OSCUROS INTERESES CONTRA PLAZA DEL MARIACHI

*Doña Maru Campos en tercera persona

*Aguas, podrían caer en una trampa leonera

*Leyzaola, más problemas que soluciones

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La evidente desinformación en torno a la Plaza del Mariachi responde, más que todo, a la incultura del mexicano descrita en la anécdota de los cangrejos; los americanos se apoyan uno al otro para salir del balde y escapar a la muerte, mientras los mexicanos jalonean al de arriba para evitar su fuga.

Empresarios marginados del proyecto sienten que perdieron una gran oportunidad, en tanto los de adentro se resisten a invertir suficiente para concluir las obras, por cierto muy retrasadas. A unos los domina la insana envidia, otros se muestran timoratos de que la inversión se malogre.

Sin embargo no hay reversa, se trata de una inversión de 60 millones –monto del fideicomiso promovido por Eugenio Baeza- cuyo propósito es detonar el deprimido comercio en el sector más antiguo de la ciudad.

Las versiones de que no habrá permisos para venta de licores en los restaurantes de la Plaza, están moteadas de intereses oscuros calificables de gratuitos –el jalón al de arriba- pues a nadie benefician, en todo caso perjudicarían a los interesados.

Es improbable que una llamada Plaza del Mariachi opere con agua de horchata, melón y naranjadas. Ahora, si la autoridad municipal –responsable de entregar los usos de suelo- por el motivo que sea decidió posponer la entrega de permisos, tendría que valorar todos los que están en servicio décadas atrás.

El Centro bulle de cantinas y restaurantes, desde los tejoruchos sobrevivientes a la “modernización”, hasta los históricos, como el Degá, a espaldas de catedral, propiedad de uno de los empresarios cuyo lustroso apellido se remonta al siglo antepasado.

El Nacional se encuentra frente al templo de San Francisco, una terraza a un costado de Catedral y por el estilo, el Centro es una enorme cantina y así ha sido durante siglos, lo mismo que en todos los centros de ciudades viejas y nuevas.

Con el fin de afinar la operación de la Plaza, hoy se reunirán directivos de Canaco, Cocentro e inversionistas del fideicomiso con el director de Gobernación, Joel Galles. Ahí quedarán establecidas las reglas de uso, ojalá las hagan públicas para terminar con la desinformación malintencionada, resulta frustrante que proyectos de alto impacto se batan en disputas sin sentido.

Interesante escuchar a Maru Campos hablando en tercera persona: “No por capricho o por solicitud va a amedrentar –la cacofonía es de origen- a Maru Campos”… “Maru Campos no va a retractarse”… y otras declaraciones por el estilo.

Si en la rueda de prensa donde denunció los faltantes por 180 millones de pesos en la pasada administración se mostró incómoda e insegura, mientras sus funcionarios tomaban la palabra, en el revire se puso enérgica. No era para menos, la reacción de Javier Garfio fue desafiante.

Puesta en la dinámica de la denuncia no hay reversa, una consideración inteligente sería tratar la naciente crisis con especial cuidado y suficiente tacto a efecto de encontrar puerto amigo.

Un deficiente manejo podría convertir los señalamientos en lastre contra sus aspiraciones. Cierto, no es Ministerio Público, no obstante por el rumbo que tomaron los acontecimientos, ahora tiene la responsabilidad política de acreditar sus dichos, aportar datos macizos que la respalden socialmente, de otra forma el boomerang volvería sobre su rostro.

Lo anterior en razón de que Javier Garfio, lo anticipó ayer GPS, atoró también con determinación, apersonándose acompañado de sus colaboradores en las oficinas de la señora alcaldesa, para exigir que “deje de contar mentiras y se ponga a trabajar” y pedirle se retracte.

Garfio no tiene otra, esconderse en su rancho de Balleza mandaría el mensaje de que tiene cola que le pisen. El riesgo de sus exigencias radica en que si las acusaciones del miércoles eran sólo petardos al viento, a partir de ayer la raya está pintada entre ambos. El pleito va en serio.

¿Cómo llegó a un punto de confrontación pública entre los dos políticos, siendo que protagonizaron una de las entregas-recepción más tersas de los últimos trienios? Es la pregunta que corre en pasillos y cafés de la ciudad.

Lo más probable es que Doña maru pretenda obtener rendimientos electorales con su cargada. Pero el juego es de alto riesgo, pues en los dimes y diretes alguien saldrá perdiendo y como siempre, pierde más el que más tiene.

Sucede lo mismo que con las denuncias de los secretarios del gobierno estatal, salen a repetir las que la gente comenta desde meses o en algunos casos años atrás, sin aportar carnita que los respalde.

La campaña quedó atrás, ahora las denuncias deben ser acompañadas de datos concretos y llevada hasta la Fiscalía, de otra forma son petardos al viento de alcance incierto.

Con todo y la información confidencial que pueda proporcionarle Julián Leyzaola al gobierno de Corral, la inseguridad sigue exacerbada, concentrado su despliegue violento en la zona serrana, Madera sobre todo, donde los vecinos seguido ven a uno de los lugartenientes del crimen más conocidos de Chihuahua.

Una cosa es ciudad Juárez y otra el resto del estado. En la frontera la acción está concentrada y los grupos acotados por ellos mismos; en la sierra necesitan a un ejército para contener a los criminales y labor de inteligencia permanentemente actualizada.

El jefe policiaco le está causando a Javier Corral más problemas que soluciones. Hace días, cuando funcionarios de la ONU vinieron a entrevistarse con el gobernador, le habrían dicho que retirarían el aval de las organizaciones derechohumanistas internacionales, mientras tenga en su equipo a Leyzaola.

Hasta con esas, ese influyente gremio dominado por comunistas de pipa y guante es tradicionalmente amable con Corral, ahora está en riesgo de perderlos por la contratación del polémico jefe policiaco. Caro el precio de la asesoría.

Mejor hubiese dejado a Benavides, quizás su desempeño sea modesto, pero hace menos daño. Pinedo puede matizar sus berrinches, tampoco es para tanto, todo mundo sabe que Benavides no es narco, tampoco policía, que más da, en cualquier caso el mismo resultado: la violencia crece.