Los grandes estadios serán otro mundo, dicen en Hienghène

DOHA.

¿Jugadores amateurs neocaledonios frente a las estrellas del Liverpool o Flamengo? Los futbolistas del Hienghène Sport sueñan con enfrentarse a estos clubes históricos, aunque tendrán que ganarse su derecho a partir del miércoles en el Mundial de Clubes de Qatar, una experiencia «de otro mundo» que piensan disfrutar.

Exhibiendo la bandera de Nueva Caledonia, un archipiélago dependiente de Francia ubicado al este de Australia, con grandes sonrisas y chanclas en los pies, los jugadores del Hienghène aterrizaron llenos de esperanza en Doha el 30 de noviembre, clasificados tras su victoria en mayo en la Liga de Campeones de Oceanía (O-League).

El club, con sede en la ciudad del mismo nombre situada en la costa este de Nueva Caledonia, espera dar la sorpresa en Qatar: «Hemos hecho un largo camino para estar acá. Incluso si ese camino era al nivel de Oceanía, el futbol es mundial y soñar está permitido. El sueño se hace realidad», lanzó el martes Félix Tagawa, el entrenador tahitiano del Hienghène.

«Estamos aquí para jugar, para mostrar nuestro futbol, hemos trabajado para eso», añadió.

Su recorrido comenzará el miércoles contra el representante local, el Al Sadd entrenado por el español Xavi Hernández, al grito de «¡Koï theen!», el lema del club que, en canaco, la lengua autóctona del archipiélago, significa «¡Hasta el final!«.

‘EL PACÍFICO ESTARÁ PENDIENTE DE LA TELE’

Al otro lado del mundo, en Numea y en el resto del archipiélago, la gente madrugará para seguir al equipo que les hace estar orgulloso, a partir de las 04:30 locales el jueves en el canal de la televisión pública caledonia.

«Es un honor representar al futbol caledonio, a Nueva Caledonia, pero también a todo el Pacífico, El Pacífico estará pendiente de la tele y apoyándonos. La emoción es grande», asegura Félix Tagawa, citado en la página Facebook de la Federación Caledonia de Futbol.

La presencia del Hienghène en el Mundial de Clubes no se debe al azar o a una invitación, sino que sus jugadores ganaron el boleto en la cancha. El 11 de mayo, el club logró la proeza de ganar la final de la Champions oceánica, derrotando al AS Magenta, otro equipo caledonio, por 1-0 en el estadio Numa Daly de Numea ante siete mil espectadores.

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Fue la primera vez que un equipo caledonio ganaba un título reservado a los clubes australianos hasta que el gigante de la región se unió a la Confederación Asiática (2006), cuando tomaron el relevo los equipos neozelandeses, vencedores en las ocho ediciones precedentes del torneo continental.

DANZA COLECTIVA

De hecho, los dos equipos caledonios se ganaron el puesto en la final derrotando en semifinales a dos rivales de Nueva Zelanda, el Team Wellington y el Auckland City, en abril.

La única experiencia del Hienghène con el futbol profesional se limitaba hasta ahora a su participación en la Copa de Francia, llegando en algunas ocasiones a la séptima ronda, mucho antes de que entren en juego los equipos de la Ligue 1.

El clima, los grandes estadios, va a ser otro mundo. Para nosotros será enorme. Vamos a darlo todo lo que podamos para ganar este torneo. Hay que dar moral a los jugadores», dijo el delantero y capitán Bertrand Kaï antes de volar a Doha.

Los neocaledonios parecen llegar a la cita sin tensión, como demuestra el hecho de que antes de reconocer el estadio Jassim Bin Hamad, el martes por la noche, los jugadores hicieron un círculo en el césped y bailaron una danza colectiva.

Falta saber si este entusiasmo de los amateurs será suficiente para derrotar a equipos profesionales. «No es una ventaja», admitió el martes Bertrand Kaï. «Los rivales son favoritos; nosotros trataremos de representarnos de la mejor manera posible».

Para llegar a disputar la soñada semifinal contra el Liverpool, el campeón oceánico debería vencer primero al Al Sadd y en cuartos de final al Monterrey el próximo sábado.

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