*Jorge Ramírez a matar o morir

*Yeidckol, sola y desmadejada

* Martín Chaparro muere de risa

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Jorge Ramírez llegó al punto donde sólo puede jugar a matar o morir. Su caso no admite soluciones a medias ni opciones negociadas y por experiencia sabemos que los asesores jurídicos de gobierno están concentrados en hacer cumplir las razones –¿caprichos vengativos?- del gobernador Corral. Respetar las leyes y cuidar el debido proceso es en lo que menos piensan.

Puede que legalmente el magistrado tenga recursos legales para defenderse, pero lo que no tiene es la justicia ni los diputados de su parte; está solo y a su suerte. La orden es desafuérenlo y después averiguamos, una orden que Javier Corral se había guardado por más de un año, según versiones en pasillos y oficinas de la Ciudad judicial.

Ramírez se sacó la rifa entre los magistrados oxigenadores que Javier intentaba desaparecer el Tribunal Superior de Justicia. Como no pudo contra los ocho que apuntó en la lista original, se conforma con escarmentar al más vulnerable y eligió a Ramírez por su cercanía con César Duarte.

Además hay variables que hacen del desafuero un asunto judicial de familia, pues también pueden involucrar a la madre y la esposa del magistrado ¿Hasta allá quiere llevar Javier el escarmiento? Ni lo dude, la viuda de Carlos Hermosillo pasó Navidad en prisión y sigue detenida, siendo que no tenía vela en los negocios de su difunto esposo. Nada le impide extender la justicia a la familia del magistrado proscrito.

Hay tenues lucecillas para Jorge Ramírez. La orden de aprehensión en su contra ya está firmada, sólo falta que le ponga fecha, lo que sucederá a los cinco minutos de votado el desafuero. ¿Esperaría Ramírez sentado y de buen talante a los querubines de Peniche?. Temo que no.

En ésta parte entra la única luz que tiene Ramírez para evitar la cárcel, huir antes de que el Congreso vote el desafuero y volver a los dos o tres días con la suspensión provisional bajo el sobaco. En ese caso llevaría el juicio en libertad y entonces el tiempo correría en su favor, es muy diferente litigar desde su oficina de magistrado, que durmiendo en celda común o junto a Marcelo González.

Sin embargo los asesores del gobierno están al tanto de esa debilidad, saben que al menor descuido se les vuelve pescado, así que serían muy ingenuos si llegan al momento de la votación sin un plan contra la eventual fuga. Ay nanita, la libertad pendiendo de un descuido. Para que te habré conocido, maldito César, y tanto que presumí tu amistad, lamentará hoy el buen Jorge.

Rompeolas

Tras el Congreso del domingo, Yeidckol Polevnsky quedó sola y desmadejada sin amigos ni aliados con quién rumiar su derrota. Su obstinación por conservar la presidencia de Morena la distanció de los grupos y cerró toda comunicación con el “Líder Amadísimo” –en lo que va de presidente nunca la ha recibido en privado-, para cualquiera una sentencia de muerte política en un partido de voluntad única. No hay forma de que termine bien y si recurre a los tribunales, como amenazó ayer, habrá cancelado la última posibilidad de una negociación, convirtiéndose en el primer desecho político de alto perfil en la era de la “cuatroté”. ¿Cómo terminó en esa posición tan deplorable? Enredada en su misma ambición y soberbia, no supo cuando recular por más indirectas que recibió desde el pulpito de las mañaneras. Adiós y buena suerte, en Chihuahua deja varios viudos, después hablamos de casos particulares.

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El que muere de risa es Martín Chaparro, lo iban a relevar del Partido desde septiembre del año pasado, cuando el primer congreso frustrado, y con la decisión de ayer en la ciudad de México le acaban de regalar cuatro meses más en la dirigencia estatal. Bienvenidos sean, al paso que va dejará la presidencia en los tiempos exactos para ir por una diputación, que además bien merecida la tiene, ha sido un hombre sumamente leal a Morena y, sobre todo, al gran Tlatoani. Sin hacer aspavientos ni meterse en problemas, Chaparro es el más beneficiado, sigue despachando en la presidencia sin ensuciarse las manos. Más vale suerte que grilla.