A menos que tenga información privilegiada, el Yako Ramírez, flamante diputado electo por Morena, juega con fuego al proponer la creación de un Frente amplio contra los gasolinazos.
O no entiende que los tiempos cambiaron el uno de julio o el proyecto de diputado pretende hacerse notar antes de llegar a una Cámara que habrá de caracterizarse por la política del “yes men”.
Si Peña Nieto no bajó la gasolina antes de las elecciones, cuyo fin sería dar un impulso al deteriorado PRI, menos lo hará en el tramo final de su administración, siendo que perdió hasta la camisa. Pueden hacer todos los aspavientos y el precio combustible seguirá fluctuando.
Eso lo saben muy bien Yako y sus compañeros de aventura, como también que López Obrador declaró que la gasolina no bajará de precio, sólo sufrirá ajustes determinados por el factor inflacionario. Es decir seguirá exactamente como está hoy, en libre flotación.
¿Porqué anunciaría un futuro diputado federal por Morena la creación de tal Frente? Pues como se dijo, sabe algo que ignoran la mayoría de los mexicanos o juega con fuego, dado que también sabe con certeza plena que a López Obrador no le gusta que nadie lo rebase por la derecha, menos por la izquierda. Ya se verá en lo que termina el Frente de Yako.
Bien dicen que una patada en el bolsillo duele más que en los “destos”. Al fijar el salario del presidente en 108 mil pesos mensuales, López Obrador desató una insospechada rebelión de la burocracia. Están volviéndose locos de sólo imaginar sus prebendas mitigadas.
En las diversas dependencias del gobierno federal hicieron cuentas y encontraron que alrededor de 35 mil burócratas de pedigree reciben más de esa cantidad. Algunos en áreas especializadas de Pemex, CFE, Hacienda.
Son los primeros dolientes de la política de austeridad salarial más popular desde que ganó el tabasqueño. No hay reversa, se ajustan a la nueva realidad o hacen espacio para que otros ocupen su lugar ¿En realidad piensan que son los únicos que pueden desempeñar el trabajo?.
El problema no es menor, aparte de tomarlo como simple rebelión debe ser considerado en el contexto de la productividad y la violación a los derechos laborales. Así que habrá resistencias y contraofensivas, la sola amenaza de perder la chuleta trauma al más templado.
Sin embargo lo que aleguen podría ser indiferente, hay nuevo gran Tlatoani. En consecuencia quienes están en la disyuntiva de aceptar el recorte o dejar el cargo –muchos habrán de salir de cualquier forma- es sólo ilusión, están frente a una de las primeras decisiones tomadas por el futuro presidente y, como se dijo arriba, no admite reversa.
Los burócratas federales son lo de menos, aceptan o les dan las gracias, la rebelión mayor está en la Corte. Los ministros decidieron poner bajo reserva su presupuesto durante los próximos cinco años. Con salarios de quinientos mil pesos mensuales, incluso para los que están en retiro, es comprensible su pataleo.
El otro tema importante está en las entidades federativas. Muchos gobernadores reciben más de trescientos mil pesos y ninguno menos de 200 mil ¿Aceptarán bajarse el salario aquellos que se encuentran en la oposición?.
Son las políticas del nuevo gobierno, en otras palabras hay que verlas como un sentencia de “la tomas o la dejas” del tipo es lo que hay. La burocracia revienta con la primera medida de austeridad, la más simple y sencilla de aplicar ¿Qué pasará si en verdad ponen en práctica las que tienen que ver con el combate a la corrupción?. Ahí duele y en serio.
Ese tema no lo toquen, al menos por ahora, si muchos de los funcionarios de alto perfil están en el gobierno no es por el salario, así sea de dos o trecientos mil pesos, sino por las relaciones y los negocios que desde ahí se generan. El tráfico de influencias.
Durante los tiempos de campaña estaban muy atareados en la Secretaría de Desarrollo Social y la oficina de Comunicación Social de gobierno, con el tema de la subasta del ganado decomisado a César Duarte, pero en cuanto termino la elección lo dejaron pendiente, como si ya no importase.
Ese tipo de desplantes es lo que desacredita la campaña de Justicia emprendida por Javier Corral contra los corruptos de la pasada administración, empezando por el exgobernador.
A todas luces parecen mas disparos con fines electorales que la intención legítima y obligada de hacer justicia y recuperar, aunque sea en parte, el dinero que ilegalmente robaron en la administración duartista, como tanto han denunciado.
No hicieron la subasta, pero la anunciaron profusamente como si ya hubiesen recuperado el dinero. Pedirles seriedad no sería demasiado, hay muchos chihuahuenses, la enorme mayoría, que sinceramente quieren ver detenido a Duarte, pero esos desplantes electoreros desaniman a la gente, entienden que no conducen a ninguna parte y más cuando filtran noticias de que las vacas están vivas solo por el milagro de la lluvia. No sean indolentes, aliméntenlas y realicen la subasta en buenos términos.
Diga que se trata de una volada por falta de información o irresponsabilidad periodística, pero empieza a trascender –entre ciertos grupos del PRI, que Chuy Velázquez, único diputado que tendrá ese partido ganado en tierra, coquetea con Morena.
¿En serio? Como la ven, al sentirse fuera de la coordinación de la bancada priista, que tendrá Omar Bazán, Chuy otea nuevos horizontes y nada mejor que sumarse a la ola ganadora de Morena.
Quizás sólo envían señales de insubordinación con tal de presionar a la dirigencia del partido, a fin de que lo tomen en cuenta, pero los trascendidos entre algunos de sus amigos van en el sentido anterior.
Además agregan, con cierta soltura, que ha tenido las primeras aproximaciones impropias con los nuevos ganadores de la política nacional ¿Un diputado más para la cuenta de Morena? Prematuro para confirmarlo, son tiempos de especulaciones y rumores al vapor.
