CASO DUARTE EN ESCRITORIO DE OCHOA

*Comparecería hoy Carlos Hermosillo

*PRI, oscuro camino hacia la unidad

*Endémica opacidad en transparencia

*Foster de la Vega ¿Primer donativo?

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La que viene será una semana de angustia y estrés para César Duarte, se gestan dos noticias de alarma que alterarían su aparente serenidad de “nada pasa, yo estoy bien en Peña”, mensaje que suele enviar con el propósito de contener, sin lograrlo, a sus detractores.

Si pasa y mucho, al escritorio de Enrique Ochoa llegó el dictamen de la Comisión de Justicia Partidaria sobre las expulsiones de Borges y Duarte, solicitadas por el diputado Bejarano. Quedarían resultas antes de que concluya el año, probablemente la semana que viene, a menos que reciba la noticia entre Navidad y Fin de Año.

La otra es que Javier Corral intenta amargarle los ponches, citándolo a comparecer sobre el caso de Jaime García Chávez, reabierto el miércoles pasado tras el carpetazo fulminante ordenado por González Nicolás, antes de cerrar la pasada administración.

No son “buenos deseos” navideños para el ex gobernador, fuentes adscritas al CEN del PRI confirman la versión de Bejarano, en el sentido de que no concluirá el año sin que resuelvan sobre el pedido de expulsión. Como están las cosas en el PRI, es improbable que resuelvan indultarlo simulando que todo está bien.

Esa decisión está tomada, sólo que no saben si expulsarlo a la primera o retirarle temporalmente sus derechos partidarios. En cualquier caso, para efectos políticos, es la misma: Duarte se ha quedado sin el apoyo de su partido, sólo que todavía no lo sabe, pero están por notificarlo.

En cuanto a la inferencia del citatorio ministerial de la Fiscalía local, es cuestión de seguir el caso de Carlos Hermosillo. El lunes notificaron al diputado que reactivaban la demanda por enriquecimiento inexplicable, presentada por Gustavo Villarreal y ayer trascendió que hoy hará su primera comparecencia.

Javier Corral no va por Hermosillo, quiere el premio mayor. Si el miércoles notificaron a los abogados de Duarte y Herrera que abrieron el juicio de Banco Unión, es válido anticipar que lo citarían a declarar en el curso de la semana, suponiendo que las vísperas anuncien los tiempos. Hay que ver.

Oscuro y de superficie quebrada el camino hacia la reconstrucción de la unidad priista. Desde México intentan pavimentarlo en la ortodoxia partidista Reyes Baeza y Patricio Martínez, por eso los foto-mensajes con Lilia Merodio y Graciela Ortiz, las dos mujeres más encumbradas de la política doméstica.

Si su lógica es construir la unidad de arriba hacia abajo –los priistas no conocen otro método- el siguiente en la mesa de los tiburones en oficio de fiel unificador, sería Alejandro Domínguez, coordinador de los diputados federales, y Karina Velázquez, coordinadora legislativa en Chihuahua.

Ahí es dónde empiezan los asegunes, una primera necesidad de ese partido es colocar en un rincón los despojos del duartismo, necesitan enviar  a la sociedad el mensaje de que no todos los priistas están podridos, lo que no pueden hacer manteniendo vigentes a los exponentes más conspicuos de esa corriente en desgracia.

Del sello que lleva Karina Velázquez no hay duda, antes de Duarte su mayor aspiración era la suplencia de una regiduría en Parral y que los Mineros ganasen el campeonato estatal de beisbol, con Duarte fue diputada federal, presidenta del PRI y diputada local.

¿Dónde pondrían al diputado Domínguez? Fue presidente del partido, a nada estuvo Duarte de hacerlo presidente municipal, lo puso de candidato en el mejor distrito de la capital y una vez ganado lo nombró coordinador de los diputados.

Alejandro dirá que su carrera es anterior a la de Duarte, que inició con Patricio y se fortaleció con Reyes Baeza, que tiene personalidad propia y vale por sí mismo, esgrimiendo miles de argumentes para sostener sus dichos. Si, pero el hecho es que fue uno de los mayores beneficiados políticamente en el sexenio de la corrupción. Necesitan establecer una línea clara entre el PRI corrupto y perdedor de César Duarte y el PRI que pretenden construir, supuestamente comprometido con la sociedad, transparente, moderno y sobre todo lo que ha dicho reiteradamente su presidente Ochoa, intolerante a la corrupción.

Quizás les vendría bien despojarse un poco de los cartabones conocidos, muy eficientes durante la era del partido hegemónico y ganador, y pensar en soluciones creativas que los hagan salir del barranco hacia donde los llevaron los malos gobiernos, incluido el de Peña Nieto ¿Se habrán percatado de esa realidad?

La endémica opacidad en transparencia cubrió la elección de los tres nuevos comisionados del cuestionado, ineficiente, oneroso, palero e insulso organismo. Durante todo el proceso electivo menudearon las versiones sobre favoritismos, entregando –supuestamente- el examen a los elegidos, errores legislativos procedimentales al momento de votar, calificaciones reprobatorias o aprobatorias por consigna, compromisos prepagados con empleos en la institución, hablan de siete nuevos nombramientos, entre ellos de un cercanísimo familiar de Miguel Latorre, y otras linduras propias de la democracia chihuahuita.

El proceso, como los anteriores, fue una chunga sólo que ahora salió ganando el PAN. Impuso sin oposición a sus tres candidatos, siendo que necesitaba de los votos “nanos” para hacer mayoría calificada, dado que sólo cuenta con 16 diputados propios.

La primera elección, cuando nació el organismo, fue de tres consejeros para el PRI, uno para el PAN y uno para el PRD; el segundo relevo el PAN y PRI refrendaron posiciones, desplazando al PRD y en esta tercera ronda el PAN se quedó con el pastel completo.

Deberían acabar con la simulación, modificar el reglamento de elección, les complica demasiado el dedazo. Pensar en que los señores diputados se ajusten a la norma y elijan a los tres mejor calificados es improbable. Un aplauso estruendoso a la transparencia, quedó el Ichitaip debidamente oxigenado.

“A nosotros no nos lo ha pedido, pero seríamos solidarios”, dijo Alejandra de la Vega, interrogada sobre si su familia apoyaría la solicitud de apoyo económico del gobernador Corral a la IP.

Dejó una condición, eso lo decidiría quién maneja el grupo familiar, o sea su señor esposo. Buscan quién haga punta, ahí están los Foster de la Vega. Hasta no ver no creer, para que valga la pena tendrían que poner muchos ceros después de un dígito.

Un saludo afectuoso a viuda, hijos, hermanos, especialmente Alberto, y demás familiares de Armando Delgado Sifuentes, quién murió el miércoles en la ciudad de Torreón, donde se le complicó una operación del corazón. Sus amigos lo llamaban “Pelos”, era un excelente reportero, el gremio lo extrañará. Descanse en paz.