*Duarte en terapia del “y si hubiera …”

*Cómplices de ayer, hoy lo incriminan

*Pacto entre cínicos y sinvergüenzas

*¿Que horas son? Las que usted quiera

*Morena manosea elección de alcaldes

*Chela Ortiz y Sergio Carrillo, amarrados

*Candidatos R. A. T. A. S. de Chihuahua

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La obtusa e inmadura insistencia declarando que “ya viene, llegará antes de Navidad o a más tardar los primeros de enero”, ajustadas obsesivamente las fechas según sus deseos–ayer mismo Luis Fernando Mesta la dejó en “dos o tres meses más”- Javier Corral y los funcionarios que hacen vocería en el tema de César Duarte, generaron la percepción ciudadana de fracaso en su propósito de presentar ante la justicia al “ex”, también identificado con los alias de “vulgar ladrón” y “as de oros”.

Esa percepción es falsa, Duarte lleva casi ocho meses detenido en una prisión federal de los Estados Unidos, un infierno para cualquiera, más tratándose de personas acostumbradas a vivir en los excesos. Está en una celda de dos por dos metros, horarios rigurosos de alimentación, dieta común, tiempo específico en áreas abiertas, comunicación restringida y supervisada, horarios para acostarse y levantarse, uniforme, visitas reglamentarias. Son meses de pesadilla, pregunten a los residentes temporales de San Guillermo, algunos estuvieron a punto de volverse locos.

Corral ganó la batalla legal, traigan o no traigan a Duarte la realidad es que permanece detenido, sujeto a extradición y encima cargaron contra su esposa Bertha Gómez y sus hijos. En seis años de poder alucinado Duarte jodió la vida de su familia ¿Porqué Javier envía, sin querer, el mensaje de que necesita tenerlo en Chihuahua para verse ganador? Por su obsesión de verlo tras las rejas y tomarle la foto. No está satisfecho con la detención, quiere humillarlo vistiéndolo con ropa de preso, pisotearlo y mejor si de pasada capitaliza electoralmente –cualquiera que sea su interés- la “Operación Justicia para Chihuahua”. Su henchido ego necesita verlo en Chihuahua y al no poder traerlo, se desespera y sale de sus cabales.

Visto objetivamente, César es el gran perdedor y sospecho que tras el enfado de pensar que “todos lo traicionaron”, ocupa su tiempo en la terapia del arrepentido que rumia, incesante, el común “Y si hubiese hecho esto… si hubiese hecho aquello”. Un rosario de “y si hubieses” lacerantes lo torturan. Por ejemplo, si hubiese acordado con Marco Adán muy probablemente hoy estaría en su rancho de Balleza disfrutando lo robado, mientras se rasca la panza.

Hoy, en cambio, es víctima de antiguos cómplices. Según El Universal, cinco beneficiados de la corrupción aceptaron convertirse en testigos protegidos y regresar lo mal habido, declarando en su contra para salvarse. El periódico menciona con nombre, apellido y cantidad reembolsada a Fernando Reyes, exdiputado local, 2.5 millones de pesos; Armando Cabada, presidente municipal de Juárez y aspirante a diputado federal por Morena, 4,3 millones de pesos; Javier Horacio Contreras Orozco, exdirector general del Heraldo, diez millones de pesos; Hortensia Aragón, expresidante del PRD y exdiputada local, dos millones de pesos.

Los que antes recibieron dinero a manos llenas, hoy lo incriminan. Contra sus testimonios no valen los ejercicios catárticos del “y si hubiese…”, su destino está en Chihuahua, lo que no sabe Corral es cuando. La incertidumbre lo desespera y quiere apresurar en medios el lento proceso jurídico, entonces, fuera de si, no buscan quien se las hizo, sino quien se las pague.

Rompeolas

López Obrador propone a los gobernadores un acuerdo para mantenerse fuera de las elecciones. Javier Corral le tomó la palabra de inmediato. Estamos frente al pacto de cínicos y sinvergüenzas: AMLO es vocero, desde la tribuna matutina, de Morena y sus candidatos; Javier Corral hace hasta lo imposible por desbarrancar a la candidata de su partido. Un poco de respeto a la inteligencia de los electores, ambos están metidos y seguirán metidos en la elección, hasta los codos.

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Diligente, solícito, leal hasta la ceguera el Auditor Superior de la Federación, David Colmenares, sólo necesitó una mañanera para retractarse del informe donde observó que la cancelación del aeropuerto costó más de 330 mil millones de pesos e irregularidades por casi 65 mil millones. Al llamado del tlatoani ajustó las cifras a satisfacción de “los otros datos” que tiene el Presidente y asunto arreglado. ¿Qué horas son? Las que usted quiera, señor Presidente. Viva el demócrata y el transparente; Viva la cuatrote, donde todos son uno y uno es todos.

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Morena se comporta como si en Chihuahua fuese partido favorito. Extrañamente su dirigencia deja correr los tiempos en la designación de candidatos a ediles y diputados, abriendo espacio para el golpeteo entre aspirantes. El manoseo es innecesario y falto de tacto, como dicen en el barrio de las Chivas; “lo que se va a hacer que se vaya remojando”. Si quieren perder bien perdidos, ahí está el Mangas en Juárez y Borruel en Chihuahua; si aspiran a competir en mejores condiciones, ahí está Cruz en Juárez y Marco Adán en Chihuahua. ¿A poco no se han percatado?

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Graciela Ortiz, candidata a gobernadora, y Sergio Carrillo, candidatos edil de Chihuahua, empezaron a entenderse en dinámica de campaña. En los últimos días están acelerando, muy activos envían mensajes de aquí estamos, no se olviden de nosotros. Bien por ellos, se necesitan uno al otro para competir en mejores condiciones. Graciela además estuvo anteriormente en Juárez e hizo presencia en otros municipios y ayer los dos hicieron presencia en el relevó de la CNC, donde tomó el cargo Carlos Manjarrez. Evento respetable al que asistió, Ismael Hernández Deras, líder nacional del sector. Ahí va caminando la pesada maquinaria priista, si agarra vuelo abusados, quien sabe hasta donde llegue.

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Ciudadanos ocurrentes y comprometidos con Chihuahua hicieron un grupo de Facebook muy interesante. Se llama “Candidatos R. A. T. A. S. de Chihuahua”, así, punteado y con mayúsculas para enfatizar. En el fervor de las precampañas está creciendo la comunidad de los cazadores de “ratas”, pues se trata de denunciar a los candidatos de probada deshonestidad, aquellos que pasaron por anteriores cargos públicos y se sirvieron con la cuchara grande. Es una iniciativa fresca que vale la pena seguir, si usted conoce el nombre de algún candidato “rata” denúnciele ahí, bajemos a esos oportunistas ambiciosos antes de que alcance poder. Felicidades y éxito a sus promotores.