Sabines, palabra simple y de verdades profundas

CIUDAD DE MÉXICO.-

Jaime Sabines (1926-1999) “es el poeta de la condición humana”. La soledad, el paso del tiempo, la muerte y, sin duda, el amor son los temas que marcaron su obra “sencilla, pero con profundidad de concepto y de emoción”.

La propuesta del vate chiapaneco, que falleció hace justo 20 años, sigue vigente en pleno siglo XXI y continúa sacudiendo el alma de los jóvenes lectores, a pesar de no haberlo conocido, comenta Pilar Jiménez Trejo.

La autora del libro Jaime Sabines. Apuntes para una biografía participará hoy, a las 19:00 horas, en la lectura colectiva con la que se conmemorará su vigésimo aniversario luctuoso en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Es un escritor de tono autobiográfico. El mundo en que funda su poesía tiene mucho que ver con él mismo”, dice en entrevista. “No tuvo una vida de intensidad académica, no se distrajo con el periodismo o la crítica literaria; sus disertaciones se restringieron a breves discursos de ceremonias de premiación y homenajes. A cambio de la austeridad con la que edificó su fama intelectual, ejerció el arte de la conversación y desplegó en ella todo el peso de su intuición literaria y de su sabiduría proverbial, tan cotidiana como doctoral”, agrega.

De padre de origen libanés, el mayor Julio Sabines, y madre chiapaneca, Luz Gutiérrez, el autor de Tarumba abarrotó como pocos los escenarios donde leyó su poesía ante jóvenes ávidos de escucharlo. Es un poeta muy recitado por los jóvenes mexicanos, que saben de memoria sus versos.

Para Juan Domingo Argüelles, la obra del autor de Horal (1950), su primer poemario, es “una descarga de emoción”. Y añade que “la maravilla de Sabines es que no pierde vigencia, no pierde lectores, continúa vivo y, además, es un autor que le habla a mucha gente. A diferencia de una poesía más intimista, menos expansiva, la suya consigue la atención de un vasto público acostumbrado a que la poesía tenga emoción. No es fácil conseguir que los versos sean sencillos y que además posean esa profundidad de concepto y de emoción”, destaca.

El autor de 16 poemarios legó además a sus lectores un archivo integrado por libros, 40 libretas de apuntes, objetos personales, pinturas y fotos, correspondencia, videos de entrevistas, sus poemas musicalizados, recortes de periódicos desde los años 50 cuando empezó a aparecer en la prensa, las críticas, las reseñas de su obra y programas de televisión.

Este vasto acervo es catalogado por sus cuatro hijos: Julio, Judith, Julieta y Jazmín Sabines, detalló el primero en 2016, año en que el autor de La señal y Adán y Eva hubiera cumplido 90 años.

 

En esa ocasión, Julio Sabines admitió que estaban analizando la viabilidad de dos proyectos: la creación de una fundación que llevara el nombre del poeta y un libro con el posible título de Los poemas rescatados, que reuniría algunos de sus textos inéditos. Ayer, el hijo del vate declinó abundar en los avances de estas iniciativas.

HTML Snippets Powered By : XYZScripts.com