*Rencor e indolencia nos gobiernan

* AMLO y Corral, es uno como el otro

* Güero Martínez al paseíllo estatal

* ¿Qué planes tiene para el 2021?

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En un país de instituciones sólidas, verdadera autonomía de poderes, estado de derecho, justicia ciega y efectiva, consistente y madura participación ciudadana, economía estable, servicios básicos satisfechos y oposición responsable, sus gobernantes podrían encontrar espacio para distracciones superficiales y, probablemente, la población tardaría en percatarse de la negligencia.

Pero una vez detectada la desatención haría entrar en razón al irresponsable, obligándolo a concentrarse en sus deberes, en los asuntos que importan a la sociedad.

Un país así mantendría el ritmo de vida con independencia de su Presidente o Primer Ministro, pero la gente le haría pagar un alto precio por su distracción. Es la ventaja de las democracias avanzadas en países de instituciones maduras, resisten sin mayor esfuerzo las estupideces de jefes de estado incompetentes. 

En el México de hoy vivimos en el anverso de la moneda, la nuestra es una realidad sombría que reclama la mayor atención,  compromiso y eficacia de los gobernantes: víctima de una violencia como nunca desde de la Revolución Mexicana, ningún ciudadano, ni las elites, están a salvo -acaban de asesinar a un juez por hacer su trabajo-; somos el séptimo país con más muertes por Covid en el mundo, las víctimas siguen creciendo por cientos diarios y todas las tardes nos presentan en cadena nacional a un bufón concentrado en desinformarnos –Hasta cuando vas a seguir engañando al presidente, preguntó Sheinbaum- somos la economía emergente más golpeada por el colapso económico y el gobierno ahuyenta la inversión privada; la educación de nuestros hijos está secuestrada por una pandilla de rufianes empeñados en generalizar el atraso escolar; las instituciones están siendo desmanteladas progresivamente, la corrupción continúa lastrándonos…

Nos agobia un número apenas soportable de problemas cuya expresión más extrema está en los doce millones de nuevos miserables, tan sólo en los últimos meses, y nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, indignado por que un youtuber incómodo, Chumel Torres, es invitado a un foro sobre discriminación. Sus desplantes y los de la Primera Dama forzaron la cancelación del foro ¿¡Y la indignación por los muertos del Covid, los muertos de hambre y los muertos por los sicarios del mal!? Para ellos no existe empatía. Saluda a la madre del Chapo y libera a su hijo, pero se atufa cuando en las giras la gente reclama falta de apoyos.

Desearía que fuesen arrebatos o distracciones temporales, es humano a fin de cuentas. No, las negligentes futilezas y politiquerías son constante en su gobierno, cuando las crisis nos llegan por oleadas y la desesperanza crece, López Obrador está ocupado en recordar a los gobernadores de oposición que los delitos electorales son graves, alcanzan 15 años de prisión, advirtiéndolos de que sólo él y sus operadores electorales puede disponer de dinero público para las campañas. Al mismo tiempo manda a sus funcionarios más leales a que contengan la reacción opositora de la Iniciativa Privada -Editorial de Ricardo Monreal “JAF”, Milenio 16 de mayo- para que no se les ocurra invertir en campañas. La polarización es permanente.

Si hubiese líderes de oposición bien plantados sabríamos que la locura es temporal, tendríamos la esperanza de quien sufre pesadillas habituales pero sabe que pronto amanecerá y su angustia habrá pasado. Tampoco, la oposición está derrotada, ensimismada en sus pequeñas mezquindades, desarticulada, temerosa y sin ideas. No hay en el horizonte un líder capaz de resistir la insolencia criminal del gran Tlatoani quien, sin nadie que lo atempere, sigue socavando el desarrollo nacional para imponer sobre las ruinas del país un régimen sostenido en la miseria de millones muertos de hambre.

Pongamos de ejemplo al gobernador Corral, uno de los que intentan distinguirse en el combate a los delirios de López Obrador. Chihuahua es el cuarto estado en homicidios, segundo en feminicidios, amplias regiones de la sierra y la frontera dominadas por grupos criminales, el Sistema de Salud desmantelado, arrastramos una deuda que ahoga las finanzas públicas, obligados a pagar seis mil quinientos millones de pesos anuales, la sequía complica el ciclo agrícola y Javier concentrado en manipular la sucesión gubernamental dentro y fuera de su partido, intentando imponer una ley electoral que a ningún ciudadano importa. Está igual que López Obrador, desatienden sus deberes ocupados en politiquerías.

Vivimos una era desquiciante, no halla uno hacia dónde voltear para encontrar ese rayo de luz que nos haga recobrar la esperanza, la voz sensata y comprometida con la gente que nos permita creer nuevamente en un México de progreso y libertados. Nada, en cualquier dirección vemos encono, polarización, mezquindades, cortoplacismo electoral, negligencia, irresponsabilidad.

Nos gobiernan el rencor y la indolencia, sólo nos tenemos a nosotros mismos, seamos una sociedad crítica, exigente y sin prejuicios ideológicos. Jamás permitamos que nos paralice el miedo, pongamos los bueyes por delante de la carreta y ayudemos a jalar. De los políticos no podemos esperar sino indiferencia y desdén.

Rompeolas

El güero Martínez fue uno de los personajes más importantes en los proyectos políticos de Teto Murguía y Armando Cabada, sin su apoyo probablemente ninguno hubiese sido alcalde de Ciudad Juárez. Quienes conocen los entresijos de la política juarita saben que ambos recibieron del popular güero un apoyo superior que impulsó decididamente sus aspiraciones. Coincidentemente, ingratitudes de la política, en ambos casos el güero fue víctima de su éxito. Durante la administración de Teto empezó a crecer y brillar con luz propia, hasta resultarle incómodo al propio presidente municipal. Lo mismo sucedió con Armando, lo hizo su segundo al mando en el gobierno municipal que presidio, pero cuando vio los alcances políticos que traía le puso mil trabas a su desempeño, hasta que el güero, sin necesidad económica, decidió renunciar. Ninguna necesidad tiene de soportar las grillas internas de personeros ocupados en destruir. Bien, pues el buen güero, Rodolfo Martínez, trae planes personales para las campañas del año que viene. El hombre conoce bien la política dentro y fuera de Juárez y pronto lo veremos en el paseíllo estatal ¿Qué busca? Es lo interesante, sabe lo que hace y por tanto no se mueve a lo pendejo. Atentos, pronto dará de que hablar.