*El humilde cargador de pulgas

Es vil, grotesco, una canallada, por decir lo menos, que Morena y sus diputados responsabilicen a Javier Corral de lo que sucede en el Congreso y quieran cargarle todas las pulgas, como al perro más flaco. No sean así, inocente señor, de plano quieren hacerlo responsable hasta de que los despachen con dos yemas, al salir de su casa durante la mañana y encima sin dinero para burritos. Sólo alguien tan ruin o insensato sería capaz de atribuir al gobernador ese poder. Sobre valoran sus alcances. Por favor, sentido común ¿Cómo podría el humilde y dejado Corral intervenir en los asuntos internos del Congreso, si desde que se instaló en Palacio lo único que ha hecho es respetar la separación de poderes. Se pasan.

Que hoy estos inexpertos politiquillos sin más ocupación que pelearse entre si y resueltos a unir al resto de los diputados en su contra quieran responsabilizarlo de ordenar la desaparición de una secretaría de suyo inexistente, es como pensar que tuvo algo que ver en reformar la Constitución para que Jorge Issa fuese director administrativo, o promover que Rocío Reza palomease a Fernando Álvarez Monge para coordinador de los diputados panistas.

Por una vez en sus desabridas vidas sean serios, mañana van a salir con que también intervino para desactivar el nombramiento de Nachito Rodríguez como Auditor Superior y, para resolver la crisis generada por la incompetencia e indiscreción del oso Valenzuela, ordenó traer desde la Ciudad de México a Héctor Acosta y lo colocó en la oficina de Auditor. Nada más alejado de la realidad.

Cuenten hasta diez antes de abrir la boca, solo las mentes más pervertidas y bajunas podrían suponer sandeces así de un modesto y comprometido servidor público cuyo amor por su tierra no tiene límite, de alguien que no ha hecho más que cumplir y hacer cumplir las leyes, no sólo las leyes que le gustan sino también las que detesta. Por que, como todo ser humano, detesta algunas, aunque las respeta por igual en atención a la convicción personal de un demócrata convencido.

Siguen así y el día menos pensado salen con la estupidez de que también hizo lo imposible para imponer a Luz Estela Castro en la Consejería Jurídica y a Pablo Héctor Villalobos en la presidencia del Tribunal. O, el colmo sería, que ordenó la destitución de los magistrados duartistas, empezando por bajar de la presidencia a Gabriel Sepúlveda. Esos son asuntos meramente legales, de competencia interna que los magistrados resuelven a su saber y entender, donde nada tuvo que ver. Entiendan, lo ha dicho miles y miles de veces.

Cualquier ciudadano con dos dedos de frente sabe, por que ya son dos años y medio al frente de la administración estatal, de su celo y concentración en los asuntos de gobernanza: combatir la criminalidad, generar condiciones para el crecimiento económico, traer inversiones privadas, desplegar abundante obra pública en todos los rincones del estado, armonizar con los alcaldes y empatar los objetivos de Chihuahua con los intereses de la Federación para evitar diferendos con el presidente.

Nada más los necios de corazón endurecido y mala sangre restarían méritos a su desempeño, queriendo empañarlo cuando están ciertos de que trabaja mañana, tarde y noche al servicio de los electores que le dieron tan elevada responsabilidad. Quienes lo ven interviniendo en asuntos de otros poderes o desestiman su trabajo o son malagradecidos, sepan que ahora mismo promueve una nueva Convención Nacional Hacendaria y un Pacto Fiscal menos inequitativos para que Chihuahua tenga más recursos económicos y así pueda pagar la enorme deuda que dejó el vulgar ladrón.

Es de enorme valor desafiar el presidente todo poderoso que pretende seguir gobernando con los instrumentos hacendarios de 1940, siendo que de ellos renegó cuando era jefe de gobierno en la Ciudad de México. El valor es doble si tenemos presente que lo hace por estricto amor a Chihuahua, sin pensar en precampañas presidenciales ni segundos objetivos asociados a la cochina política electoral. Amor puro al terruño siguiendo el caminito trazado por López Orador ¿Dónde radica la parte mala de ésta historia?.

Al contrario, son viles quienes desdeñan su inquebrantable verticalidad, su deseo de acabar con el asfixiante e injusto centralismo que frena el desarrollo de la entidad. Eleven la mirada, recuerden por un instante que forman parte de una aldea global, no de una provincia aldeana. Ya lo ha dicho anteriormente, ¿Por que extrañarnos?, su tarea principal a sacar a Chihuahua del aldeanismo y si el precio es confrontarse con López Obrador, Morena y sus impertinentes diputaditos locales está dispuesto a pagarlo. Todo por el bien de Chihuahua y chin-chin el que vea en ello propósitos electorales.

Ajá

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