Finalmente se definió

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Alfredo Piñera Guevara.- La renuncia de Margarita Zavala Gómez del Campo, a 33 años de militancia en el PAN, no tuvo razones de carácter ideológicas o doctrinales; simple y llanamente, se le agotó el tiempo para asegurar para sí misma una candidatura a la Presidencia de la República.

Y es que la ex primer dama de México no tuvo forma de garantizarse que el PAN o el Frente Ciudadano por México que se cocina como una muy posible coalición electoral para el año que entra, se decidieran postularla para competir por la silla presidencial, inminentemente contra Andrés Manuel López Obrador y muy probablemente contra José Antonio Meade Kuribeña.

Esa desconfianza sobre su segura postulación vía partidos políticos, es decir, la incertidumbre de ser visualizada como la mejor opción para enfrentar el riesgo del continuismo o el populismo en el gobierno, son muy preocupantes indicadores de un débil liderazgo que jugará en las probabilidades en contra de su triunfo electoral. No ofrece confianza.

Incluso, son muchos quienes dudan que Margarita pueda reunir las casi 900 mil firmas que necesita para ser registrada como candidata independiente, cifra que representa casi cuatro veces el padrón de, hasta hace un par de días, su Partido Acción Nacional.

Esto significa que, aunque Margarita Zavala lograra convencer al cienpor ciento de la militancia del PAN de que “hay una perversa manipulación en los mecanismos que se utilizarán para elegir candidato del PAN o del Frente Ciudadano por México” y que por lo tanto sus excompañeros deberían por solidaridad firmar a su favor, la aspirante sólo tendría una cuarta o tercera parte del total de signaturas necesarias para validar su registro.

No debemos soslayar que la autoridad electoral verificará que las firmas de apoyo que presenten los aspirantes sean auténticas y no se repitan en otros listados.

Pero más allá de los requisitos de los que depende su registro como candidata independiente, resulta sumamente complicado entender el mensaje de una mujer política que sorpresivamente cambió su percepción sobre los principios y los valores que postulaba cuando era militante del PAN y que le daban una visión del México deseado para todos los mexicanos.

La abogada ex diputada local en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, diputada federal plurinominal y primera dama del país durante el gobierno de Felipe Calderón, dijo durante su registro que su actuación “es un acto de libertad, un nuevo camino de convicción y una decisión ética”.

Esas palabras obligan a cuestionarnos si el tiempo que Zavala Gómez del Campo estuvo en el PAN se sentía privada de su libertad y si, en la víspera de la honrosa oportunidad de postularse por la vía independiente a la Presidencia de la República, repentinamente se dio cuenta de que sus convicciones pasadas iban por un camino equivocado. Finalmente, cuestiona si la ética que hoy sustenta su decisión no es la misma que practicaba mientras militaba en el PAN.

Finalizó su discurso señalando que su determinación de renunciar al PAN y registrarse como aspirante a candidata independiente significó “un no rotundo a una forma vieja y caduca de hacer política”, forma de hacer política que años atrás compartió con don Luis H. Álvarez, Felipe Calderón, su esposo, y muchos tantos líderes más que se consideran distinguidos dentro del PAN y cuentan con el reconocimiento nacional por sus acciones democráticas, honestas y  éticas.

Sin embargo, debemos también considerar que algo formidable ocurrió al interior del PAN cuando Margarita Zavala presentó la renuncia a su militancia; la institución, representada por su dirigencia nacional y sus órganos de gobierno interior, manifestaron un respeto total al sentido de su decisión considerada como equivocada sin dejar de reconocer su brillante trayectoria dentro del PAN, así como sus fuertes vínculo afectivos con el liderazgo nacional del blanquiazul, entre ellos el del mismísimo don Luis H. Álvarez, quien en alguna vez expresó: “…o somos panistas o no somos, no existen los medios panistas que se van a otro proyecto distinto al PAN, por seguir una aventura electorera”.

Margarita, por decisión propia, finalmente se definió.

 

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