*Cayó Duarte; felicidades Corral

*Viene disputa por los despojos

* ¿Quién se lleva los créditos?

* La cereza en visita de amigos

Pocas acciones demuestran tan claro que las decisiones de gobierno están directamente asociadas a los intereses electorales, como la detención de César Duarte, anunciada en el marco de la visita oficial de López Obrador a Donald Trump, y el allanamiento a la extradición de Emilio Lozoya. Ambos hechos ocurridos con diferencia de días.

Desde que tomó el gobierno, Javier Corral hizo hasta lo imposible por capturarlo; montó un espectáculo jurídico, encarceló culpables e inocentes, batió al TSJE, organizó marchas a la Ciudad de México, se confrontó con Peña Nieto, suplicó al nuevo gobierno y nunca consiguió nada.

Ayer, cuando nadie lo esperaba, sucede la detención durante el encuentro bilateral entre los dos presidentes ¿Coincidencia? Jamás, César Duarte cayó en los tiempos que así convienen al presidente López Obrador. Gozó de impunidad hasta que consideraron oportuno pedir su detención y, en la temporal luna de miel con Trump, se lo concedieron en el acto.

Si reparamos en que faltan once meses, menos días, para las elecciones que definirán el rumbo de la llamada 4T, con la renovación de la Cámara de Diputados y 15 gubernaturas en disputa, es pertinente inferir que Duarte será un instrumento de campaña. Con ese fin quiso usarlo Corral en las elecciones estales del año pasado, deseo que no le fue concedido.

Consumado el hecho ¿Cuál de los dos, López Obrador o Javier Corral, capitalizarán para sus intereses electorales la caída de Duarte? No se, de lo que si tengo certeza es que ambos se disputarán sus despojos como felinos hambrientos, a menos que hagan un acuerdo y cada uno tome su parte. Recordemos, Duarte lastra el PRI, no a Morena ni al PAN y para mala suerte –o buena- de los dos partidos, esta vez el PRI no está en la competencia. Nadie dará la cara por el detenido.

Con independencia de quien obtenga el mayor rendimiento, el primero que sale ganando es Javier Corral, sin duda. El hombre llegó al grado de la obsesión buscando a Duarte y finalmente sus afanes han dado resultados. Hizo su parte y aunque en el camino cometió atropellos y errores, como victimizarlo exhibiéndolo en espectaculares cual si fuese culpable, sería una mezquindad ignorar su trabajo.

Otro quizás hubiese desistido, Javier persistió. Felicidades, esa gloria le pertenece. Duarte hizo mucho a Chihuahua, al PRI, a la política, al periodismo. Era necesario arrimarlo ante la justicia y ahí está hoy, así sea en tribunales federales de Miami. Falta que le responda a Chihuahua, acá es donde queremos verlo.

Escuchar a Javier durante su mensaje, a propósito de la captura, con voz impostada y aplomo absoluto de triunfador, es reconocerlo en sus éxitos parlamentarios; seguro, atemperado, satisfecho y pleno luego de mil sinsabores y desánimos que sufrió durante el camino. En todo su mensaje exhala un transversal uffff de lo hemos logrado.

Tiene razón en estar contento, recibió la noticia que estuvo esperando casi cuatro años. Vengan las botellas de champaña   felicitaciones unos a otros, a presumir reiterando con el “nunca dudé de que lo haríamos”. Es la consolidación de su administración, el hecho que justifica el discurso de que “trajo la justicia a Chihuahua”. Aplausos al campeón justiciero.

Es tu momento, Javier, disfrútalo mientras puedas. El ocho de julio será un día que recordarás el resto de tu vida, Duarte bien vale un brindis extendido. Arriba las copas y digamos salud, el vulgar ladrón ha caído, Chihuahua tendrá justicia.

Las implicaciones políticas quedan para mañana, son muchas y vienen entrelazadas.

Rompeolas

Con las ganas que se traen Duarte y Corral, y siendo el exgobernador una pieza de segunda importancia para López Obrador –Lozoya es el actor principal- es probable que decida litigar su extradición. En ese caso traerlo podría tardar entre uno y dos años y, en esa hipótesis, su valor electoral sería menor. Con buenos abogados, los tiene, es posible que lleve el juicio en libertad, en cuya situación el tiempo correría en su favor. Todos estos detalles irán desvelándose en el curso de los próximos días, apenas está empezando el primer capítulo de la última temporada en una larga serie televisiva.

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A reserva de las últimas noticias, parece que a López Obrador le fue bien al lado del orate norteamericano. Fue duramente criticado en México y los Estados Unidos, pero el hombre salió bien librado. Como dije, a reserva de las últimas noticias. Y Duarte ¿La cereza del pastel? Eso parece. En lo que terminó alguien cuyo sueño era ser presidente del país.

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