Hay hábitos que ya se dan por asumidos, pero que realmente uno no reconsidera por qué se han escogido de esa manera.
Uno de ellos es sin duda una secuencia que resultará muy familiar a quienes hayan acompañado a las computadoras desde sus orígenes: el conocido CTRL+ALT+SUPR; una secuencia mágica que nos saca de cualquier aprieto y fuerza -la palabra nunca podría explicar mejor el suceso- a la máquina a detener un proceso acabando con su agonía.
Sí, el CTRL+ALT-SUPR ha sacado a millones de usuarios de apuros y devuelto el PC a la vida, pero… ¿por qué esa combinación tan extraña?
Risas entre los presentes y cara de divertida sorpresa de Gates, que mantiene el silencio mientras entorna los ojos hacia arriba y se revuelve -un tanto incómodo- en su asiento.
El magnate recupera su posición y adopta el papel de Bill, el fundador de Microsoft, para explicar que aquella era la única forma de forzar a las máquinas IBM a detener un proceso. “Las personas involucradas en esa tarea deberían haber escogido una tecla más obvia al efecto”, se lamenta. “¿Te arrepientes de esta elección?”, insiste Rubenstein.
En este punto, Gates vuelve a ser el chico tímido que un día revolucionó el mundo de los ordenadores para siempre con Microsoft y responde, divertido:
“Claro, si hubiera podido cambiarlo, habría elegido una sola tecla”, explicó, añadiendo que lo haría siempre que pudiera dar marcha atrás en el tiempo y no pusiera en riesgo «otras decisiones» de su vida.