Un gabinete disfuncional

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Cumplido el primer año al frente del gobierno Javier Corral hizo una valoración de su administración y la encontró positiva. Desprovista de la menor autocrítica, felicitó a los secretarios que componen el gabinete y enlistó un serial de acciones afirmativas que a su ver definen el gobierno: transparencia, rendición de cuentas, compromiso con los que menos tienen y menos saben, democracia, justicia y combate a la corrupción.

En términos prácticos el primer año se cumple el próximo 31 de diciembre, los primeros tres meses fueron de jolgorio y celebraciones bien merecidas, recuperar el gobierno después de 18 años es razón suficiente para desbordar entusiasmo.

Puesto así, es decir pasado el primer año del presente gobierno, tengo la sensación de que su rostro es diferente a como lo observan desde adentro. Sin embargo entiendo su satisfacción, se miran frente al espejo y ven lo que más les gusta, desechando inconscientes las odiosas imperfecciones, y piensan que la gente ve lo mismo.

Al cierre del 2017 encuentro pertinente hacer una valoración y descubro, sin proponérmelo, un gabinete disfuncional, funcionarios que descuidan las actividades sustantivas de toda administración pública: seguridad, desarrollo económico, generación de infraestructura, impulso a servicios de salud, educación. Lo tangible, el trabajo que los ciudadanos esperan de sus gobernantes.

Desde luego la mía es una interpretación subjetiva y por lo mismo debatible. Los señores del Nuevo Amanecer pueden verla motivada en añoranzas del dinero corruptor de Duarte. No hay tal, pero como toda critica es descalificada con ese argumento, aceptemos el reproche, sin conceder.

En un sincero ejercicio de autocrítica, útil para cualquier gobierno que pretende trascender en la historia, deberían aceptar que el Jefe de Gabinete, Gustavo Madero, ocupó los doce meses del año en cabildeos para conformar el Frente del que hoy Ricardo Anaya es candidato a la Presidencia.

Distrajo recursos públicos para hacer trabajo de partido en horario laboral, dejando a un lado sus obligaciones de coordinador, con tal cinismo que postula el peculado como si fuese virtud, al promover versiones de que el frente nació en Chihuahua. Es la petulancia de quién a sume que todo lo puede, todo lo sabe y por lo tanto que sus críticos le hagan como quieran.

Sólo con Gustavo da para una entrega en tres partes, no obstante ahora se trata de observaciones generales de sentido común, por lo tanto va un recuento sucinto sin pretensiones de pontificar.

En una Secretaría cuyo fin es promocionar al estado dentro y fuera del país, Desarrollo e Innovación, su titular “nos hace un favor” al aceptar dirigirla, de modo que debemos agradecerle y justificar que se ocupe en negocios de su familia y las actividades sociales inherentes a los millonarios. Alejandra de la Vega ha sido una secretaria intermitente y a distancia. No despacha, le informan lo que sucede en su secretaría.

Su aportación fue aquel viaje a China, del que hasta la fecha no se conozcan resultados en beneficio del Estado ¿Cómo puede trascender una funcionaria sin mostrar interés en su trabajo y además su decisión más importante radica en aceptar o no la candidatura a la Presidencia Municipal de Juárez? Imposible.

Rubén Chávez es un secretario de puertas adentro y perfil autista. En Desarrollo Rural el más visible es Martín Solís, activista profesional del Barzón que sigue comportándose como tal. Chávez se retrae por comodidad y Solís mantiene su activismo social cuando debería comportarse como autoridad.

La primera decisión del Secretario de Salud, Ernesto Ávila, fue comprar medicinas al hospital Ángeles, antes Cima, donde ejercía como jefe de anestesiólogos y del cual presumiblemente es socio. Las compró a precio de minorista y justificó su acción diciendo que “los problemas se resuelven recurriendo a los amigos”, como si la secretaría fuese de su propiedad o no tuviese normatividad aplicable.

Desde entonces la Secretaría ha sido un disparate; el bono navideño ilegal, la incapacidad para licitar medicamentos, el desabasto feroz en medicinas y material médico, los vergonzosos episodios de Egro y los pasantes de medicina en la sierra. Se percibe que nunca en la historia reciente del Sector Salud se ha conjugado tal nivel de corrupción e incompetencia en una misma persona.

