Los excesos por hacerse de la candidatura presidencial, así destruyese al PAN pasando por encima de militantes históricos, y las sospechas sobre su fortuna personal, exhibidas por la PGR, cobran temprana factura a Ricardo Anaya. Su inescrupulosa e incontenida ambición de poder lo atropellan antes de iniciar la campaña.
El domingo, durante su registro formal ante el INE, evidenció la soledad de un candidato al que los personajes más influyentes del PAN y de los otros partidos coaligados en “Por México al frente” están renuentes a entregarle su apoyo.
Sólo seis –cuatro del PAN y dos del PRD- de dieciséis gobernadores que componen el Frente, acudieron al registro. Son los seis que siempre lo han respaldado: Miguel Márquez, de Guanajuato; Kiko Vega, de Baja California, Francisco Cabeza de Baca, Tamaulipas; Antonio Echeverría, Nayarit, y sus nuevos aliados Miguel Mancera de la Ciudad de México y Arturo Núñez, de Tabasco.
Mensajitos de adhesión en formato de video enviaron Yunes de Veracruz, Rosas Aispuro de Durango, Francisco Domínguez de Querétaro, Carlos Mendoza de Baja California Sur y Corral de Chihuahua. Es decir están con su candidato presidencial, pero a distancia. Silvano Aureoles, Graco Ramírez, Carlos Joaquín González y Antonio Galy tenían mejores ocupaciones que distraerse con eventos políticos de Anaya.
Debe ser desgastante para Ricardo y Anaya y sus operadores negociar la presencia de los gobernadores en cada evento importante. En quince días arranca la campaña, ahí podrían revindicarse, pero los mensajes que hoy envían a los electores es que ni ellos mismo creen en su candidato. Anaya se aleja de los Pinos.
Días desasosegados viven magistrados y funcionarios del Supremo Tribunal de Justicia, los atormenta la posibilidad de que la Corte enmiende la plana del Consejo y reponga el procedimiento desde el punto donde lo dejaron los magistrados oxigenadores de César Duarte.
Sobredimensionan la idea de una sentencia adversa, para efectos prácticos las consecuencias serían menores aún en el escenario más catastrofista, en nada cancelan u obstruyen el curso de los maxijuicios.
Eso sí, el golpe sería directo al hinchado ego de un Javier Corral que se autodefine e intenta pasar por demócrata y respetuoso de las instituciones, cuando todos en Chihuahua saben que tiene la mano metida hasta los codos en los otros poderes y en los organismos “independientes”. ¿Estarías de acuerdo Rodolfo, o tu Luis?
Véalo usted, si la Corte ordena reinstalar a los consejeros oxigenadores, como presumiblemente propone el magistrado proyectista, regresarían al Consejo de la Judicatura Luis Villegas, Armando Ruíz Gámez y Miriam Hernández, en lugar de Pablo González, Roberto Siqueiros y Jiménez Castro, que volverían a sus respectivas salas. Joaquín Sotelo y Luz Estela Castro irían fuera.
Los tres magistrados –en un Consejo de siete- serían acompañados por el nuevo presidente del Tribunal –supuestamente los ministros ordenarán otra elección, dando razón a Gabriel Sepúlveda- y así cerrarían los cuatro consejeros del Poder Judicial.
Para el total de siete, el Ejecutivo, con derecho a uno, propondría, por ejemplo, a Angélica Godínez, otra de mano dura, y el Congreso otra vez a Sotelo acompañado de cualquier amiga del gobernador que no sea Lucha, pues la todavía consejera excede la edad y ahora no les valdría invocar que tiene 65 años y 16 meses.
¿Cuál problema? Como ya se dijo, ninguno.
Tiernos o pecando de optimistas, los señores diputados reformaron la Ley de Vialidad para obligar a los agentes a que permanezcan en lugares visibles, evitando la clásica emboscada contra conductores despistados. Ordenan por ley encender las torretas, advirtiendo a los agentes de que son preventivos, no sancionadores.
Escucharon bien, señores agentes, a partir de la publicación en el Periódico Oficial –favor de estar todos atentos al momento en que salga el periódico de la imprenta- no podrán esconderse tras lomas o en lugares oscuros, asechando a los conductores.
Ya en serio, no sean mala onda, hagan caso, porfis, recuerden que ahora Chihuahua vive un Nuevo Amanecer y como bien lo dijo López Obrador, dado que cuando sea presidente será honesto entonces el resto de los mexicanos también serán honestos. Así ustedes, honren al nuevo gobierno portándose bien ¿Qué les cuesta poner el ejemplo?.
Muertos de risa están los comandantes de la mafia con esas reformas. También hagan una ley para que los sicarios no maten, los rateros dejen de robar, los violadores no violen y los perezosos se levanten temprano.
La solución al problema de los extorsionadores con charola no están en las leyes, se las pasan de ida y vuelta por el arco del triunfo, radica en una estrategia decidida y persistente que necesariamente encabecen las autoridades al más alto nivel del gobierno.
¿Quieren entrarle en serio? Olvídense de leyes y empiecen por desmantelar el poder de los comandantes de grupos, particularmente los nocturnos, que rentan patrullas y exigen cuota fija a los agentes. Es un ciclo de corrupción. Carlos Reyes piensa que con esa ley acabarán las mordidas. Ay carlitos.
Juan Blanco, uno de los panistas con mayor experiencia administrativa de Chihuahua, está más que puesto para ingresar al gabinete estatal. Lo han grillado con que no le atrae la Secretaría de Desarrollo Municipal que dejó Rocío Reza, pero en corto ha comentado entre los suyos que con gusto se incorporaría al gobierno.
No está entre los cuadernos de doble raya de Corral, principalmente por competir por la gubernatura, pero ante la falta de panistas con experiencia –nada prepara mejor para el servicio público que una presidencia municipal- sin duda Juan podría ser de valía.
Pronto se dará el relevo, Rocío Reza ya se vio con un pié en el senado e imagina que mañana estará despachando en la oficina más importante de palacio. Hará bien, soñar no cuesta nada, pero antes tienen que ganar las elecciones, por más seguros que se vean los riesgos electorales siempre son altos.