*2021, una aproximación general

* Se agota el tiempo de la Tercer Vía

* La irresponsabilidad de Peniche

En el horizonte del 2021 sólo se observan dos alternativas competitivas para la gubernatura; Morena y PAN. La construcción de una tercera vía, explorada sin convicción por liderazgos empresariales, sigue siendo posible en el tiempo pero improbable en la realidad política. Los independientes se desacreditaron así mismo y el PRI conoce su debilitada condición electoral. Con que conserve lo que tiene le iría de perlas.

Empiezo por los ediles que trabajaron –así, en pasado- la vía independiente. En Armando Cabada no perderé tiempo, siendo presidente municipal de la comunidad más numerosa y de mayor importancia económica, desaprovechó la oportunidad de trascender. Tendrá dificultades hasta para ser candidato a diputado federal, como dijo hace más de un año Elba Esther. En cuanto lo vio, la maestra lagartona supo que no daba el ancho.

El destino de Armando está en aliarse con Morena, el partido de mayores posibilidades en Juárez, rogando a Dios que su “sexto” año sea tranquilo. Hay algunos que no se les da la política ni explicándoselas con manzanitas, el edil juarito es uno de ellos, con el agravante de confiar en asesores convencidos que la política es golpear y golpear, en lugar de sumar y multiplicar.

Alfredo Lozoya ha sabido conducirse mejor, con la ventaja de tener asidero en Movimiento Ciudadano. Sin embargo sólo tiene dos opciones: vender sus activos en Parral a cualquiera de los dos partidos dominantes o construir una fuerza marginal a escala estatal que le permita ganar dos o tres diputaciones locales pluris, una diputación federal para él y, con esfuerzos, la alcaldía y diputación de Parral.

En el primer caso sería cuestión de esperar los tiempos para ver hacia donde se decanta. Lleva la escuela de Duarte y como buen bribón haría “acuerdo” con ambos partidos, esperando no fallar al momento en que deba definirse; en el segundo necesita construir una plataforma de figuras presentables en las regiones más pobladas del estado y conseguir un candidato sombrilla a gobernador.

Es más fácil decirlo que hacerlo, pero existe la posibilidad, siempre hay un roto para un descosido. Tampoco es para tomarlo mucho en cuenta, el hombre está muy rabón para una campaña estatal competitiva, sin negarle activos apreciables hacia posibles alianzas.

En las circunstancias actuales, con un presidente repelente a buena parte de los chihuahuenses y un gobernador sin convicción de trabajar, administrativamente disperso y que además se hace odioso a los ojos de la sociedad, una alternativa ciudadana es atractiva. El asunto es que a diez meses, menos una semana, para las elecciones, cada día que pasa resulta más complicado construirla.

Podría citar el nombre de algunos empresarios interesados en esa idea, no viene al caso, ellos gustan operar desde las sombras, es su costumbre. Por historia sabemos que pocos liderazgos de la IP entienden de política y en su infinita arrogancia piensan que todo lo saben. Encima suelen contratar asesores caros usualmente desenfocados en cuyos consejos creen como dogma de fe. Como dije, todavía es posible establecerla, pero el tiempo corre en su contra.

Hace cinco años improvisaron a Chacho Barraza y, a pesar de ser un pésimo candidato, consiguió 240 mil votos. Una proeza electoral que demuestra el hartazgo ciudadano en los partidos tradicionales, entre los cuales incluyo a Morena. Hoy no han tenido la convicción de proponer a un candidato único, aunque algunos piensan en Alejandro Cano ¡imagine!. Si establecen acuerdos firmes entre ellos y piensan con sentido común, pueden encontrar al prospecto adecuado que los haga ilusionarse.

El PRI tiene tres candidatos -Teto Murgía, Alejandro Cano y Omar Bazán- y ninguna posibilidad. Hasta donde he observado Teto lleva delantera en México, Omar es el más enjundioso y Alejandro sueña con que le hagan una plataforma competitiva de corte ciudadano. En cualquier caso sus posibilidades son marginales.

En el PAN las opciones están reducidas a dos; Maru Campos y Gustavo Madero. Obsesionado contra Duarte, Javier Corral olvidó preparar suplentes competitivos, de modo que no tiene más que al impopular Gustavo Madero. En la contraparte está Maru Campos, cuyo reto es arrebatarle a Javier la candidatura y, en ese caso, sus posibilidades se multiplicarían en una elección constitucional. ¿Podrá imponérsele? Cada día que pasa es un día ganado para Maru.

En Morena ya nadie, desde luego bien informado, ve más candidato que a Rafael Espino. Claramente es el elegido de Palacio Nacional para Chihuahua. Ha trascendido que Víctor Quintana y Juan Carlos Loera trabajan en una negociación política con Espino, de modo que sólo Cruz Pérez Cuéllar sigue renuente a bajarse de la contienda. Más temprano que tarde pedirá una cita con Rafael, no es suicida.

Presento, como dije en el titulo, ésta aproximación general a las elecciones 2021, con la promesa de que en posteriores entregas desdoblaré cada una en particular, dejando el “rompeolas”, para la grilla coyuntural. Bienvenido todo chisme, de ese nunca hay que olvidarnos.

Rompeolas

Nunca había visto a un Fiscal –antes Procurador- tan irresponsable como César Augusto Peniche. Tiene una de los compromisos más importantes en la administración estatal, atender la seguridad de los ciudadanos, y se desentiende pensando en intereses personales de corte electorales. Además, el insensato, tiene el descaro de confesarlo, como si fuese gracia. “Espero los tiempos” dice tan fresco cual si fuese líder de un partido político, diputado o senador. “Ya hablé con el gobernador”, se jacta. Y de la estrategia para contener la creciente violencia, ¿No se le ocurre hablar con Javier?. Con personajes así uno entiende por que la violencia en Chihuahua regresó a los días de la guerra de Calderón contra el crimen.

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