Desde los primeros días del año Arturo Fuentes Vélez apremió a los diputados para que aprobasen la reestructuración de los 20.4 mil millones de pesos en deuda heredada por Duarte. Presentaba la solicitud a manera de condición necesaria para la recuperación de las devastadas finanzas estatales.

Hace más de tres meses los diputados le entregaron el decreto en los términos solicitados y a la fecha ha sido incapaz de materializar la reestructuración, perdió el año y no pudo negociarla. A todas luces el cargo de Secretario de Finanzas quedó grande a Fuentes Vélez y no por tarugo, recibió la encomienda de una tarea para la que obviamente no estaba preparado. Su tiempo de aprendizaje ha sido largo.

César Augusto Peniche recibió una de las responsabilidades más delicadas. A un año el resultado es decepcionante; la inseguridad está desbordada sin que la Fiscalía tenga capacidad de someter a los grupos criminales. Era lo único bueno atribuible a Duarte, la paz, Peniche la despedazo y de nuevo los chihuahuenses somos víctimas de esa desesperante sensación de angustia que llega con la violencia.

La Secretaría de Obras es hoy un ente normativo. Ninguna sola obra digna de mención abrió este año, a lo más hubo inauguraciones de pequeños trabajos inerciales y la participación estatal en la escasa obra municipal. Presenten una sola obra importante de gobierno y me retracto de todo lo anterior y lo que sigue.

Stéfany Olmos está concentrada en la persecución de Duarte y los funcionarios asociados en la corrupción. Mano dura contra el pasado y está muy bien, deben exponerlos, hacerlos regresar lo que se llevaron y enviarlos a prisión.

¿Bien, y los presumibles hechos de corrupción en el presente gobierno? Han justificado el bono de Ávila, las empresas de la hermana de Riggs, el programa digital de los Madero para Hacienda, el peculado electoral de Gustavo Madero, abandonando el trabajo para hacer política de partido, las múltiples y fundadas sospechas en Salud. En esa parte cierran los ojos.

Antonio Pinedo ocupado en golpetear a los medios independientes, mientras construye los propios intentando manipular la información pública. Cecilia Olague, niega permisos de caza por que ella “no autoriza asesinatos de animales”. No es su criterio el que importa, está obligada por ley. Maclovio Murillo es observado por abogados y juzgadores como el que enjuicia e indirectamente ofrece la solución jurídica a los acusados de corrupción en la administración Duarte. Pablo Cuarón confrontado con los maestros. Carlos Reyes desplegando retenes ilegales como si viviésemos en estado de sitio, mientras los agentes de vialidad extorsionan a cuanto conductor pueden.

La disfuncionalidad es transversal: Luz Estela Castro actuando como absoluta en la Consejería de la Judicatura, pisoteando la autoridad del Presidente, la deposición arbitraria de Rodolfo Leyva en transparencia, Jorge Issa y Armando Valenzuela en el Congreso, todo mundo sabe la forma en que llegaron. No hay defensa objetiva contra hechos tan palmarios.

Desde luego que hay justos en esta Sodoma de incompetencia. Pienso por ejemplo en César Jáuregui, que ha sido discreto, intenta ser eficiente y da la cara, Joel Gallegos por lo menos hace el esfuerzo de contener a la mafia del transporte, Ismael Rodríguez en la Junta de Agua, Emma Saldaña en el Instituto de la Mujer, Ramón Galindo en Juárez fajándose por el gobierno.

A pesar de los lunares que hacen excepción, un repaso general describe que la disfuncionalidad es regla y cuando eso sucede la responsabilidad recae en la cabeza. Javier Corral ha sido un gobernador de lunes a viernes y de nueve a tres, que aprovecha cada puente largo para jugar golf; un gobernador concentrado en la política nacional para sacar a Chihuahua del “aldeanismo”; un gobernador cuya voluntad pasa sobre los otros poderes e instituciones autónomas.

Es de weba verlos ocupados en pitos y flautas, sin advertir que mañana entregarán a sabe quien y entonces rendirán cuentas desprovistos de la protección que da el poder. Recuerden, los verdugos de hoy son las víctimas de mañana, recompongan ahora que pueden, siguen así y cuando vuelvan la vista hacia atrás e intenten recorrer con la mirada el camino avanzado, verán con horro que sus pasos trazaron un círculo.

Si veinte años son nada, cuatro se pasan volando y a ustedes les falta menos. Aprovéchenlos.