*Entre rajados te veas, colega

* El “toque” de Ricardo Yáñez

*¿La prisión dobló a Marcelo?

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A Ricardo Yáñez lo detuvieron el 17 de marzo 2017 y ocho meses después, 27 de noviembre, en juicio abreviado recibió sentencia de cuatro años, por peculado agravado, declarándose culpable de malversar 246 millones de pesos. Con el acuerdo más inverosímil que alguien pueda imaginar, el 21de agosto del año pasado quedó libre, a condición de reparar el daño –reponer los 246 millones- en los siguientes 16 meses, es decir entre la fecha de su liberación y el 26 de marzo del próximo año.

Cuando supe del inusual acuerdo hablé con varios abogados, dos de ellos expresidentes del STJE. Quería conocer su opinión pues encontraba desquiciante que cumplida casi media sentencia, aceptase reponer la millonaria cantidad. Son muchos millones hasta en los mejores tiempos de los Yañez, aquellos en que su hermano Paco oficiaba como director de la Lotería Nacional, protegido por su amiga la entonces poderosa Elba Esther Gordillo.

Al conocer los detalles del acuerdo los cuatro abogados rieron, era una tomadura de pelo a los chihuahuenses. Inmediatamente se supo que Ricardo sólo había cubierto la cantidad de 25 millones de pesos, garantizados en propiedades, y prorrogó a 16 meses los restantes 221 millones, calendarizados en el convenio judicial de la siguiente manera: Un millón el 30 de noviembre del 2019, siete millones el 29 de febrero del 2020, veinte millones el 30 de mayo del 2020, 30 millones el 28 de agosto del 2020, 40 millones el 28 de noviembre del 2020, 60 millones el 15 de enero del 2021 y los 63 restantes el 26 de marzo del 2021.

¡Casi ocho millones de pesos mensuales le costó salir de prisión!. Sólo por esa cantidad yo me quedó los dos años que faltan, dijo uno de los abogados. ¿Cómo alguien opta por cubrir una cantidad así, estando en una prisión de baja seguridad y faltándole poco más de dos años para cumplir la sentencia?. No hay explicación, lógica, razón, ni nada. Es una locura.

Las sospechas del engaño a los chihuahuenses, en la liberación de Ricardo Yáñez, quedaron confirmadas ayer. Desesperado y a punto  de quebrarse, Marcelo González proporcionó detalles de otro caso judicial montado con declaraciones juradas de Ricardo Yáñez, donde presumiblemente hubo pagos indebidos a personajes ligados al entonces presidente Peña Nieto –los datos han sido ampliamente difundidos, no viene al caso repetirlo- motivo por el cual Marcelo está detenido. Para un bocón, bocón y medio.

La importancia de la denuncia mediática que hizo González Tachiquín, es que confirma las sospechas extendidas sobre la colaboración sin reserva de Ricardo Yáñez con el gobierno de Javier Corral. Encontraron a su testigo perfecto: ¿Dónde firmo y qué les firmó? Que Duarte mató a Colosio, si señor y también al cardenal Posadas Ocampo; que junto con Peña se robaron hasta los candelabros de gobierno, si señor y también las alfombras, yo los vi; Que Duarte y Beltrones pagaron las campañas del PRI con dinero de gobierno, desde luego y también Osorio Chong, la Coneja y la madre que los parió.

¿Este era el “arsenal probatorio” que presumía Javier Corral para sustentar las 15 órdenes de aprehensión contra Duarte?. Supongo que sólo una parte, completan la otra los testigos protegidos que, temerosos de verse durmiendo una temporada en las laderas de San Guillermo, empinaron a medio mundo.

En esa pandilla de rajados, el más rajado de todos resultó ser su jefe y gran corruptor, César Duarte; desahogó su ronco pecho en la justicia norteamericana, según versiones no desmentidas de Raymundo Riva Palacio, y probablemente lo hizo con la misma soltura que Ricardo en Chihuahua: dígame usted el nombre y yo pongo el delito.

El punto es que Javier Corral y el Fiscal César Peniche, así como los jueces de consigna, necesitan ir pensando en el sexto año, será el más difícil de su gobierno reducido a cinco. Empeñados en mantener a los asociados de la corrupción duartista en prisión, han estirado las leyes hasta el punto de abrir cuestionamientos sobre el respeto al debido proceso. También eso es corrupción y ciertamente punible.Faltan menos de dos años para que concluya el presente gobierno y ya empezaron las filtraciones ministeriales incómodas, les vendría bien situarse en la hipótesis de que sus adversarios llegan al poder, una posibilidad que nunca consideró Duarte. Aunque ya pasamos el día de Reyes en este caso es pertinente recordar el “ahí va diciembre y sus posadas”, o como dicen en el barrio de las chivas: “aiva dieciocho, carnal, donde te vea te abrocho”. Y no lo tomen a mal, prevenir es una sana costumbre raramente practicada desde el poder.