*Otra vez la estridencia

* Congreso de lavandería

* Explota crisis en Ichisal

* Duarte, un elefante en la sala

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Otra vez la estridencia: “desinformación brutal”, “da vergüenza el nivel de falsedades”, “campaña de mentiras”, muletillas ordinarias que, por frecuencia de uso, erosiona el gobernador Javier Corral.

En esos términos reaccionó ante el cuestionamiento de los medios sobre el incremento de la deuda estatal que pasó de 22 mil millones a 27 mil 200 en el curso del año anterior, con un subejercicio rayando los cinco mil millones.

“Puras mentiras, es desinformación brutal, ahí está la campaña de mentiras de la Secretaría de Hacienda a través de instrumentos a modo para tratar de generar confusión”, dijo el mandatario estatal y cerró con otra de sus clásicas: “vamos a salir a exhibirlas”. ¿Otra caravana?.

Instrumentos a modo, dice. Bien, esos instrumentos a modo son nada menos que la página oficial de transparencia del Gobierno del Estado de Chihuahua, cuyo titular se llama Javier Corral Jurado y fue votado para ese cargo el primer domingo de junio de 2016.

En esa página están contenidas las nuevas cifras sobre deuda directa, más 27 mil 200 millones de pesos y subejercicios por más de 4,900 millones ¿De quién es la campaña de mentiras, suponiendo que las haya, que genera una desinformación brutal? ¿Cuáles los instrumentos a modo para esparcirlas?

Es probable que el señor gobernador esté desinformado, reaccionar en automático e irreflexivo con una serie de frases hechas, desmintiendo información publicada en el portal de transparencia de su administración, describe a un mandatario al que le faltan datos para la película completa.

¿Brutal desinformación? ¿De quién?. El subsecretario de ingresos de su gobierno dice otra cosa ¿Checó, gobernador, las últimas declaraciones de Eduardo Fernández con relación al tema, ofrecidas apenas el martes pasado?.

Dan pena los señores diputados, lo que debió ser una sesión de trámite, casi protocolaria, tornó en discusión de lavandería. En la presente Legislatura falta liderazgo, oficio parlamentario y sobra intolerancia entre sus integrantes.

Apenas el martes pasado la mayoría del PAN aprobó con sólo 16 votos a favor, en una sesión donde sólo estaban presentes 18 de los 33 diputados, la Ley sobre Juicios Políticos, y ayer su impericia y falta de tolerancia los hizo reventar la sesión donde reconocerían a las mujeres destacadas de Chihuahua, a propósito del 8 de Marzo.

En oficio de secretaria del periodo en curso, la diputada de Nueva Alianza, Antonieta Mendoza, terminó acusando de “violencia política” –lo que eso signifique entre miembros de un congreso- al diputado Jorge Soto del PAN, que presidía la sesión. Alegó que le negó, de mala manera, su derecho a intervenir en la discusión.

La sesión venía mal desde la Junta de Coordinación Política, que habría llegado al Pleno sin un dictamen que votar, lo que obviamente trastoca el rigor parlamentario. De ahí las discusiones pasaron a los insultos hasta que mandaron a receso.

Que pobreza la de los diputados, todos en general pero en especial los del PAN, pues al ser mayoría y gobernar el Congreso tienen responsabilidad superior. Felicidades a las ganadoras, los diputados les dieron un regalo extra desacreditando el premio. Y luego se preguntan por que están más desacreditados que la policía. Alguien debe poner orden en ese Congreso, las sesiones necesitan mejor conducción.

La falta de medicamentos en el Ichisal empieza a generar una crisis interna, ayer surgieron las primeras manifestaciones anunciado próximos paros en los hospitales Central e Infantil, si persiste el desabasto. A éstos dos nosocomios deberían agregar el Centro de Salud Mental, los tres llevan años en deplorable situación sin medicinas ni material de curaciones. Hasta vendas deben comprar los familiares de los pacientes y no es exageración.

Es posible avanzar, en los hospitales que corresponden administrativamente a la Secretaría de Salud, el Salvador Subirán por ejemplo, el abasto subió del diez o veinte por ciento al sesenta o setenta. Desde luego falta pero como están las cosas en el Sector salud del Estado es maravilloso, Víctor Lazo debería darle un seminario a su homologo del Ichisal, aunque sea para que salga del paso y evite los paros.

José Antonio Meade confesó, hace días, que arrancó la campaña fuera de ritmo, por sus ocupaciones previas en el gabinete. Da la impresión de que sigue igual, ayer desaprovechó la instalación de la Comisión de Ética partidaria y en lugar de mandar un enérgico e inequívoco mensaje contra la corrupción, desdobló el tema más por compromiso que por convicción.

Acompañado por un sonriente Enrique Ochoa, instruyó a la Comisión para que vigile su conducta durante el desarrollo de la campaña presidencial, de modo que no pueda desviarse de los principios del partido.

“Tienen el mandato de estar permanentemente pendientes de mi gestión, de mi conducta, de mi desempeño, para asegurar que sea un desempeño ético en todo el proceso de la candidatura”, pidió a los integrantes de la Comisión.

¡Por Dios, Meade es un hombre honesto como pocos en política! Cómo pone a una cuestionada comisión de priistas –para efectos públicos todo priista es sospechoso de corrupto y por tanto cuestionado- en prenda de su honestidad.

¿En qué mundo vivirán éstos señores? Está como Peña cuando instruyó a Virgilio Andrade, al nombrarlo Secretario de la Función Pública, para que auditara lo relacionado con la Casa Blanca. El resultado es que todo estaba más transparente que los espejos del Hubble. No hay nada que perseguir, señor Presidente ¿Otra instrucción?.

Por alguna razón que no puede ser interpretada sino en razón de complicidades, el PRI se resiste a ver el enorme elefante que estropea los muebles de la sala, mientras ellos voltean hacia otro lado simulando que todo está en orden.

Hicieron trascender que habría noticias sobre posible suspensión de los derechos partidistas a César Duarte y a Roberto Sandoval, dos enormes paquidermos que destruyen su credibilidad. Cero, sólo tímidas evocaciones de que la Comisión será una vacuna contra ese tipo de gobernantes.

Ninguna condena abierta y explícita sobre los abusos de los mandatarios, menos la exigencia de una investigación o la expulsión del partido, reclamos desesperados de su propia militancia. Dejaron en manos de Morena y el PAN el monopolio de condenar la corrupción. Hijitos, así cómo.

Por eso los resultados de Parametría, en la última encuesta Anaya y Meade perdieron dos puntos cada uno mientras López Obrador y Margarita Zavala crecieron en igual proporción.