Tintes de revancha

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Denver— Este fin de semana Tom Brady regresa a Denver, donde la temporada pasada lo magullaron y golpearon.

Aquella helada noche de enero los Broncos de Denver lo golpearon casi dos docenas de veces.

Dos semanas después Von Miller convirtió su actuación –2 ½ capturas, cuatro golpes al mariscal y una intercepción– en uno de los mejores desempeños de algún jugador defensivo en la historia del Super Bowl, trayendo a casa tanto el trofeo Lombardi como el de JMV del Super Bowl 50.

Brady salió cojeando de Denver, con su esperanza de jugar después de los 40 años quedando como un sueño a menos que los Patriotas pudieran encontrar la manera de corregir la porosa protección que le dan.

La corrigieron.

La playera de Brady ya casi no se ensucia y el mariscal tiene de nuevo avanzando tranquilamente a los Patriotas (11-2).

“Este año nada más lo han capturado 12 veces”, señaló el coordinador defensivo de Denver Wade Phillips, el arquitecto del partido de enero. “No lo han golpeado tanto así que parece que lo están protegiendo mucho mejor que el año pasado.

“Pero todo el tiempo juega muy bien, haya protección o no. El año pasado nosotros lo golpeamos muchas veces, pero, si ustedes recuerdan, en los dos juegos al final se recuperó. Es un mariscal fenomenal. No hay nadie que esté jugando como él”.

La victoria de hoy no sólo brindaría a los Patriotas el título divisional por la cantidad consecutiva de ocho veces, cifra récord en la NFL, sino que propinaría un serio golpe al proyecto que Denver tiene de defender su campeonato del Super Bowl.

Aferrándose al sexto y último boleto para playoffs, para tener dicha oportunidad los Broncos (8-5) tendrán que pasar por Nueva Inglaterra, Kansas City y Oakland, que llevan marca combinada de 31-8.

“El año pasado, estuvimos a un juego de no llegar siquiera a playoffs y luego seguimos adelante y ganamos el Super Bowl”, dijo Chris Harris Jr.

“Como que nos colamos, pero ahora tenemos que jugar mejor. Ya tenemos que empezar a acumular victorias y nada se sentiría mejor que retomar el camino derrotando a los Patriotas”.

Miller canalizó a su Aaron Rodgers interno, implorando a los inquietos Broncos que se tranquilicen.