían en una planta para producir leche en polvo, en Delicias. Ese litigio llegó hasta las mayores instancias, producto del cual habría perdido la planta.

Y por si fuese poco, en el expediente 799/2016, radicado en el juzgado civil número 38 de la ciudad de México, quedó plasmada una demanda por incumplimiento de contrato con el piloto profesional de autos, Sergio “Checo” Pérez, con valor de un millón de dólares a cambio de promocionar la marca “Cavall 7”. Sobra material periodístico al respecto y se informó que por ese motivo abrieron procedimientos de embargo a un avión que tiene en propiedad con Raúl Cajiga.

La lista es larga, lleva una vida en los juzgados por diferentes motivos, todos asociados con demandas por fraude, en general delitos de los llamados de “cuello blanco”. ¿Así es como piensa cuidar su buen nombre y el de su familia”.

En lo que hace a los viñedos, cualquiera en la región de Delicias sabe que los plantó hace sólo tres o cuatro años, las vides están apenas en etapa de muestreos y aunque tiene el equipo necesario para producir caldos, carece de la materia prima.

Que diga, expresamente si compra caldos dentro o fuera del país, para el embotellado de sus marcas. Esa sería una información que merecen conocer los consumidores del vino que comercializa. Mínimo.

En una parte de su escrito le concedo parcial razón. Habla que “hay otros temas más importantes y trascendentes para la sociedad como por ejemplo el de las adicciones a la cocaína y otros estupefacientes, que deben ser tratados, atendidos y solucionados…”

Supongo que lo dice por experiencia propia, pues siendo ese un problema a tomar en cuenta, existen otros más importantes y de plena vigencia que ignora; el cáncer maldito de la corrupción. Por mi parte que cada quién haga con su vida un papalote, esos detalles me tienen sin cuidado, pero no la corrupción, perjudica gravemente a la sociedad en su conjunto.

Jaime Galván presumió hacer negocios multimillonarios con gobernadores, especialmente con César Duarte, en cuya administración se institucionalizó el saqueo que hoy tiene a las finanzas públicas temblando y al borde del colapso.

En esa materia seguiré insistiendo, en que todos los responsables sean presentados a la justicia, sin hacer referencias particulares, pues para eso está la Fiscalía, a sabiendas de que su “buen nombre” está asociado al de César Duarte.

Y no es que lo diga yo, cuando en mesas de café hablan de los empresarios que se beneficiaron del pasado gobierno, aprovechándose ilegalmente de los recursos públicos del estado, invariablemente aparece el nombre de Jaime Galván.

Eso tiene que ver con el dispendio obsceno que hace de su fortuna. Recuerde la fiesta organizada a favor de la señora Bertha Gómez de Duarte, amenizada por Luis Miguel, uno de los cantantes latinos más caros.

Con sus antecedentes, la ostentación, su historia yendo de juzgado en juzgado siempre acusado de fraude ¿Cómo quiere el señor Galván deslindar su nombre de la corrupción Duartista? Imposible.

Que weba con los hombres buenos, ahora dan lecciones de moral y buena conducta pública.

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