*Tensas pascuas de Lucha Castro

* La mafia del transporte sigue ahí

* Senaduría, Jáuregui recula

* Leyva contra el calendario

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Los ministros de la Corte enviaron hasta el dos de abril, si no median intereses superiores que trastoquen el orden de los asuntos enlistados, las controversias constitucionales del “Caso Chihuahua”. El larguísimo asunto del Código Penal y de Procedimientos Penales quedó resuelto ayer en sus nueve puntos, de ahí sigue la discusión de las controversias.

Diez días más para Luz Estela Castro, la más empoderada de todas las mujeres empoderadas de Chihuahua. Se consume por dentro ante una posible sentencia que la releve de consejera de la Judicatura, como presumiblemente proyectó el ministro ponente.

Son muchos días para comerse las uñas imaginando que regresa de vacaciones y, en vez de su bártulos, encuentra en la oficina a un sonriente Luis Villegas acomodando fotos familiares, en señal de que su reinstalación es permanente. La mera idea de un un golpe así la trastorna.

Una recomendación de acomedidos lectores, a la señora consejera, es que aproveche éstos días disfrutando los limpios aires de Suiza, uno de sus destinos turísticos favoritos, en previsión de que sus peores pesadillas se hagan realidad.

Fuera de bromas, como se ha dicho en otros momentos, ni la sentencia más catastrofista para los intereses locales alteraría la correlación de fuerzas en el Tribunal. Pleno y Consejo de la Judicatura seguirían siendo dominados por el Ejecutivo, como corresponde a los usos y costumbres del Estado Mexicano.

Y si Lucha es separada de la Judicatura tampoco pasa nada, un enroque entre ella y Angélica Godínez, Secretaria General, dejaría la administración del Tribunal sin alteraciones. No es para cortarse las venas con algodones o darse un balazo media cuarta arriba de la cabeza. Dramatismo aparte.

En previsión de lo que el tiempo encoja y sólo por si los rumores legislativos tienen algún grado de veracidad, el güero Lozoya y su pandilla asaltaron el Congreso del Estado, exigiendo a los diputados cancelar cualquier iniciativa de reforma a la Ley del Transporte.

Eliminar el viejo sistema de la morralla que impusieron tras reventar al Vivebus, es interpretado por “la mafia” como un golpe directo al bolsillo y esos golpes duelen más que uno bien puesto en los “destos”. En esa lucha ni un paso atrás, antes muertos que aceptar una ley modernizante que ponga en riesgo su rentable negocio.

Joel Gallegos, incansable apaga fuegos del Nuevo Amanecer, y César Jáuregui, reposicionado Secretario General de Gobierno, vieron ayer una expresión menor del problema que tendrán encima con Lozoya y su mafia, si el Congreso reforma dicha ley.

Los dejaron crecer pensando en que tratan con empresarios razonables. Ya vieron que no, si el gobierno estatal en realidad quiere mejorar el transporte tendrá que confrontar a la mafia, usando todo su poder. Con firmas de minutas, comisiones analizadoras o acuerdos de buena voluntad nada conseguirán.

El sistema Vivebus fracasó por que Duarte pensó que podía implementarlo con los mismos transportistas amafiados, primero, y después al pretender quedarse con el negocio.

El reto sigue ahí, la ciudad de Chihuahua tiene un transporte más deplorable que las empobrecidas capitales africanas, mejorarlo implica cortar a la mafia desde la raíz. ¿Quién se avienta ese trompo a la uña?.

Hizo bien César Jáuregui en renunciar a la candidatura de senador pluri, de hecho lo prudente hubiese sido rechazarla desde un principio. Aceptar que el PAN pusiese su nombre en el número doce lo reducía a militante de segunda, uno más para cumplir con el requisito formal de las listas.

También le viene bien a la administración estatal, es uno de los funcionarios del gabinete con mayor oficio y menos gatos en la barriga. Ahora que se queda sería interesante verlo en mancuerna con Ismael Rodríguez, jefe de Gabinete, juntos podrían asumir la responsabilidad de sacar adelante las tareas sustantivas de gobierno.

Si desahogan los compromiso de la gobernanza, liberarían a Javier Corral para que siga sus campañas sobre la Reforma del Estado, los compromisos con el grupo Chihuahua y la lucha contra la Federación, sus prioridades desde que llegó al gobierno.

Organizados con ganas de atender los asuntos que interesan a los gobernador: educación, salud, seguridad, desarrollo se percatarían de que no es tan difícil como imaginan, sólo necesitan un poco de voluntad y sentido común. Pero hay que intentarlo para darse cuenta, permanecen en babia y sólo verán que los problemas crecen sin entender la causa ¿Verdad Pablo? ¿Cierto Ernesto?

Frustrado su proyecto de regresar ayer a la presidencia transparente que ordenó un juzgado federal, ahora Rodolfo Leyva corre contra el calendario. Falta ver que resuelve el Tribunal Colegiado sobre el desistimiento de De la Rocha y la posterior marcha atrás ordenada por el Consejo, pero lo más seguro es que se vaya al fondo del asunto en cuyo caso el litigio se prolonga otros cuatro, seis, diez, doce según la capacidad chicanera de los abogados que lleven el caso.

Y Rodolfo tendrá oficio, enjundia y voluntad para seguir adelante, pero lo que no tiene es tiempo. Se cumplen las fechas de su presidencia y no habrá poder humano que lo reinstale en la oficina que por derecho le corresponde, de atender la disposición del juez federal.

Aún ganada la revisión, es decir que el Colegiado ratifique la sentencia del juez a su favor, la reinstalación sería imposible si el periodo para el que fue electo se agota en el proceso. Hipótesis en la que hoy está Gabriel Sepúlveda, si la Corte falla en su favor no regresaría, su periodo terminó.

Cierto que es un personaje sumamente incómodo para el régimen de Corral, pero se han ensañado mucho contra Leyva. Probablemente sea la persona mejor calificada de Chihuahua para desempeñar el cargo de presidente del Ichitaip, sin embargo se niegan a darle su lugar por no aceptar la propuesta de incluir en la nómina del organismo al “marido favorito del sexenio”.

Esa es la realidad y todos en la administración estatal, el Congreso y el PAN están enterados y conocen los detalles; Leyva está siendo escarmentado por oponerse a un acuerdo en el que no le tomaron parecer, más bien se trataba de una imposición.