El viejo fantasma del 95 regresó al gobierno del PAN, esta vez asomando un rostro de izquierda progresista con reminiscencias del viejo PRI. Aquel año Francisco Barrio perdió el Congreso y la capital, 28 años después Corral recibe de las urnas un Congreso sin mayoría, le arrebatan la mitad de las diputaciones federales y su prospecto al gobierno queda relegado a un deshonroso segundo lugar por la senaduría.
El PAN gana once distritos por tierra, más uno o dos pluris harían doce o trece diputados. Morena gana diez por tierra más uno o dos pluris tendrá once o doce. El PRI gana sólo uno, pero el factor de la subrepresentación lo podría dejar con cuatro o cinco diputados. Juntos los del Morena y PRI harán mayoría simple, suficiente para gobernar la cámara.
¿A qué santo se encomiendan éstos panistas de la Familia Feliz que no saben afianzar sus triunfos electorales? Vaya usted a saber, pero si quieren conservar el gobierno dentro de tres años deberán encomendarse a San Judas Tadeo, el santo de las causas imposibles. Corral y su grupo al interior del PAN han quedado sin candidatos al gobierno.
Uno de los grandes perdedores en la jornada de ayer es Gustavo Madero, en menos de cuatro años pasó de precandidato a la Presidencia de la República a candidato perdedor al senado. Eso es caer en picada, de presidenciable y jefe del partido a derrotado por una maestra desconocida, Martha Caraveo, y Cruz Pérez Cuellar, el mayor enemigo de su gobernador. No me ayudes, compadrito, dirá Javier con toda razón.
Esa derrota lo inhabilita para futuras aspiraciones, en Chihuahua no tiene destino, hoy lo de Madero es la política nacional y los negocios, aprovechando su influencia de senador. Que importa, regresará a su hábitat, el de los moches y los acuerdos bajo la mesa, sólo que arrastrando el estigma de gran perdedor.
De Rocío Reza ni hablar, dejó pasar la mejor oportunidad de su vida mientras observaba que su enemiga interna, Maru Campos, se convertía en la figura más prominente del PAN en la entidad, después del gobernador.
La soberbia les pasó factura, pensaban que haciendo campaña de aire – espectaculares, spots de radio y reunioncitas- bastaría para ganar. Nada, interpretaron mal el precario momento electoral en que hacían campaña y Morena les dijo con permiso, relegándolos al segundo lugar.
Otro gran perdedor es Armando Cabada. Tenía todo para la reelección y –falta que oficialicen el resultado- hoy está perdiendo frente a un personaje por el que muy pocos apostaron, Javier González Mocken, a quién hace cinco años sólo le alcanzo para ser suplente de Serrano.
Las urnas cambian escenarios políticos y trastornan o reencausan planes: Cabada pintaba seguro para candidato independiente al gobierno y ahora está por ser defenestrado de la alcaldía, mientras Cruz Pérez Cuéllar y González Mocken el domingo se convirtieron en prospectos de Morena al gobierno.
Lo de Cruz es digno de ser estudiado, se aferró a un clavo ardiendo sabiendo que perdería y su determinación pagó bien, será senador de la república por el estado de Chihuahua y, como se dijo, prospecto de Morena al 2021.
Cuando los votos empezaron a caer y el conteo avanzaba, Reyes Baeza también la pasó mal. Entró a la contienda con la expectativa de levantar la votación de Meade y la esperanza de refrendar el senado, sin embargo terminó relegado al tercer lugar.
Trágame tierra, todos los pronósticos del senado quedaron rotos, nadie imaginó que Morena terminaría de primero, Madero en un disminuido segundo lugar y uno de los exgobernadores más populares fuera de toda posibilidad. Otra víctima del tsunami.
¿Qué sigue para Reyes? Si reflexiona con serenidad encontrará que lo espera la mecedora de Patricio. Quizás intente recuperar el control del PRI estatal, sería difícil sin nada que ofrecer. Además, oficiar de redentor a los pies de un moribundo es mal asunto, no hace sentido. Ya tendrá tiempo para meditar y hacer una valoración reposada del gran colapso sufrido por su partido y la dificultad para levantarlo.
El centro del estado, Chihuahua y Delicias, terminó convertido en la única fortaleza que resistió el gran tsunami de López Obrador. Admirable fenómeno, pareciera que ambos municipios están inoculados contra la fiebre morena que diezmó a otros en su territorio. No sólo resistieron, ganaron contundentemente mientras otros perdían.
Maru Campos emerge como la gran campeona panista de la pasada elección, a reserva de que cierre el PREP, con más del 55 por ciento de la votación recibida, arañaría los 200 mil votos, una barbaridad en la ciudad de Chihuahua.
La triple M o M3, como ha sido identificado éste grupo al interior del PAN, por las iniciales de sus principales exponentes: Maru, Mario (Vázquez) y Malo (Jáuregui) es desde ahora el proyecto más sólido del PAN para disputar la gubernatura al candidato de Morena. El PRI no será actor preponderante en la próxima elección, si es que llega como partido al 2021.
Además de los ganadores cuyo nombre estuvo en las boletas, hay otros que ahora mismo brincan en un pie. Uno de ellos es Pablo Leos, hijo de Oscar. Es probablemente el chihuahuense de mayor antigüedad en el quipo de López Obrador, al que acompaña desde la elección de 2006. El candidato ganador lo identifica por su nombre y apellido, le tiene aprecio.
Pablo fue uno de los operadores de la estructura en la entidad, concentrado principalmente en la región de Cuauhtémoc. Ahí Morena ganó presidencias municipales, diputaciones locales y la diputación federal. Después de Juárez es el mayor bastión de la izquierda en Chihuahua.
Tiene una factura que cobrar, aunque no es necesario, está bien identificado por el círculo de ganadores y hace equipo con Rafa Espino, el morenista de más alto rango en Chihuahua y propuesto para ocupar un cargo de la mayor relevancia en el gabinete.
Valdría la pena mencionar también a Fernando Tiscareño. Quedó relegado en la campaña por la presidencia municipal, pero superó los cien mil votos dejando en tercer lugar al candidato del PRI, Alejandro Domínguez. Tiscareño será uno de los chihuahuenses influyentes en al gobierno de la regeneración. Vayan acostumbrándose, éste país cambió el domingo y con él los personajes del poder.