*Otra vez, versiones de que llega Duarte

*Corral, otro justiciable de la corrupción

*Los intereses de los bribones se tocan

*Soledad e Issa, dos corruptos en apuros

Entre abogados que ocupan la parte superior de la pirámide, los que tienen acceso a información privilegiada, otra vez escucho con mayor frecuencia la versión de que César Duarte regresa pronto y directo a su alojamiento privado en San Guillermo, nada de hacer escalas en el Altiplano.

Tomemos con reserva las versiones, Corral puso mil fechas de segura llegada y nada, hoy él mismo es parte de los justiciables por corrupción. Y cuando el juez de segunda instancia decretó su extradición, la comunidad de la litis y la chicana juzgó el asunto resuelto pero tampoco, los abogados del “ex” recurrieron a un último y desesperado amparo.

¿Y el amparo? Pregunté a uno de ellos, hoy que otra vez hablan con insistencia del regreso. Es balín, respondió sin pensarla, se lo negarán en días o semanas y viene de vuelta, no le quedan más recursos. ¿Se las creemos, que por fin regresa?. Personalmente empiezo a dar crédito a ésta tercera ola de rumores, en algún momento volverá y si los abogados tanto hablan es por que ven agotados los recursos de apelación que lo mantengan en Miami.

Los entusiastas contra el gobierno actual; Corral, Luz Estela, Loera y quienes les hacen coro, se frotan las manos pensando en que, una vez radicado en Chihuahua, será liberado en cuestión de días o semanas y entonces les sobrarán motivos para cebar sus amarguras contra Maru. Basan su esperanza, irónicamente hoy lo quieren libre, precisamente en los atropellos y desaseos jurídicos con que construyeron las causas contra el gobernador. De todas las carpetas que amontonaron en Miami, sólo una que se paga con dinero pudieron acreditar ante la jueza.

Ni en la tumba reconocerán que Corral no procuró justicia, pero saben que retorció las leyes en complicidad con juzgadores de consigna, imbuido en un frenesí de venganza contra quien osó llamar narcotraficantes a sus hermanos. Ese delirio persecutor de un gobernador irresponsable y perezoso, cuya única virtud es el conocido histrionismo que presume, es lo que puede alejar a los chihuahuenses de recibir la justicia prometida, en el caso de quien saqueó a contento y sin freno las finanzas estatales.

Hasta donde he podido observar a la distancia, el entorno próximo de la gobernadora y ella misma están resueltos a no cargar con el desprestigio social de liberar al “odiado ladrón”. Duarte y su corrupción siguen estando muy presentes en el sentir del chihuahuense común, más que una papa caliente es una manzana envenenada para los nuevos gobernantes. Ellos lo saben.

Teniéndolo aquí, no les quedará más remedio que recurrir a todas las chicanas imaginables para prolongar su alojamiento en San Guillermo. Y la otra, quizás peor, una vez libre, Duarte reclamaría el regreso de los bienes incautados que la justicia no pudo comprobar que fueron hechos con dinero ilícito. Hasta ese punto llegó la estúpida obsesión vengativa de Corral, si sueltan a Duarte lo primero que preguntará es por su dinero y bienes.

Pero no verá satisfechas sus exigencias, como tampoco la triada siniestra sus expectativas de que lo suelten para ir sobre la gobernadora. Entre paréntesis una pregunta: ¿Observa como el interés de los dos gobernadores que, en pleito personal, destrozaron chihuahua, se tocan entre si? Ambos coinciden en el concepto de libertad; Duarte la quiere para sí, Corral para ir contra Maru.

Los últimos capítulos de esta serie no han sido rodados, ni el guión escrito. Sin embargo, por información filtrada sabemos que aparece otro actor principal; Javier Corral. Elementos para llevarlo a prisión sobran, con la demanda de Sepúlveda tiene. Si hay voluntad para llevarlo ante la justicia, acompañará a Duarte como vecino de celda. Ahí, detenidos purgando sus penas es donde debe estar esos dos bribones, causaron un daño irreparable a Chihuahua.

Rompeolas

Jorge Issa y Manuel Soledad, presuntos cómplices en la corrupción que manejaron las finanzas del Congreso, en la pasada Legislatura, como si fuese de su propiedad, están sujetos a proceso y todo parece indicar que podrían ser los primeros del régimen Corral en ir a prisión. Intentando salvarse, Issa busca por todos los medios comunicarse con los nuevos hombres del poder, pero le hacen el feo. Soledad quiere protegerse arropado en las faltas de la síndica Olivia Franco. A ninguno de los dos les alcanzará el manto protector que buscan, la corrupción que dejaron en el Congreso fue muy extendida.

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