*AMLO Tiene al PRIAN donde quería

* Madero el enemigo de Madero

* Son iguales y tanto que se odian

Tenemos que aceptar, López Obrador es más perverso de lo que nos imaginamos. A once meses, menos días, de las elecciones tiene al PRIAN donde lo quería tener; asustados, escondidos, divididos, moralmente derrotados. Y no necesitó más que demostrar que va en serio y amenazarlos con desvelar sus actos de corrupción, para convertir a sus mayores liderazgos en exiliados de la vida pública, hombres en silencio forzado, políticos desahuciados.

¿Quién, entre todos los empoderados en aquel amasiato de la corrupción, se atrevería a desafiar a su verdugo? ¿ Ninguno, todos a resguardo, cavilando entre ellos su impotencia, lamentando su vulnerabilidad. Sin el poder se comportan como hombres castrados.

¿Cómo aspira el PRI a recuperar los votos perdidos o al menos parte de ellos, si la mitad de sus gobernadores están rendidos a López Obrador? ¿Cómo puede presentar una oposición sincera si su dirigencia está cooptada por el poder presidencial? ¿Cómo ser un factor en las cámaras cuando sus diputados y senadores quedaron mudos?.

La única ventaja, paradójicamente, es que hoy no los toman en serio, son a lo más un instrumento para recordar a los mexicanos porqué votaron a López Obrador. Y tenga la seguridad, en las próximas elecciones esos mismos gobernadores se pondrán al servicio de los candidatos de Morena, todo con tal de evadir la prisión y conservar lo robado.

Después desarrollaré el tema de los dos “PRI´S”; el cooptado por el Tlatoani y el de liderazgos proscritos condenados al exilio público, es un tema que me parece muy interesante, para los que siguen soñando en que puede recuperarse. Hoy sólo haré un par de reflexiones sobre los daños colaterales en Chihuahua, causados por la estrategia general de AMLO, en su campaña contra la corrupción.

Javier Corral piensa que la detención de César Duarte le vino como anillo al dedo, estaba destrozado en su profundo ego, tras la frustración de ver perdida la reforma electoral y de pronto amanece con la noticia de Miami, le regresó el alma al cuerpo, volvió a ser el Javier echado para adelante, el de voz impostada y discurso moralista.

¿Le vino como anillo al dedo? Si pero No. Sí por que lo rescató de una vergonzosa derrota; la frustrada iniciativa electoral, y le proporciona argumentos para decir que su terquedad triunfo, contra toda adversidad, que dejará un legado de combate a la corrupción, que cumplió con Chihuahua.

En esa parte tiene razón, pero también es No por que esa manzana está envenenada. Que la disfrute mientras pueda, los efectos tóxicos lo alcanzarán sin haberse percatado. Piensa que doblando a Maru Campos puede hacer gobernador a Gustavo Madero y situarse como el gran opositor contra López Obrador.

Está equivocado, su ofuscación no le permite ver con claridad. El adversario de Madero es el propio Madero, no Maru. Cada vez se menciona con mayor insistencia que el senador está entre los personajes que acudieron por “gratificaciones” a la oficina de Emilio Lozoya, durante las negociaciones para aprobar las reformas energéticas.

Con los antecedentes de los moches y la famita que tiene de gran corrupto ¿Cómo le vendría en campaña un audio o video recibiendo el millonario soborno?. Lo despedazan en tres días. Y una vez exhibido ¿Qué haría Javier Corral, si presume de ser feroz combatiente de la corrupción?.Ya lo he dicho, la detención de Duarte y el choque entre los grupos del PAN es apenas el primer capitulo de la última temporada en una larga serie televisiva. Lo que falta por escribirse ¿Se acuerdan como celebró Duarte la candidatura de Serrano? Hoy la historia se repite, son iguales y tanto que se odian. 

Rompeolas

Cruz Pérez Cuéllar es un político profesional, con oficio probado, inteligente. El hombre ha sobrevivido a los más variables vaivenes de la política y salido victorioso. Hoy que se ve señalado por su –real o ficticia- asociación a César Duarte, da la impresión que perdió el toque. Le gana su conducta de retador, de político fajado. Mente fría, llegaron los tiempos de las definiciones, necesita hacer una correcta interpretación  de su frágil momento político, saber cuándo parar y buscar alianzas. Piensa que su problema es legal, por eso pide que le muestren pruebas del dinero que presumiblemente recibió de César Duarte. Está confundido, no es cuestión de pruebas, ni de legalidades, se trata de la percepción pública y sabes que percepción es realidad, pero finge olvidarlo. Es inteligente poner los pies sobre la tierra y hacerse una simple pregunta ¿Postularía Morena a un candidato acusado públicamente de ser copartícipe en la corrupción de un personaje al que el Gran Tlatoani puso de ejemplo en el combate a la corrupción? Responde, Cruz, con sinceridad a esa pregunta y tendrás la respuesta de cuando parar y con quién aliarte. No es magia, es cabeza fría y lectura correcta.

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