*Sutil mutación de la estrategia

*Contra gobernadores perezosos

*Escuchaste, Javier. Abusado

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Advertidos están: los gobernadores que no se han levantado temprano para estar presentes en las sesiones del Consejo de Seguridad, sufrirán el bochorno de ser exhibidos socialmente por distraídos y perezosos, como los que no se aplican contra la inseguridad, ha prometido el presidente y gran Tlatoani López Obrador.

El que avisa no traiciona, se los ha dicho claro: «Este fin de semana se presentará un informe de seguridad y queremos mostrar lo que sucede en cada estado, porque hay autoridades locales que se aplican; por ejemplo, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Vamos a dar a conocer las asistencias a las juntas de coordinación y donde no participan los gobernadores es donde tenemos altos índices de inseguridad».

Si el buen ejemplo es Claudia Sehinbaum ¿Quiénes serán los exhibidos? Lo sabremos en los próximos días, pero el presidente dio pista sobre los distraídos, cuando dijo que son los gobernadores de los estados de mayor violencia.. Trágame tierra, por si faltase poco, en ese apartado entra Chihuahua sin forzarse.

Otra ofensiva, sin llevar dedicatoria especial, contra Javier Corral, nuestro querido gobernador que jamás asiste a las sesiones de Consejo, donde se coordinan con la Federación, pues –todos lo sabemos- ocupa las mañanas  en canchas de tenis o campos de golf, despejando su mente para gobernar mejor.

Estamos frente a una conducta farisea del “Líder Amadísimo” en la que predominan las apariencias ¿De que sirve a Sehinbaum presidir muy temprano las sesiones del Consejo, si en la ciudad de México la inseguridad está disparada? ¿Qué ha ganado el propio presidente reuniéndose todos los días con el gabinete de Seguridad si la violencia crece en amplias franjas del país y cuando se ofrece “nadie le informa” de operativos como el de Culiacán con Ovidio?.

Los datos ahí están, nada menos el uno de diciembre, día en que cumplió su primer año de gobierno, México sufrió la jornada de muerte más espantosa desde que hay registros, con 127 asesinatos asociados al crimen organizado, entre los que destacan los 23 del poblado Villa Unión, de Tamaulipas, donde sus habitantes vivieron una jornada de terror.

La idea no es resolver el problema, lo que pretende López Obrador es derivarlos hacia los gobernadores y como sabe que son contados los que asisten a las reuniones -recibe los reportes diarios de los superdelegados y de los organismos de seguridad- ha decidido señalarlos para que carguen con la responsabilidad de su ridícula estrategia de no combatirlos.

El mensaje que enviará es sencillo: Son ellos, no la Guardia Nacional ni el Ejercito, y mucho menos el presidente, los responsables de éste horrible estado de cosas, del baño de sangre que cubre al país.

Al fin cambió de estrategia o mejor dicho, a los abrazos en vez de balazos, cuya contumacia no le ha permitido enmendar, decidió adosar la de “levántense temprano”, sabiendo que no lo harán y así tendrá a quien enviar las criticas para que su fiel clientela electoral tenga a quien culpar de las muertes.

Hemos vuelto a donde empezamos cuando Calderón declaró la guerra al narco, específicamente en la parte donde los niveles de gobierno se responsabilizaban entre si y ninguno asumía el riesgo social de las matanzas: el presidente apremiaba a los gobernadores, los gobernadores a los alcaldes y los alcaldes se cruzaban de brazos diciendo que nada podían hacer sin apoyo estatal. Entonces el descargo de responsabilidades iba a la inversa.

Agotada su “estrategia” de abrazos y no balazos, mira en dirección de los estados, para que otros sufran por su incompetencia. Me pregunto si ya tiene preparada la respuesta cuando, pasado el segundo año, truene de nuevo. Da igual, el propósito es ganar tiempo, recordemos que primero dijo que al otro día de ganar acabaría la violencia, después fijó el plazo en tres meses, luego en seis y ahora pidió un año más.Por eso piensa que va bien, está ganando tiempo y cuando se le acaba compra otro poco con cargo a los gobernadores. Mientras los sicarios del mal ensanchan su territorio e instalan un gobierno paralelo donde predomina la ley de las armas. Todo resuelto, la violencia se genera por gobernadores perezosos. Bien, no le han quitado ni una pluma a su gallo.