*¿Es Barousse punta de la madeja?

* La confianza es mala consejera

* Madera, territorio de los sicarios

* Triste adiós a Jorge Arizpe

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Es falso que a Christopher James Barousse lo hayan detenido por los 2,6 millones de la nómina secreta, esa cantidad la derrochaba Duarte en cambios, tampoco en razón de venganzas políticas, es un chicharo muy menor para que satisfaga los deseos de venganza. Lo detuvieron por ser uno de lo más débiles en la lista negra de Javier Corral y, sobre todo, por confiado e inocente.

A sujetos con esa característica, en el Barrio de las Chivas los plebes le gritan “ahí va el pendejo”. Presumía de ser el favorito de Duarte, sabía que su nombre estaba entre los de la lista negra, no tenía protector y aún en esa precaria condición hacía vida en Chihuahua, como si su pasado de asociación el régimen corrupto ya se hubiese olvidad.

¿¡¡¡ Que hacía en Chihuahua sabiendo que la Fiscalía guardaba una orden de aprehensión, debidamente firmada, con su nombre y apellido!!?. Nada, el cuate pajareaba haciéndole al comunicador, pensando que tras el micrófono estaba a salvo. Otra vez, inocente.

Desde ayer está en San Guillermo, ahí pasará Noche Buena, Navidad, Día de Reyes, el cumpleaños de su antiguo protector y varios meses más, tiempo sobrado para reflexionar sobre aquellos años de dispendio y engreimiento sin par, pensando que formaban parte de un reino que duraría mil años.

Queda el ejemplo para los que, como Barousse, no tienen asidera propia ni padrino protector. Si piensan que están a salvo por que ha pasado mucho tiempo y el quinquenio se acaba, desconocen la ira de Corral. Se los han demostrado mil veces, su rencor es como el de los judíos; persigue hasta la séptima generación a quienes osan ofenderlo.

En el famoso listado algunos tienen la tranquilidad que da la protección política, otros están más o menos seguros por que enviaron recados de rendición incondicional -canto lo que quieras que cante y en la tonada que pongas- y no faltan los que sienten la seguridad de verse amparados en el fuero eclesiástico. Ellos son menos vulnerables, a menos que Javier se vuelva loco y decida liberar ordenes de aprehensión contra todos. Tengo dudas, en ese caso hasta Peniche y los jueces de consigna se atragantaría.

Pero los chicharos huérfanos de cualquier protección, como el bisoño Barousse, no tendrán consideración alguna, si Javier estima necesaria reactivar los maxijuicios de la corrupción antes de que cierre este odioso 2020, lo hará sin tentarse el corazón, especialmente ahora que el juicio de extradición contra César Duarte brincó el año y pudiese írsele como pez entre las manos.

Igual que Barousse, muchos en esa lista traen sobre la espalda un blanco luminoso que los querubines de Peniche identifican sin necesidad de anteojos especiales. En cuanto reciben el guiño de Palacio van por él, o los nuevos elegidos y háganle como quieran, el poder es para poder, no para no poder, como bien aprendieron de su corrupto maestro.

¿Acaso estamos frente a la conclusión del último capitulo en la telenovela “dos hombres parecidos, un rencor eterno y ninguna mujer”. Ay nanita, guárdense que la ira de Palacio recobró su tercer aire.

Rompeolas

Mal y de malas con el poderoso Tlatoani. Las relaciones Federación-Estado en su punto más bajo y a una pandilla de sicarios se le ocurre disparar contra “servidores de la nación” que distribuían las benditas dádivas del asistencialismo. Trágame tierra, como están uno contra el otro, nada le cuesta a López Obrador responsabilizar de esa acción a la “corrupta policía estatal”. Que le cuesta.

¿Tuvo relación ese atentado con la balacera donde murió un agente estatal y otros seis resultaron heridos? Ambos sucedieron en Madera, una de las zonas mejor controladas por el crimen organizado. También a los sicarios del mal deberían detener, Peniche.

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Un abrazo y mis sinceras condolencias a la familia de Jorge Arizpe Zepeda, otro buen hombre que sucumbe a la extraña virulencia del Covid-19. A ellos y a sus amigos más cercanos les envía mis mejores deseos, confiando en que Jorge ya está con Dios.