El mayordomo virtual que sustituirá a los altavoces inteligentes

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El altavoz inteligente tiene los días contados como elemento central de la casa conectada. Al nuevo electrodoméstico, que responde a comandos de voz para activar aparatos, le falta algo fundamental: más inteligencia. Su evolución es un mayordomo virtual formado por sensores repartidos por todas las estancias de la casa, que recoja datos de forma permanente sobre la actividad de los moradores y que aprenda de sus comportamientos para actuar sin necesidad de una orden expresa. Es la propuesta de una empresa española seleccionada por el Consumer Electronics Show 2019 (CES) de Las Vegas para presentarla en el mayor evento mundial del sector.

José Murillo, procedente de Microsoft, y Jesús González, de Intel, trabajan en casa con sus 13 empleados. No lo hacen en sus hogares respectivos, sino en una casa de Sanlúcar la Mayor (Sevilla) que han convertido en el laboratorio principal de Smart IoT Labs, la empresa que crearon en febrero del pasado año. Los sensores repartidos por todas las estancias pretenden recopilar todo tipo de datos: las temperaturas, la intensidad de luz externa en interna, el consumo de agua, el consumo de electricidad, la concentración de CO2 o cualquier información que permita al mayordomo virtual tomar decisiones a partir de los patrones de comportamiento y las circunstancias ambientales.

“Lo más importante es que no se tiene que programar ni tiene que escuchar órdenes, sino que entiende y conoce qué precisan los habitantes sin crear una regla”, explica José Murillo, director general de la compañía. “Las propuestas actuales son limitadas. Son solo controles remotos que responden al móvil o a la voz. Los sensores son caros y aportan pocos datos y con una frecuencia insuficiente. La casa inteligente no existe. Es lo que estamos creando”, añade Jesús González, responsable de la dirección técnica.

Como ejemplo, quieren que el mayordomo virtual sepa que es fin de semana, que te has ido a pasarlo a otro sitio y, mediante un mensaje, te informe de que se ha dado cuenta y ha activado el programa previsto, con sistemas de seguridad y control de gasto. O bien que detecte que uno de los habitantes puede haber sufrido un accidente o se ha dejado un aparato encendido sin usarlo. O que sepa qué ropa contiene la lavadora, qué programa debe aplicar y cuándo es más barato encenderla. O que reconozca la entrada de un hijo a la casa y lo comunique por mensaje y sea capaz de distinguirlo de un extraño. “La inteligencia artificial para estas aplicaciones ya lo hace posible. Hace cuatro años no existía, pero ya se puede”, afirma el director de la compañía, que colabora con Movistar Home.

Ambos comparten un valor más de su propuesta: que el sistema no sea esclavo de Internet y que sea el usuario quien decida qué datos pueden ser cedidos y a cambio de qué. Jesús González ponen un ejemplo. “La cafetera puede detectar cuánto café tenías, cuánto has utilizado y si es conveniente comprar más. Ese dato puede servir para una determinada compañía de suministros o un supermercado, pero será el cliente si quiere que esa empresa lo sepa o si le cede esos datos a cambio de descuentos” . “Disponibilidad y privacidad. Son conceptos claves de nuestro modelo”, añade Jesús Murillo.

Calculan que monitorizar la casa e instalar el cerebro central de su sistema puede suponer un coste de 250 euros para acciones básicas del mayordomo. Estas podrán ampliarse mediante aplicaciones. También están preparados para integrar su módulo principal en los dispositivos que ya comercializan las compañías de comunicaciones.

En enero, tras la presentación en Las Vegas, quieren empezar la monitorización de 50 hogares y pasar en poco tiempo a 2,000 para lanzarse al mercado.