*Ley Madero, salto hacia atrás

* Luces naranjas en el Congreso

* Los esfuerzos de Álvarez Monge

* El R-15 “se gana” su diputación

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Catorce días son muchos, para efectos prácticos el tiempo está holgado. Hoy pueden votar la Iniciativa en comisiones, citar a periodo extraordinario, discutirla y votarla en el Pleno incluso el lunes 29 del presente mes y publicarla, en edición especial, el martes 30. Si hacen los 17 votos necesarios para una mayoría simple sale de un día para otro.

El problema está en la legitimidad, en el desplante autoritario de un gobernador que presume de ser demócrata y, contradicción, pretender imponer una polémica ley sin la menor discusión. ¿Cómo una ley cuyo fin es empoderar al ciudadano sobre los partidos políticos, tendría legitimidad sin abrirse a la discusión ciudadana? Este es un punto de contradicción que no ha sido explicado.

Ayer la “Ley Madero” sufrió un contratiempo, un salto hacia atrás. Cuando la recibieron fue turnada a la Comisión de Atención Ciudadana, donde el PAN tiene control pleno, pero ayer la Mesa Directiva de la Diputación Permanente la “returnó” hacia las comisiones de Gobernación y Puntos Constitucionales, primera y segunda, a la de Atención Ciudadana. Tres comisiones unidas para dictaminarla en primera instancia.

La votación del “returno” fue de lo más extraña, como muchas que suceden hoy en el Congreso local, votaron a favor PRI, PAN y PES; en Contra Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano, Morena –Si, Morena- y PRI, Chuy Velázquez, Junto a René Frías los diputados más panista del Congreso. Perdida la tradicional composición de bloques partidistas, queda el interés particular de cada diputado y ahí es pago por ver, al totopo –donde te vea te topo-, como decía un viejo policía que cobraba cuota a los malandrines.

En otro momento Aguilar y Gloria hubiesen sido los primero en poner precio a su voto, hoy que afecta de manera directa el control de sus partidos, son de los más renuentes. Las grillas mezquinas y minúsculas con las que tienen que lidiar en éstos momentos Fernando Álvarez Monge y Jorge Issa, son importantes pero no fundamentales, los diputados pueden cambiar mañana de parecer, es su condición, así como dicen una cosa hoy mañana dicen otra, lo que permanece es el ánimo social y político.

A Javier Corral debería preocuparle sacar una ley a contra corriente de un alto número de panistas convencidos de que está empeñado en hacer un instrumento a la medida de Gustavo Madero, en detrimento de la unidad partidista. La jornada del sábado fue contundente, un alto número de consejeros dijeron no, ellos saben lo que significa para la unidad de su partido y el alto riesgo que tendrían al postular a un candidato impopular que por si mismo no gana ni la elección en el kínder de sus nietos.

En la imposición que fractura radica la dificultad para dotar de legitimidad a esa Iniciativa. Ciudadanizar los partidos es una narrativa actual y atrayente ¿A qué precio? Es muy alto, debilita a la institución política de la cual Javier Corral ha recibido todo; el PAN lo hizo, por el PAN es y hoy hace hasta lo imposible por desunirlo. Nada justifica esa acción, ni en alguien tan engreído como Javier.

La reversa de ayer en la Diputación Permanente es una luz naranja que advierte más resistencias de las que imaginaron. No pudieron hacer el número de 22 diputados para la reforma constitucional ¿Tienen los 17 de la mayoría simple? Cuenten bien, una y diez veces, sería preferible dar un paso de costado antes de perder una votación en el Pleno ¿Imaginen el golpe para el ego del gobernador? Sería devastador en el último tramo de su administración.

Es un despropósito político aferrarse a una ley impopular que divide a su partido a un año de la elección, abriendo el camino al enemigo común ¿Tanto así es el compromiso de Javier con Gustavo? ¿Qué se saben o qué se deben? ¿Tanto así su deseo de llegar a México con la ley en la mano a pregonar que “ciudadanizó” a los partidos, esperando las loas del coro de intelectuales orgánicos usualmente aduladores a su persona?. Ten cuidado con lo que deseas, gobernador. Duarte hizo con la política doméstica todo lo que quiso, en su partido y en otro, y ya ves como le fue.

Rompeolas

Chuy Velázquez está ganándose la diputación federal a pulso. Presumiblemente es el que mejor ha negociado su voto a favor de la “Ley Madero”, al recibir el ofrecimiento de ser postulado candidato por el PAN en el noveno distrito, algo que ni su amigo César Duarte puede entregarle. El R-15 salió bueno para negociar, su problema ahora será vérselas con el caballo, presumiblemente le había jurado amor a eterno y a la primer oportunidad le disputa la diputación que, en el fondo, busca el buen caballo Lozoya. Esa traición no se la perdonan, es de película. Pronto habrá noticias.