Con el llamado a misa que hizo el Tribunal Electoral, dejando en exhorto el tema de género, las dirigencias de los tres partidos más importantes exhalaron un uffff de alivio. Estaban presionados por la exigencia, verse liberados facilita sus acomodos políticos hacia la campaña.
El PAN tenía la dificultad de que otras candidaturas dejaron topados a los barones y eso ponía en aprietos el proyecto de Gustavo Madero. En Morena se peleaban los grupos nacionales apalancados en la mismas decisiones, comprometiendo el acomodo general. Ese problema quedó resuelto ayer, el Trife lo destrabó.
Pero sin duda el más feliz con la decisión es Omar Bazán. Días antes de que el INE hiciera público el bodrio jurídico del género, Omar había celebrado un acuerdo con Alejandro –alito- para que le entregara la candidatura a gobernador. Ahora que esa disposición perdió efecto, lo primero que hizo fue recordarle al presidente del CEN los compromisos anteriores.
En esta nueva tesitura Omar lleva todas las de ganar; es el que más tiempo ha invertido, la desea más que cualquiera y tiene los ofrecimientos previos. El otro sería Teto Murguía, que también vuelve a sonreír. Sin embargo en el PRI todos saben que Teto es capaz de vender la candidatura al mejor postor, de ahí la justificada resistencia a postularlo.
Agravante aparte sus enormes negativos; en cuanto a nivel de conocimiento sale muy bien, 65 por ciento, pero cuando agregan los negativos trae un rechazo del 100 por ciento. Jajajajaja, lo rechazan más de los que lo conocen.
Sin embargo debemos esperar, sigue vigente la posibilidad de un acuerdo con el PAN, siempre que Maru Campos sea la candidata al gobierno, según ha trascendido. Los priistas no quieren nada con Javier Corral y, por lo que se ha visto, son bien correspondidos, tampoco Javier con ellos.
Estamos en días de alta tensión, pero de ninguna manera son los definitivos, esto quedará resuelto una vez que las alianzas formales queden firmadas y las fácticas a satisfacción de los interesados. Es decir, podemos concluir el año sin que el escenario electoral quede totalmente despejado.
Rompeolas
La que se movió de “oquis”, en sus aspiraciones por la gubernatura, fue Lilia Merodio. En cuanto atisbó el factor del género empezó a moverse como desesperada con viejos aliados y nuevos prospectos. Nunca encontró respuesta, como dije ayer, Omar Bazán se cortaría las venas antes de permitir su candidatura, y hoy agrego que Graciela Ortiz es capaz de aceptar la postulación con tal de relegarla. Lo de Lilia fueron meros impulsos del corazón, pues cualquiera en el PRI sabe que sus posibilidades eran menores a las de su tocaya Lilia Rivero, seccional del Cerro de la Cruz.
…………………..
En ésta política de superficialidades e incompetencias, es refrescante encontrar a dirigentes sindicales como Pablo Serna, secretario general del Sindicato de Salud. Con los ahorros que hizo durante el año y sobre todo al cancelar –motivo Covid- las fiestas navideñas de los agremiados, juntó una bolsa muy generosa que le permitió rifar siete vehículos nuevos, 130 pantallas, ocho celulares y casi 60 premios en efectivo, dos de los cuales son de cincuenta mil pesos. No puede uno sino felicitar éste tipo de acciones, más cuando Rigo Machado, el vulgarcito ladrón, anterior secretario general, no rifaba ni una triciclo infantil. Imagine lo que se clavaba. Bien por Pablo, estrellita en la frente, desde ayer le andaban diciendo el “Santa claus de Salud”.
…………………..
Fernando Álvarez Monge sudará frío antes de que sus colegas diputados autoricen al gobierno estatal la contratación de oooootro crédito, ésta vez por 1,600 millones de pesos, según la solicitud del gobernador. Los diputados de Morena y del PRI ya dijeron que no, sin los cuales no pueden hacer los votos necesarios. A negociar uno por uno, sabiendo las consecuencias de tratar con diputados mercantilistas como Rubén Aguilar, Alejandro Gloria y Chuy Velázquez. Y lo peor del todo, el crédito les superurge para cerrar el año. Son las consecuencias directas de un secretario tan rabón como Arturo Fuentes Vélez y la distracción de Corral. Su incompetencia aumentó la deuda en más de 13 mil millones sin levantar ni medio metro de banqueta.
