La justicia de Chihuahua es implacable, tratándose de los asociados a la corrupción duartista. No concede tregua ni respiro, va por ellos cuantas veces sean necesarias, que paguen por pecados propios y de su jefe, todos son uno y uno es todos. Que se jodan, hay que regresarlos de nuevo a las frías crujías, es Navidad, necesitan pasar tiempo con su familia adoptiva del Penal. Raymundo Romero sabe algo de eso.
Es una locura, mueve de incredulidad a risa la forma en que el gobierno de Javier Corral administra la Justicia. Una vez colocado en el circuito de los “justiciables”, nadie está seguro de su libertad, así tenga arraigo domiciliario y esté sujeto a un grillete electrónico, por orden judicial.
Reciclar procesados es la contribución innovadora del actual gobierno al folclor de la justicia chihuahuita. Reciben la sanción en dosis, como los desquiciados sus pastillas en los manicomios. Ya liberados, en cualquier momento van por ellos hasta su casa y, de vuelta al hoyo, carnal, ya sabes como es esto.
Ruegos y súplicas quedan fuera: pero mire señor agente que aquí dice…. Nada. Es que el juez me concedió… Nada. Por favor, no puede ser yo ya había… Que nada y usted no se meta, señora. Vea, le suplico, aquí está el papel de arraigo y mire mi brazalete. Bueno que usted no entiende, ya le dije mil veces que nada. Si tiene quejas preséntelas al jefe, a mi tampoco me gusta que me despierten de madrugada para venir por gente como usted. Suba o lo subo y se calla ¿Así lloraba cuando se clavó el dinero?.
Ayer, a la media noche, una picota de judiciales llegaron al domicilio de Jesús Esparza y, ya sabe usted, muy amablemente le informaron que pasaría Navidad tras las rejas, otra vez. Es el segundo de los procesados por corrupción del sexenio pasado que reciclan, Alejandro Villarreal inauguró esa modalidad muy del Nuevo Amanecer. Deberían patentarla, seguro algunas dictaduras matizadas de populismo estarían interesadas en conocer los detalles. Necesitan ingenio legal, las formalidades importan.
A uno le causa risa imaginar la tierna escena familiar, pero el auditor favorito de Duarte estuvo, según reportes policiales, a punto del infarto. No es para menos, planeaba la cena de Navidad, había empezado a comprar regalos en línea, trabajaba en la decoración del arbolito y, de pronto vente de nuevo, hijito, pasarás Navidad en San Guillermo, allá te llegará tu regalito, si te portas bien.
Nunca pensé que me sorprendería la obstinación de Javier contra César Duarte y los funcionarios de la pasada administración. Como no puede tener al “vulgar ladrón”, su as de oros, se desquita con sus asociados. En ellos ve el rostro regordete del odiado y se retuerce. No los soporta.
Tampoco los defiendo, a ninguno, he sido uno de los más consistentes en pedir justicia, los abusos que cometieron fueron muchos y el desfalco ni se diga. Pero tratarlos con ese desprecio, retorciendo las leyes en su contra por que pueden, roza los linderos de la inhumanidad. Soltarlos para luego volver a detenerlos, ciertamente está de infarto y ponga encima las fechas de “armonía y paz familiar”. La falta de empatía merece un estudio académico digno de una tesis doctoral. Pero ya sabemos, no es venganza, obsesión, ni mucho menos es persecución, simplemente se trata de la “Operación Justicia para Chihuahua”.
Imposible no pensar en aquello de que los “verdugos de hoy serán las víctimas de mañana”. O como la tropicalizó Tarango; “los carniceros de hoy serán las reces de mañana”. Y la otra, nada es más seguro que la temporalidad del Poder, las fechas fatales son inamovibles, se acaba por que se acaba, pregúntenle a Duarte, a Peña y a mil más.
Rompeolas
“Nuestro gobierno está al borde de la quiebra por la deuda, tantos baches, falta de alumbrado público y falta de pavimento. La corrupción y el enriquecimiento de los políticos nos ofende”. ¿Quién declaró lo anterior? ¡Armando Cabada, presidente municipal de Juárez! ¿Quedó tocado por el coronavirus, sólo así se explica el mea culpa? No haré comentarios, en su lugar dejó el de un lector: “Ni la burla perdona éste socio del club del valle de las muertas en Juárez”. Subrayo, el comentario no es mío, sino de un lector.
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La Junta Central del Banco de México envió una minuta a la Cámara de Diputados, en la cual dice que las reformas a la Ley del Banco de México aprobadas por el Senado ponen en riesgo la autonomía y las reservas internacionales. Hasta Gerardo Esquivel, consejero de la cuatrote estuvo en contra. ¿Inocentada? No, el Líder Amadísimo acelera el proceso destructivo de las instituciones nacionales y el colapso de la economía, sólo así garantiza la continuidad de su “transformación”. Mientras los empresarios cachan moscas y la oposición se fractura entre si.
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Los comentarios sobre el registro de Madero quedan para mañana, si hay tiempo.
