El Frente cuenta las horas

* Lilia, víctima de sus desvaríos

* Gustavo Madero quiere más

* Otra de Ávila y Salud

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Los promotores del Frente Ciudadano cuentan las horas y ven pasar los minutos, observan que transcurren de prisa y no consiguen cerrar el acuerdo que conjure los fantasmas de ruptura que los han seguido desde los primeros días que firmaron el acuerdo de coalición.

En lo interno están en los detalles finos de la negociación, hacia fuera PRD y PAN mantienen posturas irreductibles. Hasta ayer entrada la tarde Miguel Ángel Macera seguía diciendo que estaba listo para competir contra Ricardo Anaya, en una preliminar interna, lo que pretende evitar a cualquier precio el panista.

Técnicamente van holgados de tiempo, el registro de precandidatos está previsto para el 12 de diciembre y las precampañas inician dos días después, así que pueden alargar la decisión hasta entonces.

Sin embargo la política los consume, Meade y López Obrador están en franca campaña y ellos ocupados negociando posiciones de diputados y senadores, dejando a Ricardo Anaya con el freno de mano e inseguro de lo que pueda suceder. De la reunión con Mancera poco se supo, pero salieron sin acuerdo visible.

Esa falta de acuerdos se debe a que Mancera y las tribus del PRD estiran la liga para vender caro su amor ¿Hasta cuando mantendrán la presión? Ahí está el punto fino, pues si realmente están dispuestos a jugarse la candidatura en una interna, despedazan los cálculos de Anaya, que son los de llegar de candidato único al registro del doce.

Cada hora que pasa es más apremiante la negociación y por lo mismo más precarios los acuerdos. Como dijo Miguel Ángel Barbosa; “si Mancera declina a favor de Anaya pasará por payaso”. Hasta ese punto están llegando.

Para efectos prácticos tienen 72 horas –viernes, sábado y domingo ¿Pactan o revientan? ¿En cual casilla colocaría usted sus fichas? Es un albur, los momios están muy parejeros.

La senadora Lilia Merodio se armó de valor y presentó su quinto informe de actividades, a sabiendas de que podría sufrir desaires de sus compañeros de partido. En cuanto al evento lo de siempre; discurso de autoelogio, desprovisto de contenido y lleno de lugares comunes.

Ninguna novedad con relación a otros eventos del mismo tipo, el duro mensaje que recibió la senadora estuvo en las ausencias. La desairaron el coordinador de los senadores priistas, Emilio Gamboa, los dirigentes del PRI estatal, Omar Bazán y Fernando Moreno Peña, es más ni siquiera Oscar Nieto asistió aunque fuese de cortesía ¿Habría línea de vacío? Le jugaron pelota dura.

Lilia es víctima de sus propios desvaríos y exabruptos. Varias veces se atravesó contra Enrique Ochoa, líder nacional, pero una en especial cargó fuerte: “para sanear al PRI en toda la República es necesario que el dirigente nacional, Enrique Ochoa, presente su renuncia, pues no conoce nada de la vida interna del partido”.

El comentario lo hizo muy a principios de julio, cuando estaba en disputa la presidencia del PRI estatal y advertía que Omar Bazán lograba los consensos dejándola fuera. Trágame tierra, y ahora donde me oculto; Omar es el presidente estatal y Ochoa seguirá en la dirigencia nacional hasta concluir la campaña.

Quiere ser diputada federal y como la asamblea pasada puso candados para el paso de “pluri a pluri”, busca acomodarse en el mejor distrito de Juárez para el PRI. Pues que ruegue porque a su protector de los últimos años, Joel Ayala, le alcance para hacer buenas sus aspiraciones, ayer quedó claro que nada puede esperar del PRI local.

De no ser por Patricio Martínez, quién también de tarde en tarde juega al rebelde, con deslices contra el PRI que todo les ha dado, Enrique Serrano y Adriana Terrazas, cargando el tufo de Duarte, Ernesto Cordero y desde luego Joel Ayala, su informe hubiese pasado por cualquier otra reunión de pacotilla. Juárez y Chihuahua cada vez le son más hostiles a la senadora.

A Gustavo Madero, formalmente Coordinador General de Gabinete y en la practica activista del PAN y de Javier Corral en el Frente Ciudadano, le parecen pocos los 23 millones de pesos que propone la Secretaría de Hacienda para ejercer en su oficina.

Si le parece poco es que le gustaría tener más. En realidad la discusión en torno al aumento del cincuenta por ciento de presupuesto está desenfocada; no tiene que ver con la cantidad de dinero, sino con el rendimiento laboral.

¿Qué trabajo desempeñan Gustavo Madero y sus “como 20” empleados para justificar el ingreso? La pregunta es pertinente por que les pagan con el dinero de todos los chihuahuenses. En mínima convicción de transparencia deberían comprobar que vale la pena invertir en ellos.

La verdad, por dura que suene, es que no hacen absolutamente nada para desquitar el salario, en especial Gustavo Madero, que dedica todo su tiempo a tareas de partido, siendo que cobra como funcionario estatal. Es el mayor aviador en la historia de los aviadores de la administración estatal, lo que es mucho decir.

Sólo como mero ejercicio, señores empoderados del Nuevo Amanecer, imaginen exactamente la misma escena, todo igual como sucede con Madero y su Coordinación, pero que el titular fuese Mario Tarango, por ejemplo, y César Duarte el promotor del Frente. Ya los estarían despedazando. Pues es lo mismo, sólo que a Madero le aplauden, eso se llama medir con dos varas y es la peor de las hipocresías.

Otra de la Secretaría de Salud justificada por Ernesto Ávila, titular de la institución, conceder la proveduría exclusiva sobre material médico a “Riga Medic”. Son muchas libertades las que otorga Ávila en esa Secretaría, pues por lo que dice o calla, cada quién hace lo que le viene en gana y él ni por enterado se da, como si no tuviese responsabilidad directa.

Después habrá tiempo para hacer un recuento de todas las acciones que mueven a sospechas de corrupción, por ahora queda el apunte en el sentido de que Javier Corral tendrá un alto costo político por dejar que Ávila, consuegro de Francisco Barrio, maneje la institución como si fuese de su propiedad.

Con decirle que al interior de la Secretaría aseguran que Pedro Hernández, lugarteniente de Duarte en el negocio de las medicinas, es un niño de pecho comparado con Ávila. Haga usted sus conclusiones.