*En tres días olvidaron a Jessica Silva

* Que los muertos sepulten a sus muertos

* Militarizar la región, su solución

* Ahora el incendio; va contra líderes

* Maru pelea su espacio en cada terreno

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A cinco días del asesinato, los huérfanos siguen llorando a su madre y rogando a Dios por la saluda de su padre y el gobierno del autócrata ya encontró una salida para dejar el tema incómodo atrás; organizaron una partida para dañar instalaciones consideradas estratégicas. Provocaron el incendio, al instante calcularon los daños en cien millones y en la mañana de ayer prometió llevar a los responsables ante la justicia.

¿Y de Jessica Silva, muerta por balas asesinas de la Guardia Nacional? ¿Y de su esposo mal herido cuya vida sigue en peligro? Para ella no hubo un minuto de condolencias, una mínima expresión humanitaria de dolor, fuera del discurso mil veces ensayado de que castigarán a los responsables y tan tan, tema cerrado, a otra cosa mariposa, que los muertos sepulten a sus muertos.

Lo importante ahora es ir contra los “responsables” del incendio y el Líder Amadísimo ya sabe quienes son, en su radar están los dirigentes del movimiento en defensa del agua. Sobre ellos va.

Los quiere detenidos a como de lugar, primero aceptarían que el sol gira en rededor de la tierra, la luna es de queso y los océanos una gigantesca piña colada, que la participación de infiltrados profesionales propuestos a desacreditar el movimiento, como responsables del incendio.

La sospecha general es que son enviados por el mismo sistema sin otro propósito que responsabilizar a los agricultores para detenerlos. No les perdona que levanten la voz sin su autorización y exijan respeto a un derecho que tienen ganado desde hace siete décadas y ningún presidente antes que López Obrador había trastocado. Para él sólo cuenta que alterando sus planes e, incapaz de aceptar que una hoja se mueva sin su santa voluntad, decidió castigarlos.

Esa es la realidad de un movimiento ciudadano que nació legítimo, intentó conservarse legítimo y está siendo doblado por ardides siniestros, presumiblemente encausados desde las entrañas del mismo Gobierno encabezado por López Obrador, al costo que sea. Lo importante es arrodillarse ante el Imperio; misión cumplida, pagamos hasta la última gota.

Desde un principio los gobiernos federal y estatal –también Corral lleva parte de responsabilidad, su negligencia fue manifiesta- dejaron solos a los agricultores esperando que se agotaran por cansancio, mientras el agua seguía saliendo. No previeron que sobrevendría la desgracia de Jessica y su esposo y el movimiento tomó otro rumbo, el de la indignación general, cuando estaba por finalizar.

Bien harían Chavita Alcantar y los presidentes de módulos en conseguir asesoría jurídica de inmediato. Sobre ellos recaerá la responsabilidad de los daños causados por los infiltrados y el Tlatoani no tendrá compasión, se descuidan y los detienen. No les perdonan que hayan exhibido la felonía del autócrata y eso es imperdonable.

¿Y los verdaderos responsables? Por sus practicas conocidas, lo más probable es que ya estén en la ciudad de México, esperando una nueva misión oculta y vil, de las que tanto socorre éste gobierno que se dice representar al pueblo.

Rompeolas

Maru Campos está dispuesta a pelear por su candidatura en cualquier terreno, palmo a palmo. Lo demostró durante su visita a la Boquilla, en la que se hizo presente para no dejar espacios vacíos. Es una mujer atravesada, sabía que necesitaba mostrar empatía con el movimiento de los agricultores y se apersonó en al zona de conflicto. Otro mensaje de que está dispuesta a dejar la blusa entre los alambres con tal de conseguir la candidatura. Ahí está la alcaldesa, levantando consistentemente la mano para que el panismo sepa que tiene una opción bien plantada contra Morena y su intento de apoderarse de todo el país.

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Hay una mujer muerta y mal herido su esposo, pero al gobierno de López Obrador parece no importarle en absoluto, está decidido a seguir calentando el conflicto con la presencia de más militares, como si la tensión fuese insuficiente. Le pidieron que sacara a la Guardia Nacional, foco principal del conflicto, y su respuesta fue militarizar la región. “¿Es un tengan para que se entretengan o su forma de resolver los problemas del país, cuando se trata de protestas justas? Usar a la Guardia contra movimientos legítimos, en vez de ponerlos a combatir el crimen, da cuenta cabal de sus prioridades; los criminales son quienes exigen justicia, no los que asesinan por decenas diarias. En Juárez, Madera y otras regiones de la sierra hacen más falta, pero el señor Presidente los concentra donde siente amenazada su autoridad.ResponderReenviarFC