*Desmantelan expedientes corralianos

*Torturas y atropellos legales, la causa

*Javier Corral enlodó su propio nombre

*Loera debe estar agradecido con Maru

*El desparpajo de la justicia versión 4T

*Pacto AMLO-crimen hartó al Imperio

No me gusta que desmantelen los expedientes de la corrupción duartista, confieso. Ese sexenio ha sido uno de los más negros en la historia del país, con una corrupción obscena que llegó a niveles de paroxismo. Duarte y quienes lo acompañaron en el saqueo a las arcas estatales deben responder ante la justicia de Chihuahua, escribí varias veces antes de que Duarte dejase el gobierno y muchas mas durante la pasada administración. Hoy sigo suscribiendo la exigencia de justicia.

Sin embargo no puede uno hacerse el desentendido y aceptar que, en su frenética persecución, Corral y un puñado de funcionarios incondicionales atropellaron la justicia con ministeriales avenidos a extraer confesiones a cualquier precio, jueces de consigna y libertades en venta. Varios inocentes fueron detenidos en la más absoluta injusticia, también los he citado por su nombre y apellido, seguro de haberme quedado corto.

Desde la integración de los primeros expedientes surgieron versiones de que ministeriales acampados permanentemente en la casa de gobierno forzaban declaraciones a contento del gobernador, que los detenidos eran sometidos a eternos interrogatorios intimidantes y que Murillo cobraba moches para dejar en libertad a los primeros detenidos. Esas versiones llegaron a ser de conversación general entre la clase política chihuahuense.

Al ensuciar los proceso por instrucciones directas del mismo gobernador Corral, muchos expedientes quedaron endebles. Y claro, la gobernadora Campos, víctima personal de la persecución, no es carmelita descalza, querrá ir tras los funcionarios de la ley que abusaron contra ella y contra varios inocentes más.

Eso es, los excesos protagónicos de Corral y su impulso irracional hacia la venganza, lo que desmantela los expedientes. Tanto los batio que terminó por inhabilitarlos. Es una pena, pero no me sorprende, recordemos que algunos de los abogados más brillantes anticiparon sabiamente estos hechos.

Rompeolas

Hernán Gómez salió en defensa de su amigo Javier Corral, tras las declaraciones de Maru Campos en varios medios nacionales.  “Tengo muchas dudas de estos testimonios que parecen querer lavarle la cara a la gobernadora Maru Campos. Buscan manchar el nombre de Javier Corral, el gobernador que más ha luchado contra la corrupción en el país, con un modelo que debería ser replicado a nivel nacional”, tuiteó. Hernán está desinformado o hace una defensa de oficio, nadie manchó el nombre de Javier Corral, él personalmente se encargó de mancharlo al hacer el peor gobierno en la historia de Chihuahua. Abandonando sus deberes para concentrarse en una feroz persecución contra la hoy gobernadora intentando imponer a Gustavo Madero y una venganza mezquina contra Duarte, por ofender a sus hermanos. Corral no combatió la corrupción, intentó vengarse de agravios personales, camino en el cual encarceló a varios inocentes. Los verdaderos pillos siguen sueltos y Duarte no ha sido presentado ante la justicia local. ¿Replicado a nivel nacional? No jueguen, López Obrado está haciendo exactamente lo mismo con Lozoya, dotándolo de inmunidad a cambio de que le entregue a sus enemigos. Corral, ya vimos, no pudo; tampoco está pudiendo el rencoroso tlatoani.

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Lo único realmente nuevo que dijo Maru en su entrevista con Brozo, aparte del “me la peló” que incomodó a los moralinos de su partido, fue que le hayan ofrecido la candidatura de Morena, durante la peor parte de la persecución que Corral desató contra ella. El ofrecimiento que la hoy gobernadora guardó demuestra que para el Tlatoani tanto Loera como Corral, hoy amigos piquis colis, son desechables. Acepta Maru el ofrecimiento y a los dos les dan una patada en el trasero, pero lo rechazó quedándose en el PAN a jugársela a todo o nada. Loera debería estar agradecido con Maru, así pudo ser candidato y regresar a la delegación, de otra forma ahorita sería el morenista más incómodo de Chihuahua.

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La imagen que hizo circular Lourdes Mendoza, columnista de El Financiero, de Emilio Lozoya comiendo en un exclusivo restaurante en Ciudad de México, no exhibió nada más los lujos y comodidad en que se encuentra el “testigo colaborador” de la FGR, presunto campeón de la corrupción peñista. Exhibió también el desparpajo con que la impunidad y la justicia a contentillo prevalece en la 4T. Rosario Robles lleva detenida dos años por una licencia falsa que no falsificó, a los científicos los acusan por “organización delictiva” y a quien confesó recibir sobornos por diez millones de dólares de Odebrecht lo premian con impunidad, a cambio de que entregue a enemigos del régimen. Efectivamente, no son iguales, son peores.

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El resultado más visible del “Entendimiento Centenario”, que vino a imponer el secretario de estado norteamericano, Antony Blinken, es que López Obrador ha sido forzado a olvidarse de la política “abrazos no balazos”, prevaleciente en los primeros tres años de su gobierno. La parte sustantiva del acuerdo es que México debe combatir las “redes delictivas trasnacionales”. Esas redes no son otras más que los carteles a quienes el presidente agradeció por haberse portado bien en las elecciones pasadas. No se, pero el Imperio apretó en serio a López Obrador, obligándolo a replantear su infame pacto con el crimen. Biden debió hartarse de la complicidad de AMLO con las organizaciones criminales que inundan de fentanilo su país.

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