*Voy por que voy, Maru pide su lugar

* El síndrome del último año. Ay dolor

* Baeza desafió al Covid y al Tlatoani

*El que respira aspira. 87 de Porfirio

* Beristaín entre Omar y el Chuco

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Que Javier Corral declaró su heredero universal a Gustavo Madero nadie tiene duda, se ha esmerado haciéndolo saber en público y en privado; su voluntad es dejar al senador silla, oficina, lana y macana. Fantasear con que heredan en vida es una práctica habitual entre gobernantes, igual hizo César Duarte con Enrique Serrano y ya ven, el que tomó posesión de la herencia fue Corral, el más más odiado del entonces mandatario, después de Marco Adán Quezada.

Saben, por razones obvias, que el gobierno no les pertenece, pero en la progresiva pérdida del sentido común en muchos o el franco delirio en otros, durante la etapa final de su mandato terminar confundiendo la transmisión del poder con la expresión de su voluntad ante un notario público, como al inicio la Constancia de Mayoría con una factura endosada a su nombre. Le llamo a ese estado de confusión mental el Síndrome del Último Año. En mayor o menor medida, todos lo padecen.

Los caminos de la política son como los de Dios, inescrutables. Comete pecado mortal el que se arroga la facultad de torcerlos pensando en su beneficio y en su pecado llevan la penitencia. Políticamente Duarte hizo hasta lo imposible por negociar las mejores condiciones para despejar el camino de Serrano, le alineó a casi toda la oposición, pero matizó la importancia del hartazgo social contra él.

Así les fue, hoy Duarte está detenido en una prisión federal de los Estados Unidos y Serrano es un desecho político. En las cúpulas pueden arreglarse, firmar acuerdos, vender lealtades, pactar alianzas, pero a la gente ya no la engañan, la era digital despertó en la conciencia colectiva una depurada sensibilidad social ¿Cómo puede Madero recibir su herencia si la voluntad de la militancia panista y una buena parte de la sociedad en general –según encuestas- está en Maru Campos? Imposible. Hay límites, aunque no los vean.

Ayer Maru demostró la existencia de los límites en el poder, al presentar su segundo informe de actividades. A un lado pongo el escenario de artista y el contenido, era lo esperado en tiempos de distanciamiento social y recursos digitales, además los panistas son expertos en escenarios, a cualquiera le hubiese salido bien. Lo que destaco es el evento en si; estuvo diseñado para transmitir, de principio a fin, su resuelta voluntad de competir por la gubernatura.

Eso es lo relevante del informe, la determinación de una mujer plantándose frente al anuncio explícito de una imposición orquestada por quién debería generar las condiciones de competencia equitativa, y resuelta a reventar el dedazo vil. Si Javier Corral no advirtió el mensaje, lo tomó a la ligera o piensa que puede controlarla sin consecuencias, debería tener presente que su deseo de cerrar la contienda pone en riesgo la unidad del Partido –suponiendo que le interese- y en consecuencia reduce al mínimo las posibilidades de victoria. ¿Tampoco aprendió nada del 98 y la traición Dhiac? Partieron al PAN en dos y abrieron la puerta para el regreso del PRI.

No se detengan en ver quién, cuantos, porqué y cómo la felicitaron –todavía ayer en la tarde seguían recibiendo adhesiones en forma de felicitación-, tampoco en el desaire de Javier o los colores de su vestimenta, son accesorios. En lo que debe reparar la clase política del partido, es en la determinación de un grupo panista dispuesto a exigir piso parejo en la designación de candidato a gobernador. Es todo lo que piden, competir en igualdad de condiciones, no que los descalifiquen en la mesa.

Son días de acciones definitorias y la cuerda se tensa ¿Quién, entre Corral y Maru, tiene la mayor responsabilidad de no estirar hasta romperla. Queda la pregunta a los santones del PAN y empresarios que se dicen aterrados por la posibilidad de que Morena llegue al poder.

Rompeolas

Con el discurso de la resistencia pacífica que Gandhi enseñó a los demócratas de todos los tiempos, Fernando Baeza regresó a las calles para sumar su nombre a las protestas contra el saqueo de agua y en defensa de los agricultores. Algunos dirán que tarde pero al fin sale, yo pienso que estuvo muy bien, para un hombre que ronda los 75 años y tiene extremo cuidado por el Covid, no es sencillo salir a las multitudes arriesgando su salud. Por más llamados que hizo a la marcha pacífica, con la Guardia Nacional no se puede, los granaderos recibieron a los manifestantes con gas lacrimógeno y balas de goma. La peor sequía en muchos años y a nuestro querido gran Tlatoani se le ocurre drenar las presas de Chihuahua, como si el agua fuese un bien que sobra. Los agricultores no están encabronados, lo que le sigue ¿Y Javier Corral? Muy bien, concentrado en separar a Chihuahua de Conago y encarcelar a Duarte, Collado, Peña, Beltrones y los que se paren enfrente. Perdió la oportunidad de congraciarse con la gente de la región, es imposible quedar bien con Chihuahua y hacerle la barba a López Obrador para que le entregue a Duarte.

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A sus 87 años, arrastrando la voz y sin poder caminar de gilo, Porfirio Muñoz Ledo quiere ser presidente de Morena. Su sueño es dirigir tres partidos nacionales: PRI, PRD y Morena. A sus años debería estar en casa y más con los riesgos del Covid. Pues no, quiere seguir dando de que hablar ¿Y si gana? Que hará para presidir el partido más indisciplinado de todos, siendo que tiene dificultades para mantenerse en píe. Veremos que pasa, el escenario está hecho para Mario Delgado, dicen.

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El paisano Pedro Beristaín, joven de sólo 28 años, tomó protesta como dirigente estatal de la red de jóvenes del PRI. Ha sido dirigente en varias organizaciones juveniles del PRI, de la CNOP, consejero universitario de la Uach y Maestro en la Facultad de Derecho. Hasta que Omar y el Chuco Valdivia se hicieron de una buena carta, tenía que ser de Jiménez y eso que no nació en el barrio de las Chivas. Nada más una recomendación, si lo permiten, no se apresuren no lo echen a perder, por favor, déjenlo que solo aprenda las mañanas.