*¿Pusieron a Tena de rodillas?

* PGR-Fiscalía peleando la plaza

* Atenidos a que llegue Durazo

 

Reiteradas acusaciones de secuestro y asesinato hizo el edil Carlos Tena de Cuauhtémoc contra agentes al mando de Oscar Aparicio, jefe de la policía estatal, quién las negó sin admitir la menor posibilidad de que las versiones edilicias correspondiesen a la verdad.

Así, confrontados por el secuestro y asesinato del policía municipal, permanecieron ambos más de una semana; Tena fajado en las acusaciones y Aparicio negando por consigna, pero renuente a pedir pruebas al decidido acusador.

Ayer los dos personajes aparecieron en la presidencia municipal de Cuauhtémoc tomados de la mano, frescos y sonrientes con su mejor rostro para la foto firmaron un mutuo “Borrón y cuenta nueva, cualquier diferencia o malentendido quedó resuelto”.

¿Que o quién obró para que edil y jefe de policía se tomaran la fotografía, intentando zanjar una diferencia pública entre el Ayuntamiento de signo Morena y el gobierno panista, siendo que hasta un día antes se mentaban la madre?

Sólo ellos y los buenos componedores en su entorno próximo conocerán los antecedentes que provocaron la fotografía reconciliatoria, pero en esas imágenes envían un pésimo mensaje a la sociedad chihuahuense, un mensaje de simulación impune que alienta la desconfianza hacia los cuerpos de seguridad y, peor, hacia sus jefes.

Hoy tenemos que los señores se pusieron de acuerdo en cuanto al nombre del Mando Único y en consecuencia no pasó nada, lo pasado pasado volvamos a empezar. Sólo les faltó el doble beso en la mejilla y la promesa de amor eterno frente a las cámaras.

Son patrañas, engañan a la gente, su conducta –la de ambos- es merecedora de la mas enérgica condena. Aparicio debió pedir un desmentido público del edil, sin tan seguro está de la inocencia de sus policías y Tena o es un ladino, cínico desvergonzado –acusa con fines aviesos y después recula- o desde gobierno lo pusieron de rodillas, cancelando futuros apetitos de cuestionar en público la credibilidad del honorabilísimo cuerpo policial del Nuevo Amanecer.

¿Tendrán conciencia de sus nefastos acuerdos? Sinceramente lo dudo, para ellos el tema quedó resuelto ayer con ese apretón de manos y el nombramiento del nuevo jefe del mando único ¿Quién impuso su voluntad?

Mientras edil y jefe policial envían ese mensaje indigno, la PGR detiene en Aldama a un sicario, el 300, del que afirman es líder de una pandilla criminal en Juárez, al que dan trato de alto capo de la mafia y presumen como si fuese miembro del jet set criminal. Peniche y Aparicio supieron de la detención por los trascendidos de la prensa, pues no recibieron notificación del operativo. Ni por cortesía institucional les avisaron.

Ponga sobre la misma mesa, además, el llamado que hace el gobernador Javier Corral, ayer al medio día, de los jefes que pertenecen al cuerpo de seguridad, el Fiscal Peniche, los fiscales de zona y el propio Aparicio, reunidos para discutir los detalles de la descomposición reflejada en la inoperancia de los cuerpos de seguridad que dirigen. Se reúnen ¿…Y?.

En el encuentro destacó la ausencia de los comandantes militares y desde luego del nuevo delegado de la PGR y su principal comandante, ocupados en “declarar” y presumir al detenido en Aldama.

Si, en asuntos de seguridad el gobierno federal camina en una dirección y el estado en otra. Como ciudadanos preocupados por el aumento incontenido de la violencia debemos preguntarnos quién teje y quién desteje o si ambos se atropellan pisándose las mangueras.

Al gobierno de Peña le restan tres semanas, ojalá Javier Corral tenga razón y haya un cambio radical una vez que asuma López Obrador, pero es peligroso estar atenido a la llegada de Durazo y la voluntad del nuevo Tlatoani, a efecto de que regrese la coordinación entre niveles de gobierno o por lo menos dejen de comportarse como “rivales del crimen peleando la plaza”.

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