El gobierno de Javier Corral promueve una ley para prohibir lo que llaman tortura animal en espectáculos; palenques, toros, rodeos, carreras de caballos. Está en línea con la idea políticamente correcta de proteger a los animales, puesta en boga durante los últimos años y cuyo resultado culminante es la trágica desaparición de los circos. Hoy sabemos que aquel disparate, promovido por el Partido Verde, fue una tragedia para miles de animales.
En su entorno próximo, pongamos los panistas de formación, responsabilizan de esta iniciativa a la izquierda fifí que envuelve al gobernador. Hablan específicamente de Lucha Castro, la eterna Lucha, Víctor Quintana, Blanca Gámez y el grupito que lo parasita con fines de instaurar una política legislativa “progresista”, lo que cada quien entienda por ello.
En las carreras de caballos celebradas el fin de semana, decenas en todo el estado, hubo recolección de firmas para presentarlas al mandatario y al Congreso como muestra de que miles y miles de chihuahuenses rechazan la iniciativa. Probablemente, suponiendo que los promotores del NO estén organizados, presenten ante el Congreso más de cincuenta mil firmas, en las próximas semanas.
Por más numerosos que sean los chihuahuenses a favor de dichos espectáculos, entre los cuales me cuento –especialmente disfruto de la fiesta brava- es muy seguro que Corral y sus aplaudidoras consigan llevar la iniciativa hasta el Pleno del Congreso y que los diputados la voten. Son unos cuantos pero muy estridentes y ahora con marcada influencia en el Ejecutivo.
Podrán salirse con la suya, no sería la primera vez, pero el gobernador necesita tener presente que él y su partido el PAN pierden capital electoral, de por si muy mermado. Si dejan las cosas como están nada ganan, si consolidan la iniciativa se echan encima a cientos de miles que, semana con semana, acuden a las carreras, a los taurófilos que son pocos pero con voz y desde luego a infinidad de rancheros que aman los gallos y el rodeo.
¿Por qué hacerlo? No encuentro más respuesta que la necesidad de estar en línea con esa moda, pasajera como todas, de una falso “Humanismo” a favor de los animales, siendo que la sociedad está urgida de innumerables necesidades, algunas sinceramente apremiantes como contener la violencia y procurar atención digna en hospitales.
Lo anterior, ocuparse de asuntos insustanciales cuando existen otras necesidades urgentes, es definido como “desenfoque en las prioridades de gobierno”. Yo más bien pienso que se trata de exabruptos simulados del gobernador para mitigar las criticas por su desatención a esos gravísimos problemas, de los cuales –según diversos testimonios al interior de la administración- no quiere ni escuchar. Que nadie le mencione falta de medicamentos o ajusticiamientos callejeros donde los muertos se cuentan por decenas, por que el señor entra en estado de ira.
Atenderlos es la responsabilidad que viene con el cargo. Podrá hacer cuenta ley se le venga en gana –acaba de fracasar una que atentaba contra la célula básica de la sociedad, la familia- pero la gente seguirá observando negligencia y desatención en su gobierno. Imposible tapar el sol con un dedo si todos los días hay balaceras y muertos en distintas regiones del estado y el sistema de salud sigue colapsado. Así no hay distractor exitoso.
Por cierto, ojalá haya disfrutado de sus vacaciones, fuesen de siete, quince a veintiún días. Da igual, la realidad es que a su vuelta encontró un estado de cosas más calamitoso del que nos dejó.
Rompeolas
Volvió el rumor de que Ricardo Yáñez podría salir mañana de prisión, tras celebrar una audiencia con el juez que conoce su caso. Puede, se supone que estaba arreglado desde que liberaron a Garfio, en aquellos sospechosos acuerdos promovidos por Maclovio Murillo. Sin embargo con éste gobierno nunca se sabe, vea lo que le han pasado a otros en el mismo dolor, especialmente a Alejandro Villarreal, al que por nada matan de un infarto de tanto liberarlo y detenerlo. Y en todo caso Ricardo debe preguntarse dónde está más seguro, si en la 20 de Noviembre y en su casa. Es sólo pregunta.
…………………..
Omar Bazán es, para variar, víctima de sus propios compañeros de partido. Por fuerza quieren bajarlo antes de que Alejandro Moreno –alito para los campechanos- gane las elecciones internas del PRI, el próximo once de agosto. No podrán, el tema del PRI es caso resuelto y Omar sigue a partir de un piñón con Graciela Ortiz, la nueva gobernadora del los priistas y coordinadora general de la campaña de Moreno. Pero en algo deben entretenerse sus tiradores, fracturarse hasta la atomización es el nuevo juego que practican los priistas.
