*Corral y Peniche, mirando

* La violencia que sigue

* Discreto relevo de Sofío

* Juicio político al chato Abes

Fuerzas especiales del Ejército y la Policía Federal llegaron a Chihuahua sin avisar y, sigilosos, se trasladaron a Namiquipa para detener a Carlos Arturo Quintana, conocido en la región como el 80, al que consideran importante capo de la Línea, “el principal generador de violencia en Chihuahua”, dijo Alfonso Navarrete Privada en su cuenta de twitter.

El operativo duró menos de 12 horas, un sexto de la gracia concedida por Javier Corral para que dejase el estado. El emplazamiento incumplido es público, siendo gobernador electo ofreció al insigne personaje del crimen 72 horas para dejar Chihuahua.

En lugar de las 72 horas pasaron 575 días y nada, hasta que vino la gente de Navarrete Privada por el capo, dejando a Javier Corral y al fiscal Peniche cual ordinarios espectadores, mirando desde lejos el despliegue policial del operativo.

Tuvieron que informarse por los habituales chismes que corren en el círculo de policías y ladrones.

Ese pececillo de regular file que apetecía Corral fue puesto en la mesa de Peña Nieto, arrebatándole con ello los argumentos de que la Federación desatiende la seguridad en Chihuahua. No tendrá cara para decir que Peña olvidó su compromiso con la entidad.

Ahora que conoce a Corral, Navarrete Privada se apresuró a twittear la detención, en previsión de que el gobernador reclamase el crédito. ¿Querrá también –como a la coneja- detenerlo en Chihuahua? Es pregunta.

Con independencia de las mezquinas disputas por los créditos, es pertinente advertir sobre nuevas oleadas violentas en la entidad, por si faltasen balaceras. Ayer el grupo armado al que presumiblemente pertenece el 80, amenazó con defender la plaza, se soltaron los diablos ¿Qué no estaban sueltos?.

Lo más probable es que ese tal 80 no tenga la importancia que le otorga la autoridad, lo hacen grande para magnificar el golpe, pero de cualquier forma deja un hueco que pretenderán ocupar otros. De ahí el nuevo derramamiento de sangre.

Tampoco es nada nuevo, recuerde que una vez apaciguada la más reciente refriega entre grupos de criminales en Ignacio Zaragoza, hace unos días, Javier Corral declaró que “la inseguridad está muy localizada”, intentando minimizar uno de los mayores problemas que sufre Chihuahua.

Se comporta igual que los otros gobernadores, enviando inadmisibles mensajes tranquilizadores del tipo, no se preocupen que nada pasa, siendo que amplias franjas de la entidad están en llamas.

Pero como se trata del Nuevo Amanecer, dichos y declaraciones del gobernador adquieren categoría de infalibles. Tiene razón, está muy localizada en Ignacio Zaragoza, Cuauhtémoc, Namiquipa, Guerrero, Madera, Juárez, Chihuahua, Jiménez, López, Allende y quién sabe hasta donde llegue con el reajuste que viene.

Quienes conocen la evolución de los grupos violentos advierten una feroz batalla, por el control de las zonas de trasiego y el mercado doméstico, entre sicarios de Sinaloa pretendiendo tomar las plazas estratégicas, y el grupo de Chihuahua que las defiende a cualquier pecio.

Las fronteras visibles de estos territorios están en Jiménez e Ignacio Zaragoza, hasta allí las llevaron empujándolas desde el Triangulo Dorado, divididos en operación envolvente donde un comando presiona desde Parral y otro desde Madera.

Esa batalla están ganándola los de Sinaloa, seguirán empujando la frontera hasta llegar a Chihuahua y Juárez. Vienen por el territorio completo, pues conocen su alta rentabilidad en el trasiego de la droga.

¿Qué hace la policía estatal de Peniche y Aparicio? Observa desde lejos esperanzados en que uno de los grupos se imponga sobre otro y regrese la paz, de la misma manera en que el gobernador observó, pasivo, el operativo para detener al 80.

Aténganse, una vez apoderados de la entidad volverán los secuestros, extorsiones y cuotas por derecho de piso ¿Han olvidado los días negros de la guerra perdida?. Tiene razón, quién lo haya dicho, los diablos salieron del pozo.

Discreto y súbito el relevo de Sofío Ramírez como delegado del CEN priista en la entidad, de un momento a otro y sin avisar –como Navarrete con Javier Corral en la detención del ochenta- mandaron decir que había relevo, en su lugar entraba un desconocido exalcalde de Durango, Esteban Villegas Villarreal, de modesta carrera en aquella entidad vecina.

Tampoco es que sea una baja lamentable, Sofío flotaba sin comprometerse en absoluto con el PRI de Chihuahua, al que le resulta ajeno, indiferente y para acabar pronto no siquiera le importa. Hacía que hacía, la simulación era lo suyo.

Pero el movimiento en si, a mitad de la campaña y cuando están por abrir los proceso locales, envía el mensaje de que los priistas de Chihuahua es lo que menos le importan al CEN. Igual con René Juárez que con Enrique Ochoa, ni los ven ni los oyen.

Omar Bazán se afianza, por aquellos que añoran su salida. Nada, el hombre transitará la jornada electoral completa y con independencia del resultado será diputado local, único espacio de elección que en estos momentos tiene seguro el PRI. A ese nivel de incertidumbre electoral redujo la corrupción al antiguo partido de las mayorías.

Ajustada la Comisión Jurisdiccional del Congreso a entera satisfacción del PAN, defenestraron a la priista Isela Torres para tener mayoría garantizada, viene la amenaza de juicio político contra varios servidores públicos que se han servido con la cuchara grande, entre ellos el más endeble de todos es José Arnoldo Abes, el chato, presidente municipal de Jiménez.

En el pueblo hablan de obra pública pagada a sobreprecio, obras pagadas sin estar concluidas, materiales deficientes, la escuela de duartismo en miniatura. Comentan que los ediles jimenenses suelen ser marranos y hasta trompudos, pero el buen “chato” trompeó la batea en tan sólo año y medio.

Planea reelegirse, pero en caso de que fracase –su desprestigio crece- la familia Aves agarró la hebra por ambas puntas, pues a la renuncia de Lolita Acosta logran poner de candidata panista a una prima hermana del chato Abes. Todo queda en familia, siempre que no prospere el juicio político, pues en ese caso colapsaría el proyecto completo.

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