César y Javier Duarte comparten más semejanzas que su apellido: ambos fueron presentados por Peña como ejemplos del nuevo PRI, ejercieron simultáneamente la gubernatura en sus estados, incursionaron –sin éxito- en las grandes ligas de la política nacional, perdieron la elección en sus estados frente a enemigos jurados, son acusados de corrupción y endeudar a sus estados, técnicamente sus finanzas personales estaban quebradas antes de asumir el cargo…
Hasta ahí algunas de las semejanzas más visibles, pero también observan evidentes asimetrías: Javier está prófugo de la justicia, César convalece plácidamente en un hospital de Houston; al veracruzano lo expulsaron de su partido; al chihuahuenses únicamente lo amonestaron; el jarocho era modesto panadero, el norteño discreto vendedor de autos.
Como usted observa son más las semejanzas que las asimetrías ¿Porqué? La respuesta es sencilla, el gobierno de Peña eligió poner a Javier Duarte como ejemplo del combate contra la corrupción, mientras que César permanece sigiloso en lista de espera.
En la prioridad de gobernadores priistas asociados a la corrupción, César Duarte quedó rankeado en cuarto lugar. Primero va Javier, adelantaron al segundo lugar a Yarrintong, después Borges, luego César y en lejano quinto sitio de la deshonrosa lista Rodrigo Medina.
Pero la mayor asimetría de todas es que el gobierno de Veracruz recuperó, por mediación de la PGR, 450 millones de pesos, desviado ilegalmente a empresas al servicio de Javier Duarte; mientras que en Chihuahua a César no le han acreditado ningún delito.
Allá protestará el cargo Miguel Ángel Yunes hoy jueves y ya recuperaron tal cantidad de dinero; acá Javier Corral cumple la semana que viene dos meses en el gobierno y ni esperanza de que las acciones penales por emprender contribuyan a restituir al erario estatal parte de los supuestos desfalcos, lo que debería se objetivo prioritario.
Si realmente Corral tiene la voluntad de ir a fondo, ahora que están por formalizar el show de la corrupción, empiece por dar seguimiento a las huellas que dejó Carlos Hermosillo a su paso por Fidiapech, Dirección General de Administración y Junta Central de Aguas.
Un común denominador es la Unión Ganadera “División Del Norte”, creada por Duarte durante sus andanzas de diputado y líder de la CNC, a la que una vez empoderados en gobierno habrían dotado de ingentes cantidades de recursos públicos, cuyo destino final –sospechan- estaría en cuentas personales o inversiones del diputado federal y el “ex”. José Yáñez y Benito Tagle, podrían aportar datos específicos. Como dice los auditores gringos; sigue la ruta del dinero y encuentras al responsable.
De apoco se develan las oscuras pretensiones del diputado Valenciano, en su cargada contra Cristian Rodallegas, delegado del IMSS. En la burocracia de la institución trascendió que intenta “abrir el espacio” a un eterno aspirante a la delegación local, Luis Alfonso Fiol Manríquez, chihuahuense avecindado en Baja California Sur, donde años atrás ocupó el mismo cargo.
El diputado Jesús Valenciano confabula con el delegado sindical de la institución en Delicias, con quién se lleva de “piquete de ombligo”, a fin de amacizar un efecto de pinzas que reviente a Cristian. Como les ha faltado fuerza, el diputado local pidió la colaboración de Juan Blanco, a efecto de llevar el tema de Chihuahua a la Cámara de Diputados.
Hasta donde se sabe, Juan desistió del alocado propósito, tras saber que Valenciano cabildeaba con la senadora Mariana Gómez del Campo, prima de Margarita Zavala, la remoción del delegado. Tampoco la senadora hizo gran cosa, pero el viernes aceptó tomarse la foto con el legislador local.
Si Valenciano y los líderes sindicales que alimentan la grilla quisieran contribuir a mejorar el servicio médico en la institución, ellos mismos deberían viajar hasta la ciudad de México y valerse de senadores y diputados federales por chihuahua, con independencia de partido, para denunciar la negligencia de los trabajadores sindicalizados del Seguro Social en Juárez.
Como si estuviesen en fiesta navideña, hace días los trabajadores sindicalizados – médicos, enfermeras y demás personal- jugaban a la moda de los maniquís, intentando que los pacientes les sigan la corriente. Deberían darles un escarmiento ejemplar, además de abuso inadmisible su irresponsable acción atenta contra la salud de los pacientes. Quieren tirar al delegado y poner a un panista, está bien, pero respeten a los enfermos. Un mínimo de responsabilidad.
Superficiales, apresurados y desconocedores de la vida universitaria los diputados locales que pretenden intervenir en asuntos internos de la UACh: Superficiales por que ignoran los detalles del problema en Derecho, apresurados al ocuparse en asunto de una institución autónoma, mientras desatienden las actividades inherentes a su cargo y desconocedores de la vida universitaria en razón de no sopesar las consecuencias estudiantiles y sociales de un conflicto universitario desbocado.
No jueguen con fuego, respeten la autonomía universitaria, dejen que la rectoría y sus órganos internos resuelvan la elección en Derecho. Si alientan un levantamiento estudiantil no saben –ni la menor idea tienen- del rumbo que podría tomar y las consecuencias del mismo.
Contener sus ansias de novilleros sería inteligente en este momento, a la universidad hay que cuidarla todos. Que Israel Fierro imagine interviniendo al párroco de catedral en su feligresía; René Frías que a la Sección 42 le quieran imponer secretario general desde el Tribunal Electoral o Miguel Valles y Laura Marín que la universidad intentase definir las candidaturas de su partido ¿Les gustaría? Prudencia y responsabilidad social, señores diputados, son representantes populares, no consejeros universitarios.
Si un conductor de radio o TV cubano tiene el desatino de abrir su programa saludando con un “buenos días, buenas tardes o buenas noches”, perderá en el acto su trabajo. Por órdenes del ministerio cubano de información, durante los nueves días de luto por la muerte de Fidel, deben abrir con “malos días, malas tardes o malas noches”. ¡Viva la libertad! ¡Viva la Revolución! Pues son días muy malos a causa del fallecimiento. Pobres cubanos, todavía les queda Raúl otro buen rato.
