*Arianda, la perdedora en Bienestar

* Loera pierde el último sosten

*Cruz pone sus barbas a remojar

* Noroña comió el sapo y escupió los ascos

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Ayer confirmó López Obrador su primer enroque de gabinete rumbo al segundo tercio de su administración. Víctor Toledo, un ambientalista de 75 años, dejó la titularidad de Semarnat y en su lugar llegó María Luisa Albores, que a su vez ocupaba la poderosa Secretaría del Bienestar. Esta Secretaría, la consentida del Presidente, quedó a cargo de un tabasqueño de pura cepa y lealtad incuestionada al “licenciado”, Javier May Rodríguez.

¿Qué significa el cambio para la política domestica? No mucho, sólo confirma lo que muchos sabíamos, pero algunos se resistían a reconocer; el colapso de las aspiraciones políticas de Juan Carlos Loera, superdelegado, en cuanto a sus aspiraciones de ser gobernador.

La historia es como muchas en la alta burocracia. Cuando inició la administración, May Rodríguez renunció a un escaño en el Senado para ocupar la subsecretaría de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional del Bienestar. Muy pronto entró en conflicto con la secretaria Albores y la subsecretaria Arianda Montiel, así que presentó su renuncia al cargo, en marzo del presente año.

Sin embargo el hombre es un político que acompaña a López Obrador desde que ambos pertenecían al PRI y, fiel, lo siguió en todas sus luchas hasta llegar a Palacio Nacional. Reconociendo su lealtad y trayectoria, el Presidente dejó sin efecto la renuncia de May, ordenando su reinstalación inmediata en Planeación.

Ayer, durante el enroque, se comprobó que la confrontación entre el “fiel” May y la dos mujeres –Albores y Montiel- nunca cesó. Ya sabemos por quién se inclinó el Presidente, May se hace cargo de la poderosa Secretaría y Albores es enviada a Semarnat, una dependencia de perfil testimonial.

La conclusión es obvia, Arianda Montiel ahora está en conflicto con el nuevo secretario y en consecuencia es previsible su salida de Bienestar y de permanecer será una funcionaria sin poder. Como la suerte del principal la corren los accesorios, Juan Carlos Loera ayer perdió, por ende, el último asidero que alimentaba su proyecto a la gubernatura, un sostén –por lo demás- ya muy disminuido.

Queda lo anterior para el registro, por si hay algunos que todavía siguen pensando en que la candidatura de Loera es viable. Por lo visto y de acuerdo al tamaño de los batazos bajo la mesa, es muy probable que pronto renuncie a la superdelegación, como han sugerido fuentes internas de Morena, e incluso que haya perdido la oportunidad de ser candidato a la alcaldía de Juárez, su segunda opción. En la frontera está muy fuerte González Mocken.

¿Y Cruz Pérez Cuéllar? Precavido y pragmático como se le conoce, lo más seguro es que haya puesto sus barbas a remojar, los golpes se escuchan cada vez más cercanos  y con mayor intensidad. No te tardes mucho en acercarte ya sabes a donde, Cruz, el tiempo corre de prisa y podrías llegar tarde, Monreal ve por lo suyo, suyo, suyito, Chihuahua es lo que menos le importa mientra sus intereses estén en la ciudad de México y en todo caso en su estado natal, Zacatecas.

Lo hemos dicho una y mil veces, desde las alturas despejan el camino a Rafael Espino. No es un deseo ni tampoco aspiración, es lo que dicen los hechos.

Rompeolas

El impresentable Noroña, contraejemplo de lo que debe ser un parlamentario comprometido con su país, se tragó el sapo y escupió los ascos. “Ganamos pero perdimos”, declaró con la ruindad de los malos perdedores. Tuvo el cinismo de considerar que la llegada de Dulce María Sauri a la presidencia de la Cámara de Diputados representó “el punto de quiebre” de la cuatrote. Aparte de cínico, Noroña es cobarde, sabe que la votación de ayer es el resultado de un acuerdo fáctico entre Morena y el PRI, en el que el PT nadie tiene que ver, ellos ya estaban en el apartado de partido satélite, pero no se atrevió a declararlo. Ahora estamos seguros, el PRIMOR va por que va ¿Dudas al respecto? Ninguna, perfecto, se ahorra uno explicaciones. Son las alianzas insospechadas de ya saben quién con un viejo dinosaurio de Oaxaca cuyo hijo hoy gobierna el estado ¿Cierto, Alejandro, o nos regresamos?.