*Hasta el nombre se lleva, júrenlo

* Patética obstinación de Yeidckol

* Desafuérenlo en caliente

Si Yeidckol Polenski pensó que una resolución de la Sala Superior del Trife le permitiría continuar prolongando indefinidamente su presidencia en el CEN de Morena, es que llegó a grados peligrosos de insolencia que la colocan entre la ira del Líder Amadísimo y su vigencia política.

En agosto del 2018, cuando celebraron su Quinto Congreso Nacional, los consejeros de Morena dispusieron que la presidente conformase un padrón creíble de militantes en un tiempo prudente, para dotar de certeza jurídica sus decisiones más importantes.

Con ese pretexto, la falta de un padrón confiable, Yeidckol ha dado largas a la celebración del próximo Congreso en el que deben relevar los cargos directivos, entre ellos la presidencia. Postura mezquina, sabe que perdería la elección y se aferra a la dirigencia con argucias cada vez más disparatadas.

Operadores de Bertha Luján hicieron circular ayer un comunicado en el que aseguran que “El Consejo Nacional de Morena va”, confirmando que tendrá lugar el próximo 26 de enero, como estaba previsto. Otra fecha fatal que tensa más la ya muy estirada liga en Morena.

A finales del año pasado, por mediación de Claudia Sheinbaum, Yeickol y Bertha se dieron un abrazo e hicieron publicar la foto, asegurando que la paz y la unidad había regresado a Morena e informaron que de común acuerdo establecieron la nueva fecha para la celebración del polémico Congreso, precisamente el 26 de enero.

Nada, Yeidckol no esperó ni la tregua del día de la Candelaria, cuando según las tradiciones más antiguas concluye la temporada navideña, para desconocer el pacto con la chihuahuense. Hoy está claro, su compromiso de unidad era vano, sólo pretendía ganar tiempo.

Su obstinación de mantener a la presidencia sin fuerza política ni razón legal que la justifique, pone al partido en peligro. En los liderazgos, moderados y radicales, de Morena continúa presente la amenaza de López Obrador, cuando prometió abandonar el partido y llevarse hasta el nombre, para que “no lo manchen”, si persiste la politiquería que le resulta indigna del movimiento que lo encumbró.

¿Llegará a tal punto el enfado del Líder Amadísimo y creador del movimiento? Es un calculo en el que Yeidckol parece no reparar o bien le importa tres cacahuates lo que suceda con Morena una vez que deje la dirigencia. Actúa como si hubiese resuelto que Morena es suya o no es de nadie.

Hace tanto daño al joven partido que bien podría llevarlo a la desaparición antes de que compita en las primeras elecciones de la era AMLO. Si una mañana cualquiera el presidente amanece de malas y cumple su amenaza, renuncia y adiós partido, recordemos, AMLO es Morena y Morena es AMLO. Que más da, se trataba de un instrumento para alcanzar el poder y ya cumplió el objetivo.Con independencia de lo que suceda el domingo en el Congreso, el desencuentro no terminará ese día, llegará –otra vez- a los tribunales electorales y eventualmente hasta Palacio Nacional. Es la izquierda mexicana actuando como la izquierda mexicana; sin respeto por las leyes ni por sus propias instituciones partidistas.

Rompeolas

La orden “desafuérenlo en caliente” podría sufrir trastornos inesperados, Jorge Ramírez ha recurrido a cuanta chicana conoció durante su ejercicio de magistrado y está resuelto a ponerlas todas en práctica, empezando por la más común; cuestionar la competencia de los juzgadores.

Abrió su defensa pidiendo que los diputados Georgina Bujanda y René Frías, miembros de la Comisión Jurisdiccional, se recusen por “obvios” conflictos de Intereses. Ese golpe bajo los tomó de sorpresa, forzándolos a la primer decisión importante, reponer la conformación de la Comisión o refutar el recurso de Ramírez.

Está de pensarse, Georgina fue recusada por haber trabajado a las ordenes directas del Fiscal Peniche, promotor del juicio, y René por ser presidente y secretario de la comisión al mismo tiempo. El caso es ganar tiempo, el Congreso tendrá que responder antes de seguir con el juicio.

Encima alega errores de procedimiento, pues según versiones que hizo correr el mismo magistrado, enviaron a un propio con un cd vacío y un cúmulo de carpetas, siendo que debió notificarlo la presidenta de la Comisión Jurisdiccional.

El otro asidero legal de Ramírez para dilatar el juicio, es que pretenden juzgarlo de presuntos delitos cometidos entre el 2010 y el 2016 –la era del dispendio y la corrupción- con leyes aprobadas apenas el 2018. Desde luego invoca el concepto de no retroactividad que hasta los diputados conocen y comprenden sin dificultad.

Hasta ahí, por ahora, el galimatías procesal. Sin embargo también existen variables adicionales al aspecto meramente legal, todo suma, que se atisban en forma de rencores del pasado, odios que matan y motivaciones políticas, condimentos necesarios en toda telenovela digna de horario triple B.

Supuestamente Jorge Ramírez hizo un paseo en el vasto mundillo de los enemigos de Corral con el fin de pedir solidaridad. El primero en tenderle la mano habría sido Alejandro Gutiérrez, la “coneja productiva” para efectos de identificación pública. Comentan que ofreció abogados y puso sobre el escritorio los rencores de otros afectados por la justicia selectiva del Nuevo Amanecer, que a las presentes alturas del quinquenio va muy pasado el medio día.

¿Qué hace la coneja en el juicio de procedencia contra Ramírez? Nada, metió el rabo y su patita de la buena suerte sólo por el gusto de joder a Corral, lo trae atravesado de costilla a costilla, de modo que hasta en la sopa de letras encuentra su nombre.

A los diputados de Fernando Álvarez y sus asociados legislativos les vendría bien tomarse un respiro antes de continuar con la celeridad del juicio y a los asesores legales de Palacio meditar bien cada paso antes de proceder con el siguiente. Están muy confiados por la seguridad que da el poder, cierto solo que hablamos de retirar el fuero a un magistrado en activo, un asunto de alta notoriedad que no es indiferente a la Corte.

En Chihuahua pueden hacer lo que les venga en gana y está bien, el mismo Duarte decía que el poder es para poder y lo ejerció sin restricciones. Perfecto, nada más tengan presente que las apelaciones, amparos y controversias llegarán tarde o temprano.

Ahora, si están resueltos a terminar el juicio en los plazos establecidos por la diputada Bujanda, quince días incluidos fines de semana y días inhábiles, no digan más y cartucheras al cañón, adelante sin cuidar las sutilezas del debido proceso, después resolverán cómo lidiar con los recursos de Ramírez.

Al cabo la justicia mexicana es lenta y para cuando los juzgadores federales tengan el asunto en sus manos y resuelvan, Ramírez ya pasó en San Guillermo su primera Navidad, el objetivo con todos aquellos que Corral asocia con la corrupción Duartista.

Hasta Raymundo Romero sufrió sabadazo navideño, con baño frío y celda compartida incluidos. Es el sello de la casa y todos los inscritos en la lista de los justiciables por la corrupción del “vulgar ladrón” han quedado marcados. Hasta hoy ninguno escapó ¿Será Jorge Ramírez el primero? En el Caliente aceptan apuestas.

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