*Generosas Indulgencias plenarias

* Los non gratos del Congreso

* Álvarez Monge, al primer plano

* El pato bañado y el tesón de Leyva

* Soberbia y soberbia infinita

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Indulgencias plenarias sin pasar por el confesionario administra a discreción Andrés Manuel López Obrador a sus nuevos acólitos, dejándolos absueltos de sus pecados del pasado, presente y futuro.

Ninguna tan deschavetada, cínica y vil como la de Napoleón Gómez Urrutia, “napito”, líder minero por herencia de padre que permaneció más de una década fuera del país, huyendo a causa de un fraude por 55 millones de dólares que sus propios compañeros del sindicato denunciaron. Para el jefe de Morena, ponerlo entre los candidatos a senadores es un acto de justicia, pues lo ve como perseguido del régimen.

Otro es Marcelo Ebrard, su antiguo carnal, responsable de un multimillonario fraude a la ciudad de México, con la línea 12 del metro, al que hará diputado federal. Cuando paró la circulación del tren en esa línea sobraron denuncias, pero hasta la fecha nadie ha sido llevado a prisión por tal causa. El primer responsable es el antiguo jefe de gobierno hoy purificado por López Obrador.

La lista de los corruptos que lo acompañan es larga, también redimió a Elba Esther Gordillo, la impresentable ex dirigente del SNTE que regalaba Hummers como si fuesen chocolates, Alberto Anaya, zángano del sistema electoral, y a su esposa, acusada hace meses de un fraude por cien millones de pesos en el gobierno de Nuevo León, Rogelio Bejarano, la vivida imagen de la corrupción en aquel episodio de las ligas, Eva Cadena, Lino Korrodi, los guerrilleros disfrazados de maestros de la sección 22, Fausto Vallejo, Salgado Macedonio y una cauda más.

Entre esas perlitas sólo faltan el ex presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa María de los Ángeles Pinedo, pero ambos están detenidos como responsables de participar en la muerte de los 43. No le extrañe que mañana los junte también, en Morena todos caben, la capacidad que tiene López Obrador de convertir a lo peor de la corrupción en honestos mexicanos es infinita.

Que los señores diputados locales del PAN no se confundan o sueñen con que la democracia existe, en el gobierno Valiente hay mano firme. El domingo quedaron fuera de la reelección los legisladores Gabriel García, Nadia Siqueiros y Citlalli Portillo.

La historia de su desgracia, según panistas avanzados, es que García sale por no hacer nada e indisponerse con Leticia Corral, Siqueiros por insubordinarse a Lucha Castro, con el tema de Víctor Quintana, y Portillo por rechazar la presidencia municipal de Camargo. Ella va de segunda en la lista de pluris, es difícil que llegue.

Hoy pudieran amanecer con la noticia de que también Víctor Uribe, otro rechazado de Leticia Corral, y Liliana Ibarra, la diputada excéntrica a la que le “vale madre el PAN” y pocos toman en cuenta, también sean marginados del Congreso.

Cinco de los 16 que reclamaban el registro es muy buen número, considerando que al inicio de la Legislatura sólo Blanca Gámez era de las querencias corralistas y que las pretensiones originales del gobernador eran que todos los diputados se abstuvieran de la reelección.

El nuevo coordinador de los diputados del PAN será Fernando Álvarez Monge, quién va de primero en la lista de candidatos plurinominales. Ese si es completamente gente de Javier Corral. Si el PAN conserva la mayoría en el Congreso ingresará directo al primer nivel de la política doméstica y seguiría creciendo.

En medio de diputados defenestrados y soberbias infinitas quedó Miguel Riggs. Ayer él mismo –da ternura su sinceridad- confesaba que no sabía donde estaba parado, pues se registró para Síndico y para candidato a diputado federal por el sexto distrito.

La confusión de Riggs quizás tenga explicación en que Carlos Olson, maderista desde sus inicios y uno de los más confiables para Gustavo Madero cuando se trata de manejar centavitos públicos, habría sido marginado de la candidatura del sexto distrito en aquella noche del reencuentro entre Corral y Anaya, tras el berrinche del gobernador por la lista de candidatos al senado.

De corresponder esta especulación a la realidad, lo que se comprobaría con la candidatura de Riggs a diputado, el PAN de Chihuahua estaría frente a un distanciamiento entre sus dos principales figuras; Javier Corral y Gustavo Madero, pues el candidato a senador no quedará satisfecho con que retiren a su propuesta cuando estaba más que apalabrada.

El “Pato” Ávila se bañó en lunes, los magistrados del primer tribunal colegiado dijeron no ha lugar al juicio de amparo presentado por Rodolfo Leyva, impugnando su nombramiento como integrante del Consejo de Atención a Víctimas de la Violencia, donde no recibe –se ha dicho- remuneración pero maneja alrededor de cien millones de pesos, siendo ministro activo de un culto.

Judicialmente ahí terminaría el caso, pero el tesón de Rodolfo Leyva lo mantendrá vigente, juró con la mano sobre la biblia presentar una demanda ante la Judicatura Federal, alegando que los jueces del primer Tribunal de Circuito, Marta Olivas, José Martínez y José Cornejo, actuaron pisoteando la administración de la justicia.

Leyva alega que debieron declarar su incompetencia, dado que en el pasado reciente presentó una moción contra los tres, en la que alegó que no hacían bien su trabajo y por tanto no estaban en condiciones de dictar una sentencia libre de prejuicios.

Hay más, el transparente también valora la posibilidad de removerlo por la vía administrativa, apelando a la Secretaría de Gobernación, donde Corral tiene pocos amigos, y llevar el caso hasta la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. Para un madrugador otro que no duerme.

Según José de San Martín, militar y político argentino determinante en la independencia de Argentina, Chile y Uruguay, la “Soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales, que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder”. ¿Cuál sería la soberbia infinita? Según Javier Corral es “aquella con la que decide y actúa un reducido grupo de no más de cinco personas que están abusando de los delegados panistas”.

Eso es mucho, tanto que no puede ser contado por que cualquier número multiplicado por infinito su resultado es también infinito, entonces da igual si multiplicamos una o las cinco soberbias del “reducido grupo” por infinito, el resultado siempre será, infinito. No puede haber más, las matemáticas –y esas no mienten- dicen que es toda la soberbia posible.