*Rafa espino y el efecto cargada

* Cruz, noticia desalentadora

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La presencia de Rafa Espino en Chihuahua en primera incursión de precampaña, trastornó el interior de Morena e hizo que aspirantes de otros partidos o independientes reconsiderasen sus cálculos electorales hacia julio del 2021 ¿Por qué el súbito impacto? La respuesta es obvia, la clase política olfatea el poder y sabe que un personaje como Espino no actúa por ocurrencias o impulsos propios. En el viejo régimen dirían que “viene con línea”, condición que genera un prematuro efecto de cargada.

El que más resintió su destape –no se puede calificar de otra forma la plática en Juárez- fue Cruz Pérez Cuéllar, activo senador que busca la candidatura con el mayor denuedo y que ha logrado hacer más ruido que sus competidores. Político experimentado, conoce las relaciones de Espino y sabe que no podrá contra una decisión del “Líder Amadísimo”.

Cruz no estaba preparado para recibir la noticia de que Espino va, en su fuero interno guardaba la esperanza de que fuesen los amigos y simpatizantes del consejero independiente de Pemex, quienes lo apuntaban en la lista de precandidatos. Desde el viernes pasado, como toda la clase política en Chihuahua, supo que Rafa tenía tomada la decisión de competir y sólo esperaba el momento adecuado para hacerla pública. No fue casualidad salir iniciado el año.

La indefinición aparente de Espino fue angustia constante de Cruz, quería seguir corriendo sólo contra Juan Carlos Loera y se veía adelante en la carrera. Hoy que tiene frente a sí la incómoda realidad, será el primero en replantear el nuevo escenario, preguntándose hasta dónde puede llegar sin romper la liga. Alimentar tentaciones de insubordinación en un régimen cercano a la dictadura sería un suicidio.

La primer pregunta que debe hacerse, es hasta dónde puede llegar sin cruzar la línea roja del no retorno. El calendario es una primera respuesta, mientras más avance la precampaña el tiempo irá situando en su lugar a cada uno los aspirantes, y por experiencia sabemos que las cargadas avanzan hasta ser arrolladoras. La gente quiere estar con el ganador, es condición humana.

Otra respuesta está en Ricardo Monreal, patrocinador político de Cruz. Cuando se aprieten las definiciones, hacia el último trimestre del presente año, cada capitán de grupo en la “cuatroté” irá definiendo sus prioridades. Hablamos de 14 candidaturas a gobernadores, quinientas a diputados federales y las presidencias municipales en Ciudad de México. Un enorme pastel a repartir.

Este es el punto fino de la decisión, en cualquier lógica política los intereses de Monreal están en Zacatecas y la ciudad de México. Es improbable que comprometa sus alianzas nacionales –quiere ser presidente y en segunda opción va la Ciudad de México- atravesando su saldo en espacios que no sean de su mayor prioridad, entre los que están Chihuahua. Sólo un necio vería escenarios diferentes, es lo que hay, no lo que imaginan los interesados.

Por eso Juan Carlos Loera, quién conoce los entresijos de la política en la “cuatroté”, habría saludado con efusividad el destape de Rafa Espino. Sabe que moderando sus aspiraciones apunta su nombre como el candidato más solido a la Presidencia Municipal de Juárez. Desde luego no se bajará públicamente, pero su activismo se concentrará en la frontera. Tarugo no es.

Tampoco Cruz, al contrario, el senador es un animal político, calculador y experimentado. Seguirá haciendo su trabajo apalancado en que las encuestas lo favorecen, pero una vez llegado el momento dará un paso de costado intentando vender caros sus activos. Los que para entonces le queden, pues cuando los políticos en su entorno vean dónde está la línea, también reflexionarán sobre sus casos particulares, uno a uno, cambiará sus convicciones. Son políticos, no gente de causas.

Cierto, falta un año para la candidatura y en ese periodo muchas cosas pueden suceder. Pero al corte de enero del 2020 la presencia de Rafa Espino en Chihuahua anuncia un lineazo presidencial sin opción a cuestionamientos internos ¿Dudas o sugerencias?.

Es más, la incursión de Rafa altera también cálculos de los aspirantes independientes. Armando Cabada y Alfredo Lozoya, en su interior albergaban la posibilidad de ser postulados por Morena y Marco Adán a colarse entre ambos, es un político astuto que registra bien con la gente.

Hoy que los tres ven a Rafa en campaña, probablemente corran en sus simuladores políticos diversos escenarios de alianza. Sobre éste tema hablaré después, es de lo más interesante si aceptamos que son una fuerza atractiva en medio de los dos partidos dominantes. Merecen análisis propio, hay que tenerlos en cuenta.