Juego colectivo, la clave de Suecia para ir al Mundial

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CIUDAD DE MÉXICO.-Sin ninguna estrella tras el retiro de Zlatan Ibrahimovic y rompiendo los pronósticos frente a ItaliaSuecia reivindicó la fuerza del colectivo y firmó un «milagro» en Milán que la devolverá al Mundial 12 años después.

¡Qué hazaña, Suecia!» titulaba  en portada «Dagens Nyheter», principal cabecera sueca, resumiendo el sentir generalizado sobre la proeza de eliminar a la tetracampeona, que ya ha sido equiparada con hitos del futbol de este país nórdico como el tercer puesto de Estados Unidos 94 o la final de la Copa de Europa del Malmö en 1979.

Cuando hace 14 meses Suecia debutaba contra Holanda en casa, en el primer partido sin «Ibra», pocos creían en las opciones de un equipo sin referentes claros, no sobrado de talento y que además estaba encuadrado en un grupo con Francia.

Pero el conjunto escandinavo empezó a sumar buenos resultados y aunque sin exhibir un juego demasiado vistoso, fue capaz de derrotar a la selección gala para acabar por delante de Holanda, gracias a la diferencia de goles propiciada por el escandaloso 8-0 que le metió en Estocolmo a Luxemburgo.

Juntos, juntos ha sido una palabra clave. Los jugadores mismos la usan mucho», destacaba hoy en rueda de prensa el seleccionador, Jan «Janne» Andersson, quien cree que la derrota en París en la liguilla (2-1) fue decisiva, porque convenció a los jugadores de que podían competir contra cualquier rival.

Del once que Andersson alineó anoche en San Siro solo el central Lindelöf(suplente en el Manchester United), el lateral Augustinsson (Werder Bremen), el centrocampista Forsberg (Leipzig) y el delantero Toivonen(Toulouse) juegan en una de las grandes ligas europeas, aunque solo el tercero tiene estatus de estrella en su equipo.

La lesión de Johansson (AEK Atenas) hizo que durante casi todo el encuentro los dos pivotes fueran Svensson, que juega en la MLS estadounidense, y Larsson, un veterano interior reconvertido que vive el ocaso de su carrera en la Premiership inglesa.

Y el último cambio anoche, como recordaban hoy varios cronistas, fue Marcus Rohdén, suplente en el modesto Crotone italiano.

Todos somos héroes», resumió el portero Robin Olsen, emocionado como muchos de sus compañeros, que lloraron ante las cámaras, mientras hablaban de «alegría y orgullo»; a la cabeza, el capitán Andreas Granqvist, que anoche fue infranqueable para Italia.

Gran parte del mérito es de Andersson, técnico experimentado que llegó al cargo hace año y medio. «Probablemente nunca le he dado mucha importancia al prestigio, pero con los años se la he quitado del todo. El colectivo siempre va antes», dijo hoy el técnico sueco, al que se le escaparon las lágrimas en varias ocasiones.

Su forma de ser queda bien retratada en un tuit colgado por el psicólogo de la selección, Daniel Ekvall, con una foto de Andersson recogiendo botellas y papeles anoche en un vestuario vacío, después de la celebración de sus jugadores.