Todos contra el Real Madrid y el Real Madrid contra todos. El equipo blanco afrontará un reto mayúsculo en la Champions: reinar por tercer año consecutivo y tumbar de nuevo los megaproyectos multimillonarios de sus competidores europeos.
El Real Madrid de Cristiano Ronaldo no juega sólo contra el pasado (nadie gana tres Copas de Europa seguidas desde la década de 1970), sino también contra el futuro: el futbol de los cheques sin límite y de las inversiones opulentas.
Hace 15 años era el Real Madrid el que reventaba el mercado con los “galácticos”, pero en los años recientes, tras la llegada de los últimos cracks como Cristiano Ronaldo, Gareth Bale o Karim Benzema, el club blanco cambió de estrategia. Encontrando un faro en el infatigable portugués, siempre hambriento de títulos, el conjunto firmó a auténticas figuras a un precio que en el mercado actual suena a ganga. Mientras, sus grandes rivales europeos hacían inversiones millonarias.
Lo que pagó el Real Madrid por Luka Modric, Toni Kroos, Isco, Keylor Navas, Marco Asensio, Dani Carvajal supera por poco los 100 millones de euros, prácticamente la mitad de lo que desembolsó hace unas semanas el PSG por el futbolista más caro de la historia, el brasileño Neymar.
El equipo francés, que se reforzó además con Kylian Mbappé, la gran joya francesa, será uno de los grandes aspirantes a la corona europea, esa copa con la que sueñan los jeques de Qatar que compraron el club en 2011.
Desde entonces, los cerca de mil millones invertidos en jugadores no fueron suficientes para alcanzar una semifinal de la Champions League.
“El objetivo es ganar la próxima Champions”, dijo Cristiano Ronaldo nada más terminar la última final continental. Fue un 4-1 sobre la Juventus de Turín y el portugués había metido dos goles.
El delantero, máximo goleador de la historia del torneo con 106 tantos, es el hombre al que se entrega el Madrid para perpetuar un ciclo tras ganar tres de las últimas cuatro ediciones de la Champions, algo que refleja su autoridad.
