En la danza de los millones, 19 mil que sólo Dios –ni Fuentes Vélez- sabe de dónde los junta Corral, la emergencia de Salud ha sido ignorada. De las carencias en medicinas, material de curaciones, instrumental médico, mantenimiento en general, falta de aparatos básicos, nadie en todo gobierno se acordó al momento de la repartición. Obviaron la crisis seguros de que no hay tal.
Existe una explicación para la criminal indolencia; El gobierno del Nuevo Amanecer hizo del autismo su política institucional en la Secretaría de Salud. Negar y cerrar los ojos, como si de esa forma conjurasen la emergencia, es la respuesta estándar del secretario Enrique Grajeda ante el reclamo generalizado de personal médico en centros hospitalarios.
Secretario, hay escacez de medicinas y vacunas, y el sarampión nos ronda. No señor, tenemos el 95 por ciento de abasto, acabo de checarlo con el responsable del almacén; Doctor, médicos y enfermeras se quejan por que no tienen con que atender. Ya le dije que no, me acaban de informar que los estantes están llenos y todos los aparatos funcionando; Pero señor, muchas ambulancias no salen a las emergencias por falta de gasolina y otras por estar descompuestas. Me acaban de reportar que todas son puntualmente abastecidas; Ayer se suspendió una operación en el hospital de Cuauhtémoc y otra en el Central, a falta de guantes quirúrgicos. Otra vez, que todo está bien, son chismes de la gente que la prensa corrupta aprovecha para golpear al gobernador.
Si usted pregunta al doctor Grajeda por las condiciones generales del sistema de Salud que dirige, describirá uno de primer mundo, donde clínicas y hospitales están perfectamente equipados, los médicos tienen a su alcance los instrumentos y gozan de las mejores condiciones para prestar un servicio de calidad, los medicamentos son surtidos en punto y los vehículos como cerillitos, al cien. En otras palabras nada le duele, el clásico diría que un sistema de Salud como el de Chihuahua no lo tiene ni Obama.
Y así, con la ingenuidad del autista que ignora su entorno, concentrado en la introspección de sus pensamientos, Grajeda informa a Javier Corral de la buena marcha en Salud, y el gobernador queda satisfecho es lo que quiere oír. La información que corre en clínicas y hospitales, donde la carencia llegó a niveles criminales, es atribuida a intereses insanos de quienes hacen complot contra su administración.
Quizás deberían explicarlo a los deudos de pacientes que mueren todos los días en clínicas y hospitales del sector en toda la entidad por falta de atención. Sólo en Guadalupe y Calvo cuentan dos o tres por semana, dicho por los médicos. O consolar a los paramédicos de las ambulancias que, impotentes, permanecen en base por que las unidades carecen de combustible. O hacer entender a los médicos que ninguna cirugía se pospone por carencias y menos por que falte algo tan elemental como guantes. O hacerles ver a los de Guachochi que el parque vehicular es de primera.
La Salud en los hospitales del estado es una calamidad, pasa de indolencia que hayan adoptado el autismo como respuesta institucional a la emergencia. “Secretario Grajeda, en los hospitales están muriendo pacientes por falta de atención. Que, noooooo, ya párele a los chismes, son puros cuentos chinos, estamos muy pero muy bien, verdad Ramírez. Desde luego, doctor, son puros chismes. O tu que piensas, Flores Montana, que digo, señor, ya los conoce como son de mentirosos, no hay de que preocuparnos, le juro que todo va bien.
Tanta indolencia toca los linderos de la conducta criminal.
Rompeolas
Los excesos de Lucha Castro y su ambición de poder llevada hasta límites insospechados, pretendiendo manipular el proceso electivo de jueces en el Poder Judicial, llegaron hasta la Suprema Corte de Justicia. Los ministros decidieron ejercer su facultad de atraer el caso. Vayan preparándose para otro descalabro y, si obran con prudencia, repongan ahora el procedimiento, haciéndolo transparente de verdad, antes de que la Corte sea quien dicte los criterios específicos de selección.
……………………..
Los diputados de Morena, habitual en ese partido, perderán la presidencia del Congreso por su impericia política –otros le llaman ya sabe como- y por ser víctimas del histórico canibalismo que caracteriza a la izquierda de todos los tiempos. Diputados intrascendentes y sin respaldo social, pero bien maiceados, como René Frías o Misael Maynez, podrían quedarse con el cargo. Los desplazan con un puntapié y les quitan el dulce como al niño enclenque.
