Ancho el camino de Maru

* Corral en su Principio de Peter

* Asoma el corrimiento del poder

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Empiezo con la presente entrega una serie de cuatro análisis sobre el escenario actual rumbo a la gubernatura, en la elección 2021. Sería un primer corte del momento político en el que parten las fuerzas en contienda: PAN, Morena, PRI y lo que pudiésemos llamar “Tercera Vía”. Mañana de Morena, miércoles PRI y el jueves desdoblaré una opción vigente fuera de la estructura tradicional de partidos. En ésta va el PAN.

El once de abril el Congreso del Estado atoró, en primera votación, la elección de presidente en la CEDH. Veintidós diputados hace las dos terceras partes necesarias para la mayoría calificada y con 18 votos quedó Carlos Gutiérrez, nueve Irma Villalobos, cinco Karla Gutiérrez y una abstención. Al otro día el Congreso negoció la votación mínima y eligió a Nestor Armendáriz, dejando fuera a la favorita de Palacio, Irma Villalobos, recomendada de Luz Estela Castro.

¿A qué viene esa votación parlamentaria en la batalla definitiva del PAN hacia la candidatura gubernamental? En aquel momento las interpretaciones fueron que Lucha perdió esa batalla. Falso, el gran perdedor es Javier Corral. Hay testimonios de que cabildeó sin intermediarios a favor de Irma Villalobos y aún así dos diputados del PAN desatendieron su instrucción y otros acataron a regañadientes la línea. El episodio de la CEDH describe en los hechos una prematura y avanzada debilidad política de Javier al interior de su propio partido.

Hace sólo seis meses consiguió imponer sin dificultades a Rocío Reza en la presidencia del CDE, antes designó a Fernando Álvarez coordinador de los diputados y en abril del 2017 se estrenó removiendo a Miguel Latorre de la coordinación. Ahora, cuando todavía le restan más de dos años en el poder, los mismos diputados del PAN rechazan sus líneas de imposición, con la mano en la cintura.

Su impotencia política es consecuencia directa de la frivolidad e ineficacia administrativa, su distanciamiento del partido –no forma parte del grupo de gobernadores panistas- el descrédito en que ha caído con el gran capital –los empresarios le perdieron la fe- y la ponderación de sus amigos de izquierda –Luz Estela el mejor ejemplo- sobre altos y medios liderazgos panistas. Hace meses Guillermo Luján dejó gobierno, por lo mismo. 

Teniendo la más alta responsabilidad de su vida, oportunidad que muy pocos chihuahuenses alcanzan, se ha comportado como el mismo Javier de siempre: no admite más razón que la suya y desprecia o desecha sin remordimiento a quienes lo apoyan, sintiéndose superior a la misma institución que todo le dio. Su conducta es la de un engreído egoísta, caprichoso, altanero y de una fijación obsesiva en los asuntos de su interés personal en menoscabo de Chihuahua.

Está disociado de la realidad, ajeno al descrédito sigue pensando que la detención de Cesar Duarte salvaría su administración y lo situaría en la antesala presidencial. Jamás, ese tren ya pasó, el hombre alcanzó su límite, lo que llaman Principio de Peter.

Aparte de la desaprobación en influyentes sectores empresariales, explicado en una administración paralizada, importantes funcionarios panistas en gobierno ven, entre azorados y temerosos, el distanciamiento del gobernador con el partido y la grotesca identificación con personajes despreciables de la izquierda, de modo que lo dejan sólo como ya se vio en aquella votación legislativa.

Encima navega contra el tsunami de Morena que lo dejó sin candidatos propios al gobierno. Puso sus esperanzas en Rocío Reza y resultó una política hueca, sin oficio e incapaz de mostrar atributos políticos que la llevasen a proyectos mayores. Rocío tuvo la oportunidad de su vida y la tiró en una campaña plana, sin ideas, atenida a los resultados generales, al empuje del gobernador y a las siglas del partido. Perdió estrepitosamente, quedando marginada.

También perdió Ramón Galindo, derrota con la cual canceló una segunda oportunidad de ser gobernador. De Gustavo Madero ni hablar, carece de aliados en el PAN y los empresarios le ponen las cruces, conocen sus modos de “hacer negocio”. Carlos Borruel y Juan Blanco no juegan en esta con saldo suficiente para ser tomados en cuenta. Tendrán participación en los acomodos generales, pero no competirán en la grande.

El debilitamiento de Javier Corral y la ausencia de figuras con presencia y fortaleza propia capaces de competirle en una elección interna, ensancha el camino de Maru Campos a la candidatura del PAN. Salvo que una catástrofe suceda, ella será candidata del PAN al gobierno.

Su condición de aventajada facilita acuerdos preliminares, tejiendo con soltura donde Corral y Madero son rechazados; el CEN del PAN. Una de sus prioridades ha sido fortalecer relación y compromiso con Marko Cortés, gobernadores de su partido y figuras de proyección nacional que tendrán voz en la elección de candidatos.

Otro factor que juega en beneficio de la presidenta municipal es la Iniciativa Privada. Sin ser determinante suele tener peso propio en las elecciones sexenales y aunque no les llena el ojo, fuera de sus aliados conocidos, ante un racimo de aspirantes que al ver de los empresariales resultan impresentables –Cabada y Cruz principalmente- a Maru la tienen por alternativa tolerable.

Su condición de aspirante adelantada es a la vez antídoto contra decisiones radicales de Corral. Se ha dicho que no la dejaría pasar por sus antecedentes duartistas, los famosos recibos. Introduzco aquí un razonamiento especulativo en dos preguntas: ¿Se atreverían en Palacio a ponerla en el circuito de los maxijuicios contra las voces más autorizadas del PAN y una parte significativa de los empresarios? ¿Ignora Corral que frenando por las malas a Maru despeja el camino para Cruz Pérez Cuéllar, otro asociado al duartismo, con antecedentes de una relación personal dominada por inquina y desencuentros tormentosos?.

No, pronto las decisiones en gobierno se tomarán mirando hacia el futuro, el instinto de sobrevivencia moverá progresivamente los grupos y figuras del PAN hacia Maru Campos, acelerando el debilitamiento de Javier Corral. Estamos frente al inicio del habitual corrimiento de poder.Atención, si el camino se despeja para Maru, abriéndose ancho hacia la candidatura, nada indica que sea favorita para ganar el gobierno. La reelección en la presidencia fue un día de campo por que, al no tener adversario creíble, pudo cooptar sin oposición medios y empresarios. Esta vez no irá sola, tendrá oposición formidable. En las próximas entregas esbozaré quienes podrían ser.