*Un reo con males contagiosos

* ¡Con brazalete y detenido!

* Madero mirándose al ombligo

* Inadmisible abuso policial

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Si los castigas de obra no lo hagas también de palabra, frase muy baecista que Mario Tarango solía citar en sus tiempos de poder. Viene de perlas al caso de Alejandro Villarreal, ex secretario general de la sección octava, inscrito en el circuito de los maxijuicios por presuntos desvíos que no llegan a nueve millones de pesos.
Punto aclaratorio: si Villarreal robó, malversó, desvió o dispuso de dinero en forma ilegal que lo juzguen, condenen y lo hagan regresar lo que se llevó, los corruptos merecen cárcel. Pero es de muy mala leche si encima lo maltratan hasta el punto del infarto y además lo hacen pasar por reo con males contagiosos, cuyos espacios que ocupa deben ser desinfectados.
No sean así, tratarán con mañosos pero tienen sentimientos y madres, hermanos, hijos y amigos dolientes por su comprometida situación judicial. Cuando los abogados de Villarreal pudieron cambiar la medida cautelar a fin de que llevase el proceso en libertad y un juez federal confirmó, requerido mediante amparo, que no había nuevas ordenes de aprehensión contra él, se ilusionó con que pronto saldría de prisión.
A las nueve de la noche del jueves 13 Villarreal no tenía, confirmado por el juzgado de distrito donde promovieron el amparo, ninguna orden de aprehensión en su contra. Sin embargo media hora después que siempre si, que otro “pendientito” lo mantendría detenido. La firma en los maxijuicios, dicen que no hay nada y en cinco minutos ya tienen la orden de aprehensión lista por otro delito.
Imaginen al infeliz procesado, cuando recibió la noticia del amparo cantaba de dicha pensando que dormiría calientito al otro día y nada, le llega el balde de agua fría con que permanecerá guardado. Así cualquiera se infarta o desmaya hasta por males hepáticos.
Después hacen circular la foto donde personal de limpieza desinfecta el sitio que ocupó durante la audiencia por que tiene “males contagiosos”. Está tirado en el piso y todavía lo patean, humillan y hacen mofa de su situación. Mínimo de humanidad, también los corruptos –suponiendo que Alejandro Villarreal lo sea- tienen derechos humanos.
El caso de su tocayo Alejandro Gutiérrez es similar. Ayer le pusieron un brazalete electrónico ¡pero el señor continúa en el penal! Probablemente sea el único preso del mundo que mientras está detenido en una penitenciaría del estado, además lleva un brazalete para que la justicia pueda determinar en todo momento su ubicación.
Algún estudioso del derecho debe dar seguimiento a los sinsentidos procesales que se ven a causa de los maxijuicios. La Coneja está en las mismas que Villarreal, no sale por chicanas que los asesores jurídicos de gobierno hacen buenas en complicidad con juzgadores de consigna.
Por cierto, la empresa “Joisan S.A de C.V” es chihuahuense, apoyada en tecnología inglesa pero de origen local. Valga el dato para los otros interesados, ahora que se han percatado que los brazaletes son escasos y la Fiscalía no tiene la menor intención de conseguirlos.
En la campaña por ubicar a Manuel Gómez Morín, nieto del mítico fundador, en la presidencia del CEN, Gustavo Madero no hace más que mirarse al ombligo. Está muy preocupado por que “el cartel de gobernadores” y Ricardo Anaya entregarán el partido a López Obrador, a través de Marko Cortes y Héctor Larios, según declaró al Universal.
Dos observaciones. Primera: nunca el PAN estuvo más entregado al Gobierno Federal que cuando Madero promovió las reformas de Peña Nieto. Además de votarlas cabildeó al interior de su fracción y en otras fuerzas, siendo el mejor aliado del presidente priista.
Segunda: él y Corral hacen en política doméstica justamente lo que critican en la sucesión del CEN; pretenden imponer a una perdedora como Rocío Reza en la presidencia del CED, para que proteja sus intereses –los de ellos no los del PAN- mientras cierran el paso de aspirantes independientes. Es una doble contradicción que los desacredita y resta credibilidad para pedir democracia interna.
Hasta los dinosaurios más correteados del PRI muestran confusión, en estos momentos de perplejidad para ellos. Ulises Ruíz, uno de los gobernadores desprestigiados, icono de la corrupción y emblema del viejo partido hoy en decadencia, propone “acabar con la figura de primer priista”.
De no ser por la historia de lagartón que lo sigue sus declaraciones pasarían por tiernas, inocentes o despistadas. Esa figura la despedazaron en el país los electores el pasado uno de julio y en Chihuahua dos años atrás, precisamente a causa de excesos y corruptelas como las que dejó en Oaxaca.
No se da cuenta, el insensato, que formula su propuesta en un estado y una ciudad donde hace dos años no hay “primer priista” y la fracción del PRI en el Congreso local está compuesta por sólo cuatro diputados, tres de los cuales llegaron por la vía plurinominal.
Hoy recorre el país pidiendo democracia interna. Lo que tiene uno que ver. Lástima de partido, cuando está en la desgracia surgen los peores fantasmas de su pasado intentando rescatarlo, siendo que fueron ellos quienes lo llevaron a la postración en que hoy se encuentra.
Maru Campos necesita intervenir en la Policía Municipal para que Asuntos Internos haga una investigación rigurosa sobre los hechos donde un ciudadano resultó con fracturas graves, a causa de golpes propinados por agentes municipales. No es un asunto menor, el video que circuló en redes exhibe sin matices el abuso policial.
Y debe ser la alcaldesa en razón de que el Jefe de Policía, Gilberto Loya, sin pensarlo dos veces defendió en público a los agentes, diciendo que fueron los primeros agredidos y por esa causa uno resultó con fracturas de costilla.

Puede, desde luego quienes se enfrentan a uniformados no son blancas palomitas, pero eso no exculpa al agente que fracturó la pierna de un ciudadano, cuando éste ya estaba sometido. Son dos hechos que Loya quiere hacer pasar por uno, de ahí la necesidad de que intervenga la alcaldesa, ella es la primera autoridad en la Presidencia Municipal.