*¿Romper el Pacto? Les falta liderazgo

* Enseñanzas del general Giner

* Los granizos calientes de abril

* “Cayendo como moscas”, dijo Bonilla

* Otra vez el “requetebién” ¡A temblar!

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La vieja idea de romper con el Pacto Fiscal agita otra vez, como en crisis anteriores, a buena parte de los gobernadores, generalizaría que a todos los acaudalados del país y a número amplio de analistas políticos. Los gobernadores de Jalisco, Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas aceleraron el cotilleo, expresando en público la posibilidad de cancelar el Pacto, en respuesta a las desacertadas políticas económicas del presidente López Obrador.

Gustavo de Hoyos, presidente de Coparmex y aspirante a la gubernatura de Baja California, es uno de los dirigentes empresariales más activos en difundir públicamente el impulso separatista. De Hoyos encuentra la oportunidad y machaca como cuchillito de palo, pero el comentario es generalizado en los dueños del pueblo, sus gerentes y representantes. Calienta sus chatas.

El tema no tiene la relevancia que imaginan, a los gobernadores les falta carácter y liderazgo para una acción de esa naturaleza. Cancelar el Pacto Fiscal es el primer paso hacia una dinámica separatista, en la que sus históricos promotores ubican a los gobiernos fronterizos. Estamos frente a la estúpida utopía del “México del Norte y el México del Sur. No se levantan temprano, se van a levantar en armas, diría Oscar Flores, si estuviese vivo.

Supongo que López Obrador, autócrata iluminado, murió de risa al recibir la noticia. Conoce la historia tan bien como a los políticos mexicanos y sabe que aflojan el cuerpo al primer tocamiento impropio en el lugar correcto, cayendo rendidos en sus brazos. O, de resistir sus aproximaciones, los pone a temblar sólo insinuando los apellidos Herrera, Vasconcelos y Buenrostro.

Enrique Alfaro, Jalisco, es el único de los cuatro gobernadores rebeldes que han mostrado mínima congruencia y liderazgo en el gobierno de su entidad. Riquelme, Coahuila, está urgido de personalidad propia; la sombra caciquil de los hermanos Moreira lo cubre. Y del Bronco, Nuevo León, ni se diga, ha sido uno de los peores gobernadores en la historia regia, peor incluso que Sócrates Rizzo, aparte de que su popularidad apenas toca los veinte medios. Una rayita menos les vendría bien. 

En la peor emergencia sanitaria, entrando a una crisis económica de la que desconocemos sus consecuencias y en una profunda polarización social, los políticos en altos cargos necesitan mostrar estatura, congruencia y en el caso de los gobernadores compromiso con los ciudadanos que representan. Quieren romper el pacto pidiendo permiso para levantar la voz. Así cuando.

Ridículos, me recordaron una de Miguel Etzel –saludos a doña Elena y a sus hijas-: llegó una comisión de campesinos a la oficina del gobernador Giner, a exigir la repartición de tierras prometida. El general les recitó la Constitución y las Leyes Agrarias para explicar que no podía atender sus peticiones. Uno de los campesinos, bragados al fin, cerró la frustrada diligencia con un recordatorio revolucionario muy a la ranchera: A que mi general Giner, siempre tan leguleyo. Con que razón no fue a Columbus, pues no traía pasaporte.

Rompeolas

A Fernando Tiscareño y Ricardo Boone –citados en orden de aparición para efectos de su desencuentro epistolar- les aplica una popular citada por Patricio Martínez: “No te calientes granizo”. ¿Qué necesidad tenía Tiscareño de publicar una provocadora carta, picando las costillas de Ricardo? ¿Qué necesidad tenía Ricardo de responder a una obviedad, que cualquiera en su entorno interpreta el contexto? La respuesta, en ambos casos, es ninguna. Los dos granizos se calentaron a mediados de abril destapando su aspiración a la Presidencia Municipal. Sitúense, o si quieren el concepto adecuado del nuevo oficialismo; atempérense. A la recta final por la alcaldía de Chihuahua sólo llegará dos y uno, pintado de azul, tiene carril reservado. Frente a la preponderancia indiscutida del PAN ustedes haciéndose trompetillas. Les digo, no puede uno descuidarse ni en Semana Santa.

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Aterradora la ¿involuntaria? confesión pública de Jaime Bonilla, gobernador de perfil efímero en Baja California: “los doctores y personal del IMSS están cayendo como moscas”. De algo Sirvió la denuncia del comediante Eugenio Derbez, al exponer el hecho en sus redes. Sólo para que nuestro querido gobernador Corral y el nuevo delegado del IMSS en Chihuahua vayan tomando sus providencias, por si revienta la emergencia no les atrape los dedos contra la puerta.

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Otra vez el “requetebién” del Líder Amadísimo, ahora en la negociación de los 23 países exportadores de petróleo. Según él nos fue de maravilla por que sólo reduciremos la producción en cien mil barriles diarios, comprometiéndose Estados Unidos a reducir por México otros 300 mil. ¿A cambio de qué estos ángeles de la caridad habrán aceptado apoyarnos? Ay nanita, no quiero imaginarlos. Somos el hazmerreir del mundo, el soberbio Imperio jamás hace un favor gratis y menos con el orate que hoy tiene de presidente. Requetebién, mentecato.
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Tras el asueto de Semana Mayor, la weba está de vuelta. A lidiar con lo que ponga enfrente de nosotros la pandemia y las pendejadas de ya saben quienes. Para abril o para mayo… o para junio pero habremos de salir.