*Maru, equilibrio del PAN

* Hace su trabajo político

* Hiram Apolo Contreras

* Puebla, revés a AMLO

 

La ciudadana presidenta municipal, Maru Campos, batea de 300 al cierre de año, tendrá dulces ponches y mejores buñuelos. Marko Cortés, amigo personal de la alcaldesa, le dio un trato privilegiado colocándola entre los integrantes de la Comisión Nacional Permanente del CEN.

En sí mismo el nombramiento es un reconocimiento a su trabajo político y liderazgo en Chihuahua, pero en tiempos adelantados hacia la gubernatura –todos hacen planes para el 2021- representa un singular refrendo de amistad y compromiso entre ambos, por lo que pueda venir.

Además ha mostrado madurez política que le dan otra estatura. Mientras Rocío Reza se conduce como si la corriente de Palacio fuese la única con presencia en el PAN, ninguneando a otras fuerzas, o peor, haciendo como decía Salinas con los del PRD, que nos las ve ni las oye, el sábado la presidenta municipal se movió con inteligencia para facilitar el quórum necesario, a efecto de que la presidencia del partido integrase sin contratiempos la Comisión Permanente local.

Reza repele a los grupos, entre ellos al M3 liderado por Maru, pero ella responde con un “detallito” de buena voluntad femenina facilitándole el trabajo y mostrando, de pasada, su fuerza interna. Si, ese acto de madurez y compromiso con la unidad la revalora, quieran o no algunos de sus adversarios internos, pues igual pudo decidir lo contrario, hacer vacío para reventar la sesión.

Por cierto ¿Alguien supo el sábado algo de Madero o Riggs? Es pregunta.

Desde luego Maru tiene un amplio camino que recorrer para convertirse en la primer gobernadora de Chihuahua, de inicio al interior del PAN donde Javier Corral quisiese con todo su corazón frenarla en el camino, y luego con los señores del gran capital, donde ha hecho bien clic pero ya se conoce su veleidosidad.

No obstante avanza con buen ritmo, es el mejor prospecto del PAN para enfrentar al candidato de Morena, que de momento sólo se perfilan cuatro nombres, con mayores o menores posibilidades de convertirse en sus rivales.

Entre estos cuatro apunte a Juan Carlos Loera, el palomeado de origen, Cruz Pérez Cuéllar, que la busca con denuedo y desesperación, Rafa Espino, el amigo de López Obrador que no parece muy convencido, y Marco Adán Quezada, el externo que podría llegar en la coyuntura de su popularidad. Elimine a Cabada, su pleito con Morena por los resabios de las elecciones pasadas lo hacen inviable y el Caballo francamente no juega en estas ligas.

Ni con la muerte de uno de los suyos, el vil asesinato de Hiram Apolo Contreras en Juárez, un panista que ha sido presidente del Comité Municipal, diputado local, regidor y comprometido militante del partido, sus colegas se mueven para denunciar el gravísimo problema de inseguridad que existe en la entidad.

El silencio, interrumpido sólo por declaraciones obligadas, sin más propósito que cumplir con el expediente del compromiso, de los dirigentes panistas en la muerte de Hiram Apolo, es una clara complicidad y tapadera ruin con el gobierno emanado de su partido, incapaz de contener la escalada violenta.

Si quieren ayudar a Javier Corral no será callando, pues de esa forma se ven como solapadores de un gobierno negligente con los asuntos más apremiantes del estado, el de seguridad particularmente.

Si hubiese sucedido la muerte de su militante en un gobierno de signo priistas ¿Cómo hubiesen reaccionado? Ahí queda la pregunta. Abusados, pronto la gente los hará pagar en las urnas o suponen que el desgaste de gobierno sólo se aplica a los otros partidos.

Con la declaración de validez en la elección de Puebla, el gobierno de López Orador sufre su primer revés electoral. Se generó expectativas de que anularía la elección, por que en ese sentido iba el dictamen del magistrado ponente, pero no sucedió así. Moreno Valle sigue siendo fuerte, refrendó su condición como cacique poblano. Mala para ellos, sufrirán otros seis años el desgobierno.

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